Sangre inocente vertida de jóvenes estudiantes de Guerrero, Ayotzinapa estarán siempre presente. En la memoria de su pueblo y estudiantes de todo el mundo, pues, sin un solo escrúpulo el gobierno su vida arrebató. El gobierno que hiere y mata el tesoro más bello y preciado de cualquier nación de la tierra atenta contra lo más sagrado. Su inocente sangre derramada recorre todos los estados y se oye un grito de protesta por los gendarmes asesinos. Su sangre cruzó mares y ríos, llegó hasta el fin del mundo, las naciones y jóvenes unidos se han fruncido en un solo grito: “¡Los queremos vivos!” Francisco Heredia G.