Después de migrar de Tijuana al Distrito Federal en 1993, Guillermo Arreola regresó a la frontera algunas semanas de 2013 para consolidar un importante proyecto literario que ahora se ve plasmado en la entrega de su novela “Fierros Bajo el Agua” (Joaquín Mortiz, 2014). El traductor, artista plástico y escritor tijuanense contó al reportero de ZETA que guardaba una historia sobre un peculiar personaje asesinado misteriosamente en Tijuana en 1985, motivo por el cual no dudó en trasladarse para investigar, rememorar, e incluso recorrer los espacios de aquella ciudad donde vivió de adolescente y reconstruir, en términos literarios, no solo al protagonista de su novela; también la época ochentera y su violento contexto, digno de una obra literaria entrañable. “Sí, claro, hubo consultas hemerográficas a sucesos, pero sobre todo esa investigación que podría ser documental, se convirtió en investigación memoriosa”, evoca Guillermo Arreola, nacido en Tijuana en 1969. “Fue adquiriendo cada vez mayor importancia la indagación en los espacios tijuanenses que en realidad se convirtió para mí en un recorrido real, volver a caminar por ciertos espacios, corroborar que algunos han cambiado radicalmente, refrendar las imágenes que yo conservaba sobre otros lugares y ver que permanecen prácticamente iguales. Entonces, esa forma de investigación se volcó sobre todo en una reconfiguración casi de memoria visual”, confiesa el autor. De manera tal que a partir de esa investigación memoriosa, ahora entrega “Fierros Bajo el Agua”, donde Leonardo, el protagonista, indaga en la Tijuana violenta de 2008 el asesinato de su amigo sucedido en 1985, un crimen envuelto en un entorno de violencias propias de la década de los 80 en Tijuana. Arreola aclara: “De lo que se trata esta investigación que se lee en el libro a través de Leonardo, es de una investigación en sí mismo. Por mi parte, como autor, sí hubo una investigación, pero todo esto se volcó en una ficción. Me daba yo cuenta que más que la investigación real, había que ir por la carne y hueso de algunos personajes y que no terminara convirtiéndose en documentos”. De 2008 a 1985 Entonces, Guillermo Arreola entrega una de esas novelas que se lee de un tirón, donde se desarrollan diversas historias de manera simultánea: mientras Leonardo investiga en 2008, narra memorias de 1985, año en que Cas Medina, un joven veinteañero que combina su labor de distribuidor de marihuana con la prostitución, es encontrado asesinado en un barranco periférico de Tijuana, en Cuesta Blanca. “Pierde la vida de tremendo rocazo un individuo de costumbres raras”, encuentra Leonardo al investigar en un periódico local. Luego, Guillermo Arreola advierte sobre la cita de Leonardo, a propósito de aquella época: “Así se conocía; gay todavía no era una palabra que se hubiera insertado ya en las formas verbales, a pesar de que eran ya los años 80s; era muy común referirse a los homosexuales como putos, maricones, y una serie de términos muy peyorativos”. Arreola propone una obra de ideas donde convergen dos épocas con sus respectivas violencias en Tijuana. “Los 80s en Tijuana como en una gran parte de este país, la cantidad de prejuicios y los niveles de discriminación, pues eran muy altos, una sociedad sumamente prejuiciosa y represora desde los ámbitos más íntimos”. Danielle Gallois y otros personajes Mientras transcurre “Fierros Bajo el Agua”, el lector transitará por algunas “allantadas colonias” de la ciudad fronteriza, la colonia Alemán, la Morita, la Zona Norte y sus tugurios, por supuesto, también los “fierros bajo el agua” de Playas de Tijuana que dividen México de Estados Unidos. Y entre el ir y venir de historias, como un andamiaje van sosteniendo la novela personajes como Benjamín Serrano, Carlos Monsiváis, Vidal Pinto, el periodista “El Gato”. Como un pilar fundamental en la novela de Guillermo Arreola figura la pintora francesa Danielle Gallois, personaje que al joven Leonardo llama la atención tanto como al tijuanense: “Me parece la obra pictórica más extraordinaria que se ha creado por una artista en Tijuana, es una valoración que hago desde mi propio bagaje, mi propio juicio como pintor; se ha escrito sobre Danielle dentro de la región, o sea no hay un reconocimiento o ni siquiera se le conoce a nivel nacional, pero la obra es magnífica; ella es un personaje digno por sí mismo de una novela”, expresa Arreola, al tiempo que reconoce influencia en su obra plástica: “Muchas de sus imágenes yo creo que tienen que ver con una forma de conocimiento visual, un tiempo interno de ella, muchas de las pinturas de Danielle aluden a los espacios de su origen, Francia; entonces, creo que ésa es una de las formas en que sí pudo haber tenido una influencia en mi propio trabajo pictórico”. Su segunda novela Luego de su primera novela, “La Venganza de los Pájaros” (FCE, 2006) y su libro de cuentos “Traición a Domicilio” (Joaquín Mortiz, 2013), Guillermo Arreola propone su segunda obra de largo aliento, “Fierros Bajo el Agua”. El autor pinta su segunda novela con su bagaje en las artes plásticas, crea una diversidad de historias dentro de un todo por su experiencia en el cuento y la novela, entrelaza memorias y fantasmas, épocas y espacios, ideas y formas narrativas, llevando de la mano al lector sin dar oportunidad de desperdigarse. Destaca en “Fierros Bajo el Agua” una estructura fragmentaria que sostiene una novela sin desperdicio, redonda: “Lo lineal hubiera sido un poco burdo, él (el protagonista) no está en condiciones mentales de narrar de manera consecutiva manteniendo un orden, y es que finalmente, la memoria tampoco funciona así de manera lineal, yo creo que la memoria funciona de manera simultánea. O sea, no hay un recuerdo que le esté esperando concretarse para dar permiso al siguiente recuerdo; era muy importante también crear un caos y, a partir de ese caos, crear un orden. Tiene que ver con esta forma de dislocamiento”. Mientras “Fierros Bajo el Agua” empieza a circular en librerías, Guillermo Arreola confirmó a ZETA que la exposición “El Olvido que me Diste”, montada este año en el Centro Cultural Tijuana (CECUT), se exhibirá en el Museo de la Ciudad de México en 2015. Para concluir, adelantó que actualmente colabora en un proyecto pictórico-poético con la poeta Pura López Colomé, y por otra parte, participa con el dramaturgo José Alberto Gallardo en la adaptación teatral de “Anisman” y “Fierros Bajo el Agua”.