El día que la Junta de Gobierno de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC) seleccionó de manera rápida, ordenada y consensuada al doctor José Luis Ocegueda como nuevo rector de la Máxima Casa de Estudios, le hicieron una especial petición al todavía rector Felipe Cuamea Velázquez: que en aras del buen desarrollo de las decisiones de la junta, abandonase un mes antes su cargo -que concluye el 27 de enero- para dar paso al seleccionado y evitar que hubiese dos máximas autoridades, una en funciones y otra electa. La inmediata respuesta de Cuamea fue que no. De ninguna manera. Él estaría en esa posición hasta el último día. De hecho, dicen que sugirió al doctor Ocegueda, bajar el perfil mientras él, Cuamea, aún funge como rector. Normalmente, entre la elección del rector de la UABC y la toma de posesión del mismo, pasan pocos días, pero como hace cuatro años Felipe Cuamea no fue electo por unanimidad, ni de manera natural ni consensuada, sino forzado -incluso su designación con cambios en la integración de la Junta de Gobierno-, la decisión, en lugar de tomarse el 6 de diciembre como correspondía, se determinó para el 27 de enero. Dentro de cuatro años y para armonizar la transición, el rector Ocegueda deberá decidir si abandona el cargo un mes antes, o cambia la elección de su sucesor para enero. Porque Cuamea se queda hasta el último día.