Como si las finanzas del Ayuntamiento de Rosarito estuvieran en bonanza, como si fueran regidores harto productivos y eficientes, cuyas labores sirvieran para mejorar la vida de los rosaritenses, los diez ediles integrados al Cabildo del municipio de playa pretenden un considerable incremento salarial. Habilidosos para encontrar el dinero, no proponen aumentar el presupuesto que ya enviaron al Congreso para revisión, sino de redistribuir los recursos que serán aprobados. Así como el que reparte y comparte… Del erario municipal, cada uno de los diez ediles pretende crecer su sueldo mensual de 46 mil a 56 mil pesos; por gastos de gasolina reciben 5 mil pesos, ahora quieren 10 mil; y por renta de carro reciben 4 mil 200 pesos, pero ahora quieren 10 mil pesos. Pues resulta que a pesar de su buen salario, el Ayuntamiento debe pagarles el vehículo. Así, la propuesta de los ediles es pasar, de ganar 55 mil 200 pesos al mes, a 76 mil 200 pesos al mes. Estas peticiones significan gastos adicionales por 2 millones 496 mil pesos al año, pero el pliego petitorio sigue. También exigen que el presupuesto de 35 mil pesos mensuales que tienen para regidores, suba a 70 mil, que les incrementen los recursos que reciben actualmente para gasto social y les amplíen las oficinas porque están muy pequeñas. Así de fácil, los panistas Jorge Nicolás Arévalo Mendoza, Rosario de Fátima Manríquez Tesisteco y Suldma Corinta Beltrán Montes; lo mismo que los regidores priistas Rosa María Plascencia Díaz y el suplente Eligio Valencia López; Maximiliano García Gaxiola del PRD; Carlos Gabriel Ortega Gutiérrez, del PANAL; Raúl de Jesús Peralta Campos, de Movimiento Ciudadano; Lilia Antonieta Huerta Ameca, del PVEM y Gregorio Madrigal Aguayo, del PES, se quieren servir con la cuchara grande. ¿Quién les enseñó a pedir, que no les enseñó a trabajar?