Daniel Castellanos fue detenido por la policía municipal de Tijuana mientras caminaba en la calle, sin haber cometido un delito y aunque resultó herido debido a las técnicas de sometimiento de los policías Saúl Carrillo y Gilberto Gómez, ellos lo denunciaron por el delito de lesiones. Las heridas de los oficiales, consisten en “una abrasión (rozadura) en la rodilla izquierda” y “dolor en la región lumbar y dolor en la muñeca izquierda”. De delgada complexión y estatura media, a Daniel no solo le resultan ridículas las acusaciones en su contra, también preocupantes, pues debió pagar una fianza de 7 mil pesos para salir en libertad y continúa el proceso en su contra. Además, el Ministerio Público le niega una copia de su certificado médico del día de la consignación, el cual es solicitado por Sindicatura Municipal para investigar a los policías municipales. Los hechos ocurrieron la mañana del 14 de octubre de 2014, cuando el joven de 34 años, caminaba hacia el malecón de Playas de Tijuana, seguido de su esposa y bebé de cuatro meses de edad. En la avenida Costero, dos oficiales descendieron de su patrulla para abordarlo. “¿Qué andas haciendo?”, fue la pregunta inicial. Con su patineta en mano, el joven les respondió “igual que tú, dando la vuelta”. Cuando cuestionó a los oficiales si era sospechoso de algún delito, relata, fue sometido “de una manera brutal” frente a su esposa e hijo. “Me comienza a estrangular, siento una patada a la altura de la rodilla y entonces se me echa el otro encima, quedo en el piso y me siguen sujetando del cuello con una rodilla en la espalda”, detalla. “¿Traes mota o cristal, por qué no te dejas revisar?”, le preguntaron, pero ningún enervante le fue encontrado. Esposado a la caja de la patrulla tipo pick up, fue trasladado a las oficinas de la delegación Playas de Tijuana. Ante la juez municipal Martha Angélica Clemente Martínez, fue presentado por agredir a los agentes municipales y ella lo turnó al Ministerio Público, el cual abrió la averiguación previa 3177/14/203. En la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), el médico constó que “el asegurado no presentaba lesión, solo tenía molestias en ambas manos por las esposas”. Durante la revisión, estuvo siempre acompañado del policía municipal que lo detuvo. Sin embargo, las lesiones de Daniel, provocadas en su espalda, continuaron visibles más de una semana después de su arresto. Para salir en libertad, debió pagar una fianza de 7 mil pesos y así, 12 horas después del arresto, a las 11:00 de la noche, abandonó los separos de la Procuraduría. En su versión, la policía municipal asegura que el joven, por debajo de la estatura y peso de los policías, adoptó “una actitud altanera y agresiva”, según consta en el oficio T02/697/2014 turnado al Ministerio Público. Los oficiales declararon que una mujer los interceptó para reportar a un hombre con playera gris y pantalón de mezclilla, con un chongo en el cabello y a bordo de una patineta que “se encontraba ofreciendo droga a los transeúntes”, por lo que detuvieron a un joven que “coincidía con las características”. Gilberto Mauro Gómez Pérez, a quien apodan “El Tyson” dentro de la corporación, relató en el documento que el detenido trató de derribarlo, “enredando su pierna derecha en mi pierna izquierda, para posteriormente tirarme al piso, también cayó el oficial Saúl Carrillo Torres de espaldas”. No obstante, en el reporte no se incluye información que corrobore la presunta denuncia por venta de droga. Al joven no se le encontraron estupefacientes, ni la mujer lo señaló directamente como sospechoso. En Sindicatura, se levantó la queja 754, desde el 15 de octubre de 2014, pero debido a que la Procuraduría se niega a entregarle la certificación médica, el joven no ha podido aportar más pruebas. La razón dada por la PGJE para negarle acceso a su propio expediente, es que Daniel omitió su declaración cuando se abrió el caso, “a raíz de eso, no me la pueden otorgar”, es lo que le han dicho al joven. Cuando Daniel regresó a su casa ese día, descubrió que mientras él se encontraba bajo arresto, la batería de su automóvil había sido robada. El colmo.
Detenido y golpeado por la Policía Municipal, oficiales lo denuncian por lesiones

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