Cruzó distancias en loca retirada espantado del engaño de su amor, fue quizá de sus amores el traidor, que dejóle más el alma destrozada. Perdida la razón, va hecho la mocha, va vagando por las calles, va sin rumbo, solo lleva soledad, dolor profundo, desdichas, que el destino le derrocha. Y así da vueltas y más vueltas, ya no sé, la mirada se le pierde en lontananza, extraviada la razón sin esperanza, de encontrar el camino va sin fe. Y pendiendo su cuerpo de una rama que otrora dio cobijo al caminante hoy solo mece su cuerpo agonizante al privarse de la vida por su amada. Alberto Torres Barragán Tijuana, B. C.