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jueves, septiembre 19, 2024
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Enrique Serna y la estética de lo grotesco

A través de su obra literaria, Enrique Serna expone la situación que vive el país: “No tuve la sangre fría de los músicos del Titanic que seguían tocando mientras el trasatlántico se hundía”, refiere a ZETA a propósito de su nueva entrega, “La Doble Vida de Jesús” (Alfaguara, 2014), donde narra con novelística picardía esta época aciaga, teniendo como punto de fuga la narcopolítica de Cuernavaca, Morelos. “Yo me había alejado de los temas sociales en mi obra desde prácticamente los ochenta, cuando escribí ‘Uno Soñaba que Era Rey, y venía de escribir novelas intimistas como ‘Fruta Verde’ y ‘La Sangre Erguida’ (Premio Antonin Artaud), y un libro de cuentos también intimistas que es ‘La Ternura Caníbal’”, confiesa el autor al reportero de este Semanario. “Probablemente me hubiera seguido con ese camino, por esos temas, por ejemplo, de la lucha por el poder entre la pareja, la necesidad de lograr equilibrios en una relación amorosa para no llegar a rupturas. Todo eso me interesaba mucho en esta época de mi vida”. Serna revela cómo fue que no se resistió a escribir una novela sobre la narcopolítica mexicana: “La terrible descomposición social que estamos viviendo, la psicosis de inseguridad y, sobre todo, sentir que la sociedad mexicana después de la indignación y el asombro estaba pasando a la resignación, ante este terrible terrorismo delincuencial que nos oprime, pues ya no me pude evadir”. Desde Cuernavaca Enrique Serna propone una obra fundamental de esta época infausta, donde la política y el crimen organizado se funden en un solo monstruo que mantiene preso al país. En “La Doble Vida de Jesús”, narra la historia de Jesús Pastrana, un funcionario público honesto que aspira a ser alcalde de Cuernavaca, gobernador de Morelos, “y, ¿por qué no?, con la silla del águila, convertida en silla del buitre por tantas décadas de rapiña presidencial”, se lee en alguna parte de la novela. Pero el peculiar “sacristán” Pastrana no solo tiene como enemigos a los políticos corruptos, sino que al enamorarse de la “bella” Leslie en Jiutepec, Morelos, pronto se ve involucrado entre las rivalidades de los “Tecuanes” y los “Culebros”, los cárteles que se disputan la plaza morelense. El reconocido novelista entrega una obra de largo aliento bastante literaria, abundante en oxímoron, ironía y otras figuras retóricas que hacen que el lector goce del trayecto novelesco, independientemente del final de Pastrana. — Platícanos de la ambigüedad del título, “La Doble Vida de Jesús”… “Pues es una alusión irónica al Evangelio, porque mi personaje es un funcionario honesto, intachable, que emprende una cruzada cívica para tratar de expulsar a la mafia narcopolítica que gobierna la ciudad donde vive, Cuernavaca, de modo que de cierta forma es un redentor social y esto me parece que lo emparienta con Jesucristo, pero es un redentor social que tienen un Talón de Aquiles, que es un tórrido romance con un transexual, y de modo que es hasta cierto punto un redentor depravado, por eso el título ‘La Doble Vida de Jesús’”. — ¿En qué época o momento de la narcopolítica del país decides escribir la novela? “Fue durante esta época. Cuando la escribí había una engañosa sensación de que la criminalidad se estaba reduciendo, porque el gobierno de Peña Nieto se dedicó a meter la basura debajo de la alfombra, a hablar de otros temas, a no prestarle demasiada atención, lo cual creo que fue peor que el abierto combate al narco de la época de Calderón, porque dejó que se fortalecieran muchas mafias regionales. “Cuando yo ya había entregado mi novela a los editores vinieron las matanzas de Tlatlaya y la tragedia de Iguala, que volvieron a colocar en el centro de la atención nacional e internacional, la complicidad entre el poder político y los ejércitos criminales; esto involuntariamente le ha dado más actualidad a mi novela, que además ocurre en Cuernavaca, una ciudad que está bastante cerca de Iguala. “De hecho, las mismas organizaciones criminales del Estado de