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viernes, octubre 4, 2024
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Y Usted, ¿a quién le da?

Cuando entrevistamos al alcalde de Tijuana, Jorge Astiazarán, a propósito de su Primer Informe de Gobierno, previo a la plática periodística formal comentó que a la ciudad le hacía falta un helicóptero ambulancia -en el caso del “Pegaso” por ejemplo-, al paciente le quedan -literalmente- los pies volando. Le preguntamos si aprovechando la formación en la Cruz Roja, no había acudido a la sociedad pudiente para hacer una colecta en favor de Tijuana y solventar algunas necesidades como esa. Su respuesta fue así: “Lo que siento, por mi experiencia en colectas y en la Cruz Roja, es que el pastel de los donativos, es el mismo tamaño, no hemos cocinado un pastel más grande y los pedacitos son cada vez más delgados, y la economía de la ciudad o del país no está en las mejores condiciones, entonces la gente te apoya menos”. Por pastel se refiere a las personas económicamente activas en la ciudad o en Baja California, con capacidad para donar desde un peso hasta millones, en el caso de los empresarios que se dedican a la filantropía. Y las rebanadas son todas aquellas causas sociales que toman sectores desatendidos por los gobiernos, y se comprometen a apoyar contando con la donación de la población. Ciertamente la economía de Baja California no ha crecido, en un mayor grado que en el centro del país, la de este fronterizo estado atraviesa por una recesión a la cual no se le ve pronta salida. El incremento en el valor del dólar frente al peso, la disminución de la expectativa de crecimiento, el incremento al IVA al 16 por ciento y la inflación, entre otros factores, mantienen la economía de los bajacalifornianos algo comprimida. Sin embargo, las causas sociales ahí están, como también la desatención que -por ejemplo- la activista y periodista Luz Elena Picos ha denunciado ante la insensibilidad del secretario de Desarrollo Social del Estado de Baja California, Ricardo Magaña, para dejar de proveer recursos públicos a organismos de la sociedad civil que cumplen con funciones que debían corresponder al Estado. Entonces la necesidad de los filántropos y grupos de apoyo crece, más si no eres panista o si no apoyas al Teletón. En esa condición hay -parafraseando al alcalde Astiazarán- más rebanadas que repartir del mismo pastel. ¿Usted a quién le da? Me viene eso al pensamiento ahora que el secretario de Seguridad Pública de Tijuana, Alejandro Lares Valladares, emprendió la cruzada de su corporación para solicitar a la población donaciones económicas para pagar los 700 mil pesos que de fianza le consignaron al policía que lesionó a un hombre que, después se sabría, era un secuestrador (por cierto, los consiguió rápido: el jueves 4 de diciembre a las 8:00 pm, el agente fue puesto en libertad, luego de que la Secretaría de Seguridad Pública depositó la fianza… no necesariamente los 700 mil pesos, considerando el trabajo de una afianzadora). No sé si Usted haya contribuido al elemento de la corporación municipal para que lleve su proceso en libertad, pero sí sé que hay mucha necesidad en Baja California, muchas organizaciones que en este momento inician colectas ante la desatención gubernamental, y otros que se organizan y piden donativos en especie para llevar productos o alimentos a los necesitados. Ahora mismo corre la colecta de la Cruz Roja, seguramente se ha encontrado con alguno de los cientos de voluntarios que en cruceros, calles y avenidas se han apostado -normalmente jóvenes estudiantes- a solicitar un donativo para la Benemérita Institución. También el Museo El Trompo concluyó actos, y Fundación Castro Limón, que atiende a enfermos, está en un constante promover del apoyo económico. Igual grupos que atienden a pacientes con SIDA, ciudadanos que dan de comer en el bordo, los domingos a las dos de la tarde, a los connacionales deportados, sin documentos, olvidados del gobierno. Luego aquellos que venden agua para comprar aparatos para discapacitados, o las damas que emprenden un “Zapatón” para llevar calzado a niños de escasos recursos. Las escuelas socialmente responsables que motivan a sus estudiantes a llevar un regalo o comida a orfanatos y asilos. Bueno, hasta la Iglesia Católica está en su etapa de Diezmo. En medio de todo, Televisa emprende una vez más su productivo Teletón. Luego que la primera dama de Baja California reuniera con apoyos voluntarios y a fuerzas de ciudadanos y empresas, más de 135 millones de pesos para entregarlos a esa televisora y su Teletón (de hecho lo que Brenda Ruacho entregó a la fundación es lo que, según Angélica Rivera de Peña, ganó en un año por hacer telenovelas o promociones), inician otra colecta para sacarle más al pueblo mexicano y hacer hospitales. A pesar de la recomendación de la Organización de las Naciones Unidas -aquí sacada del documento-: “Al Comité le preocupa que buena parte de los recursos para la rehabilitación de las personas con discapacidad del Estado Parte sean objeto de administración en un ente privado como Teletón. Además, observa que dicha campaña promueve estereotipos de las personas con discapacidad como sujetos de caridad. El Comité insta al Estado Parte a establecer una distinción clara entre el carácter privado de las campañas Teletón y las obligaciones que el Estado debe acometer para la rehabilitación de las personas con discapacidad. Asimismo, le recomienda desarrollar programas de toma de conciencia sobre las personas con discapacidad como titulares de derechos”. La campaña de Televisa no ha disminuido, como tampoco el Gobierno de Baja California atendió en no donar al Teletón, sino establecer su propio programa de Estado para la atención de personas con capacidades distintas.

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