Desde el domingo 30 de noviembre de 2014 inició la temporada de Adviento, que consta de 4 domingos, donde se engalana y la Iglesia católica se viste de color morado-púrpura. El 25 de diciembre celebramos un año más del nacimiento del hijo de Dios, hecho a imagen y semejanza a nosotros los mortales, según lo escrito en el libro del Génesis. El mes de diciembre nos enfoca y nos lleva a la necesidad de cambiar de vida espiritualmente, de actos, forma de ser, de convertirnos en una mejor especie, en el corazón, alma y espíritu. Lo que sea es muy bueno, un mes, unos días, pero ya contemplamos y vivimos lo que es el cambio de conciencia y ser. El Adviento habla y es preparación para esperar la segunda venida del hijo de Dios y que es el Salvador a quien le tenga fe y crea en Él. Es tiempo para orar personalmente, en la Iglesia, hincarse antes de dormir, en privado, en familia, con nuestros semejantes y prójimo (en la Iglesia, que solo hay una, la que fundó Cristo), corregir nuestro comportamiento dañino y egoísta, perdonar y ser perdonado, cumplir, visitar a parientes mayores, al autor o autora de nuestros días, si ya tienes mucho sin verlos y son ya ancianitos. El Adviento es el tiempo que hace mover al ser humano y preparar su camino para ser un mejor cristiano, hijo de Cristo, porque Él fue crucificado por gran causa, que hoy queda de manifiesto, el perdón de nuestras faltas. El Adviento, al que lo vive, te mueve el corazón, hace despojarte de todo, bueno y malo y te entregas totalmente al tiempo del Adviento, para vivir la celebridad y nacimiento de Jesús, el hijo de Dios, Cristo, que nos heredó la señal y nos ungió con el nombre de cristianos, pues venimos de Él. Para el católico es la celebración central y final de año, que nos guía a conmemorar la inmortalidad de Cristo, pues sabemos y reza la escritura sagrada, resucitó y vive aún. Por ello el Adviento nos lleva a la celebración de un año más del nacimiento de Jesucristo. Así como, todo mundo, celebramos nuestro día de nacer, celebramos el Adviento con fe, paz, oración por todos y por este mundo, que mejore en todo lo necesario. Gocemos el Adviento. Viva Jesucristo hoy y siempre. Amén. Leopoldo Durán Ramírez Tijuana, B. C. Teléf. 66 4 2 33-48 65