Guerrero tienen como base de operaciones Morelos; muchos municipios conurbanos con Cuernavaca, como por ejemplo Jiutepec, donde Jesús Pastrana levanta a Leslie, es actualmente una tierra de nadie, es uno de los municipios más peligrosos del país que va en el liderato en el mayor número de secuestros y de extorsiones de comerciantes. De modo que involuntariamente, pues me coloqué en un tema que está muy vivo en este momento”. — ¿Cómo decidiste el tono tragicómico para esta novela en estos tiempos de violencia, corrupción, narcotráfico y tragedia, donde “el horno no está para bollos”? “El enfoque depende mucho de mi visión de la existencia, la novela tiene un filo irónico y cómico, porque el conflicto del personaje con esta doble vida se presta para un tratamiento humorístico que no quise dejar de lado; pero es más una tragicomedia, porque a mí me parece que por más paródica que sea una novela, le tiene que dar valor dramático a la muerte, a la vida humana, de lo contrario se vuelve muy trivial. “Entonces, yo creo que ese humor de la novela es un humor que nos da risa, pero también nos da espanto al mismo tiempo, ésa es la estética de lo grotesco, que es en la que se inscribe la mayor parte de lo que yo he escrito”. — En alguno de sus discursos, Jesús Pastrana, el protagonista, sostiene que “la corrupción ha prostituido a la justicia”… “El personaje tiene ambiciones que son relativamente modestas, pero que él cree que el primer paso para sanear la vida pública de México es implantar un verdadero Estado de Derecho, acabar con la simulación legaloide y disminuir drásticamente la corrupción y la impunidad. Es un proyecto digamos civilista, él cree que después de haber llegado a ese paso, después de garantizar que el dinero del erario público sea destinado verdaderamente a obras sociales no vaya a parar, por ejemplo, a la mansión de Las Lomas de Peña Nieto; es el primer paso que debemos dar como sociedad, y ya después pueden venir las luchas ideológicas, los diferentes modelos económicos, pero en México no hemos dado ese paso todavía. Es una asignatura pendiente que tenemos desde la época de Madero”. — ¿Pensaste cómo ibas a insertar tu obra entre todas las novedades editoriales que salen cada semana, tanto periodísticas como literarias de los últimos años, relacionadas con el narcotráfico, la narcopolítica, la violencia y la corrupción en México? “Bueno, yo no pretendo ser un conocedor del mundo del narcotráfico, ni tampoco escribí una narconovela, porque creo que para eso debería conocerlo desde adentro y me falta eso; pero en esta novela, que oscila entre la novela negra y la novela política, no podía dejar fuera a los narcos, porque son un ingrediente fundamental de la situación en la que vivimos, entonces digamos que aparecen como telón de fondo. “Lauro Santoscoy, que digamos es el personaje más interesante en este mundo del narcotráfico de los que aparecen en mi novela, el más explorado a mayor profundidad, se presenta en mi novela como una víctima de la lucha de clases; yo no estoy de acuerdo con sus argumentos, pero me parece que la novela es un foro donde todos los personajes tienen que llegar a decir su verdad, la tarea del lector es absolverlos o condenarlos; y creo que lo que él expresa es un sentir bastante común entre las personas que han decidido entrar al crimen organizado, es su manera de escapar de la miseria, de tener una vida intensa que saben que puede durar poco, pero que la prefieren a ser esclavos toda la vida. “Esto tiene para un sector de la sociedad un aura de romanticismo, pero a mí me parece que cuando se llegan a cometer atrocidades tan terribles como, por ejemplo, la probable ejecución y calcinamiento de los estudiantes de Ayotzinapa, eso ya no tiene justificación alguna”. — “Sigues tú, Pastrana”, se lee en tu obra de acuerdo a una cartulina dejada a un cadáver con clara dedicatoria para Jesús. ¿Qué papel jugó el contexto de Cuernavaca, que te motivó a escribir esta novela? “Yo hice que la novela transcurriera en Cuernavaca porque conozco bien la ciudad, he vivido ahí durante 15 años. Pero además ocurre que Cuernavaca y la región de Morelos en general han sido