La Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) cumple 26 años, bajo una política hídrica de cambio, acorde al Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018, contenida en el Programa Nacional Hídrico 2014-2018, la institución mantiene estrecha colaboración con los tres órdenes de gobierno, los usuarios del agua y la sociedad, en sus distintas manifestaciones. De acuerdo a un despacho informativo, en la búsqueda de fortalecer la gestión integrada y sustentable del agua en los últimos dos se ha impulsado la elaboración de una nueva Ley General de Aguas moderna acorde a las necesidades y retos actuales, se han reforzado las acciones para que los aprovechamientos sean afines a la disponibilidad real y permitan avanzar hacia el equilibrio hídrico de las cuencas, mediante la suspensión del libre alumbramiento de las aguas subterráneas, la actualización de los decretos de veda, reserva y zonas reglamentadas, así como la optimización de las políticas de operación de presas y planes de riego, entre otras. La dependencia informó que con el fin de aumentar la seguridad en el abasto de agua ante sequías e inundaciones, se ha fortalecido la delimitación de las zonas federales, y trabaja para incidir en los planes de crecimiento urbano en términos de disponibilidad del agua, se refuerzan los recursos humanos y técnicos para generar pronósticos climáticos y meteorológicos más certeros, completos y oportunos, y se diseña la Agencia Nacional de Huracanes y Clima Severo. En lo que se refiere al incremento de las capacidades técnicas científicas y tecnológicas se ha establecido y reforzado la colaboración con instituciones académicas nacionales e internacionales, así como con países que afrontan retos relacionados con la escasez o abundancia de agua, como Alemania, Argelia, Australia, Brasil, Bolivia, Canadá, Chile, República Popular de China, República de Corea, El Salvador, España, Estados Unidos de América, Guatemala, Honduras, Hungría, Israel, Japón, Marruecos, Nicaragua, Panamá, Perú, Países Bajos, Reino Unido, Singapur y Suecia. Además, de lo anterior se fortalece la formación de una nueva cultura del agua, fomentando en la población su uso y aprovechamiento sustentable, la certificación de los actores del sector, y se impulsa la investigación científica y el desarrollo tecnológico, particularmente en instancias como el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua y la Universidad Nacional Autónoma de México.