Vaya, cualquiera podría pensar que el Presidente Barack Obama ha tomado dos medidas, de manera unilateral -sin el consenso del Congreso-, para favorecer a las minorías que podrían ser la diferencia en la elección de 2016 para que su partido, el Demócrata, gane las elecciones, luego de la estrepitosa derrota que sufrió en noviembre pasado. Así se ven a la distancia sus dos decisiones, la de abrir la posibilidad a la documentación de millones de migrantes hispanos en territorio estadounidense, y la de restablecer relaciones diplomáticas con Cuba. Pero resulta que en lo de Cuba, las pláticas entre funcionarios de la Unión Americana y la Isla castrista, llevaban 18 meses. Así lo dieron a conocer los intermediarios, o los residentes del territorio neutro en el que se reunieron gringos y cubanos, los canadienses. El cese de relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba se remonta a 1960, durante 54 años quedó prohibido a los norteamericanos, e incluso a terceros socios de éstos, establecer relaciones comerciales con cubanos. Nada de intercambio comercial, ni visitas autorizadas a la Isla por parte de residentes del vecino país. Amén de la importación de productos como puros, azúcar y otros, o permitir el envío de dólares a territorio cubano. Ha sido icónica la enemistad del líder máximo de la revolución cubana, Fidel Castro, con cuanto Presidente los Estados Unidos han tenido desde 1960 a la fecha, como anecdóticos los intentos de asesinato a los que sobrevivió por parte de agentes de la CIA, espías, policías y voluntarios. La ausencia de libertades en Cuba, la falta de democracia, el no respeto a los derechos humanos, y por supuesto la distinta ideología de la Isla comunista frente al capitalista Estados Unidos, mantuvieron primero tensas y después distantes las relaciones entre ambos países. Hasta que llegó Obama, Presidente de este siglo, que vio un trato desigual de país a país, que solo afecta a los ciudadanos. Y así, sin más exigencias que la liberación de presos políticos tanto de un lado como de otro, las relaciones entre Estados Unidos y Cuba están a punto de restablecerse. La Casa Blanca (la de Washington, no la de número 150 en Sierra Gorda, Las Lomas en Ciudad de México), anunció una serie de medidas a tomar para flexibilizar la relación, principalmente de los Estados Unidos, sus poderes, sus ciudadanos y sus socios hacia Cuba. En total, el presidente de los Estados Unidos dio a conocer doce medidas para flexibilizar las relaciones entre su país y la Isla: 1.- Establecimiento de relaciones diplomáticas con Cuba, abrir en los próximos meses una Embajada de los Estados Unidos en La Habana, Cuba. 2.- Reforma del marco normativo para empoderar al pueblo cubano con mayor eficacia, en materia de viajes, remesas, fuentes de información, trabajo, propiedad privada e independencia. 3.- Ampliación de permisos generales de viaje a Cuba para 12 categorías existentes autorizadas por la Ley; la única que no se menciona es la turística. 4.- Facilitación del envío de remesas a Cuba por parte de personas de los Estados Unidos, limitado de 500 a 2 mil dólares por trimestre en calidad de donativos a ciudadanos cubanos, excluidos funcionarios y partido comunista. 5.- Expansión de ventas y exportaciones comerciales de ciertos bienes y servicios desde los Estados Unidos. 6.- Autorización para que las personas que viven en Estados Unidos importen bienes adicionales de Cuba, hasta 400 dólares, no más de cien en tabaco o alcohol. 7.- Facilitación de transacciones financieras, con tarjetas de crédito y débito autorizadas entre Estados Unidos y Cuba. 8.- Incrementar el acceso de Cuba a las comunicaciones, y su capacidad para comunicarse de manera libre. 9.- Actualización de la aplicación de sanciones de Cuba en países terceros, licencias para prestar servicios y hacer transacciones financieras. 10.- Negociaciones con los gobiernos de Cuba y México para discutir la frontera marítima no resuelta en el Golfo de México. 11.- Revisión de la designación de Cuba como Estado patrocinador del terrorismo, en miras a incluir a la Isla en otra categoría. 12.- Discusión de la participación de Cuba en la Cumbre de las Américas 2015 en Panamá. Del compromiso del Presidente de Cuba -el segundo desde 1959-, Raúl Castro, poco se sabe. De hecho, en su discurso habló más de la necesidad de acabar con el embargo comercial de Estados Unidos a Cuba, que de la mejoría de estas doce consignas y los cambios que habrá en la política al interior de la Isla. Yoani Sánchez, activista por los derechos civiles y la libertad de expresión en Cuba, bloguera por pasión y filóloga de oficio, escribió el mismo 17 de diciembre: “… tanto las declaraciones de Obama como las de Castro tuvieron el dejo de la capitulación. El presidente estadounidense anunció una larga lista de medidas flexibilizadoras para acercar ambas naciones, antes que se dieran los ansiados y muy exigidos pasos de democratización y apertura política en nuestro país. El dilema de qué debía ser primero, el gesto de La Habana o la flexibilización de Washington, acaba de ser respondido, aunque aún queda la hoja de parra del embargo norteamericano para que nadie pueda decir que la resignación ha sido completa. “Raúl Castro, por su parte, se limitó a anunciar los nuevos gestos por parte de Obama y referir el canje de Alan Gross y otros prisioneros de interés para el Gobierno norteamericano. Sin embargo, en su alocución ante las cámaras de la televisión nacional no evidenció ningún acuerdo o compromiso de la parte cubana, como no fuera el restablecimiento de las relaciones diplomáticas. La agenda del lado de allá del estrecho de la Florida la supimos al detalle pero la interna se quedó, como tantas veces, escondida y en secreto”. A Cuba pues, ahora le falta lo de siempre. El respeto a la libertad, a los derechos civiles, humanos, a la libre expresión, a la diversidad ideológica y a la dignidad humana. ¿No? PD.- Bajo la máxima que los Estados Unidos no tienen amigos, sino intereses, la flexibilidad de Obama hacia Cuba ha sido calificada, por la comunidad internacional, también como una medida de presión para Vladimir Putin, el Presidente de la Federación Rusa; pues la Isla comunista podría seleccionar a Norteamérica como el socio principal. La falta de condiciones para abrir la política interna en Cuba, por parte del Presidente de los Estados Unidos, podría darles la razón.