de las más castigadas y donde impera esta complicidad de poder político y organizaciones criminales desde los años 90, en la época de Carrillo Olea (gobernador de Morelos de 1994 a 1998); cuando teníamos ahí al ‘Señor de los Cielos’, Cuernavaca era su base de operaciones, mucha gente me ha dicho que lo veían pasar por la calle, circulaba. Existe la leyenda de que vivía en la misma manzana del gobernador Carrillo Olea y que había túneles secretos que comunicaban ambas residencias. “En ese tiempo hubo una oleada de secuestros en Cuernavaca, que acabó costándole la gubernatura a Carrillo Olea, cuando se descubrió que el jefe de brigada antisecuestros era el principal secuestrador de la ciudad. “De modo que ya desde entonces Cuernavaca ha sido un teatro, un escenario de estas complicidades, esto siguió ocurriendo en la primera década del Siglo XXI, inicia la ejecución de Beltrán Leyva, vino después el asesinato del hijo de Javier Sicilia, que a mí me afectó profundamente porque yo también tengo una hija que vive en Cuernavaca. “Y otro hecho que también a mí me sacudió mucho fue la campaña de terrorismo cibernético en el año 2010, que organizó un autodenominado Cártel del Pacífico Sur, que le advirtió a la población que un viernes por la noche no saliera a la calle porque iba a correr la sangre. Esa noche las calles de la ciudad estaban completamente desiertas, hay fotos del Zócalo de Cuernavaca sin un alma, y a mí lo que me indignó es que no había respuesta por parte de ninguna autoridad, ni el alcalde ni el gobernador, que le ofreciera garantías a la población. Ese silencio significaba de hecho reconocer que los que mandaban ya en la región eran estos grupos criminales. “Me parece que cuando una autoridad guarda silencio ante una situación de éstas, lo que tendría que venir es la renuncia inmediata del gobernador y los alcaldes, que por supuesto, que no se produjo. “Entonces, todas estas situaciones, esas psicosis de inseguridad, el hecho de que mi hija no pueda tener una vida normal de joven, no pueda ir a divertirse a un bar, a una discoteca, pues fueron las cosas que me motivaron a escribir la novela”. — Finalmente, ¿cuál es tu reflexión a dos años de gobierno de Enrique Peña Nieto? “Bueno, yo creo que buena parte de la gente que votó por Peña Nieto creía que el regreso del PRI al poder iba a restaurar el orden y la paz social, no porque creyeran que los priistas son honestos, sino porque pensaban que iban a volver a hacer pactos con las principales organizaciones criminales, para que se dedicaran a sus negocios, pero mantuvieran cierta paz, frenaran los secuestros, las extorsiones a comerciantes y otros negocios paralelos. “Lo que está ocurriendo ahora nos demuestra que esos votantes se equivocaron, que su razonamiento era absurdo porque el regreso al poder del partido más corrupto, incluso de la facción más corrupta dentro de ese partido, porque no debemos olvidar que Peña Nieto pertenece al Grupo Atlacomulco, solo podía empeorar la situación, y es lo que ya estamos viendo en la actualidad. “Ahora, hay una insurrección cívica, hay un fuerte movimiento de protesta que yo desearía que estuviera bien articulado y que tuviera una buena asesoría jurídica para que a base de la presión ciudadana, obligaran a este gobierno a hacer un escarmiento por lo menos de todos los escándalos de corrupción que han quedado impunes en doce años de los gobiernos panistas y en la actualidad, me refiero a Moreira, Mario Marín, Romero Deschamps, a Montiel, a los panistas como Villarreal, incluso a los ‘Chuchos’, que yo recomiendo que deben de ser investigados, porque es evidente que le vendieron esta candidatura a Abarca (ex alcalde de Iguala); de modo que haya un ajuste de cuentas en la facción legaloide del crimen organizado, eso es a lo que debemos aspirar como sociedad. “Dudo mucho, por supuesto, que Peña Nieto esté dispuesto a hacer una limpia entre sus socios y sus cómplices, que son todos estos priistas y todos estos panistas, perredistas que finalmente también están coludidos en la actualidad”.

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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