Ricardo Troncoso Gaytán (oceanólogo) Sergio Reyes Coca (CICESE) El Océano Pacífico del Hemisferio Norte ha experimentado durante 2014 cambios climáticos notables que nos permiten sugerir una posible transición hacia un periodo decenal favorable a mejores temporadas de lluvias a partir del próximo invierno 2014-2015. Nuestra expectativa va a contracorriente de la mayoría de otros estudios, que a largo plazo prevén una continuación de la actual sequía; aunque si coincidimos en que los próximos meses (noviembre 2014 a abril 2015) se espera una lluvia por arriba de lo normal en la franja mediterránea de Baja California, debido al evento “El Niño” (ENOS) esperado. Las circulaciones oceánica y atmosférica del Pacífico Norte, que controlan el clima de Baja California, han mantenido condiciones favorables de sequía, misma que hemos venido padeciendo en el Noroeste de México y Suroeste de Estados Unidos durante los últimos tres lustros (de 1998-99 a la fecha). Nuestro modelo matemático, derivado del análisis ondicular del registro histórico de la lluvia anual en Ensenada, desarrollado a principios de la década pasada y dado a conocer desde entonces en ZETA, confirmó la sequía imperante desde 1999 y sugiere una época lluviosa a partir de 2015, aproximadamente. Pero, ¿cuáles son esos cambios notables, que nos permiten hacer tales afirmaciones? El Pacífico Tropical y el fenómeno ENOS Es bien reconocido que el fenómeno ENOS es una oscilación irregular del sistema océano-atmósfera del Pacífico Tropical (20°S – 20°N). Se manifiesta en uno de tres estados posibles: Neutral o Normal, “La Niña” o “El Niño”. La permanencia de cada estado puede ser de unos seis meses a varios años, dependiendo de cada estado en particular. La génesis, duración y cambio entre estos estados, es resultado de complejas interacciones entre el océano y la atmósfera, que aún no son totalmente comprendidos por la comunidad científica. Sin embargo, se sabe que ENOS es la principal causa de la variabilidad del clima en la cuenca del Pacífico, en particular, en la vertiente Oeste de Norteamérica. ENOS provoca diferentes fenómenos meteorológicos, oceanográficos y climáticos alrededor del planeta, con potencial de afectar, positiva o negativamente, las diversas actividades económicas y sociales en los distintos países donde impactan sus efectos. En el estado Neutro o Normal, el Pacífico Tropical Occidental, al Este de Indonesia, tiene como característica semipermanente la mayor “poza” oceánica de agua cálida del mundo: una gigantesca concentración con temperaturas superficiales del orden de 28°C (orillas) a 32°C (centro), aproximadamente. Esta poza de agua cálida en el lejano Pacífico occidental, se forma por la acumulación de agua continuamente transportada desde su extremo opuesto en el Pacífico Tropical Oriental, al Oeste de América, y depende directamente del arrastre de los vientos Alisios y de la radiación solar recibida. Sobre esta poza, es frecuente observar extensas y profundas zonas nubosas, con fuertes lluvias asociadas a ellas. “La Niña” se puede identificar como consecuencia de una intensificación de los vientos Alisios, que incrementan el transporte de agua superficial desde la vertiente americana hacia la vertiente asiática, con un consecuente incremento de la poza de agua cálida, ocasionando condiciones de mucha lluvia en la región norte de Australia y sequías en Perú. Por otro lado, “El Niño” ocurre cuando se observa un debilitamiento en los vientos Alisios y, cuando se forman ondas oceánicas ecuatoriales desde la poza cálida que se propagan hacia el Este, transportando una cantidad considerable de calor desde la vertiente asiática hacia la vertiente americana, lo que ocasiona condiciones lluviosas en Perú y de sequía en Australia, entre otras. El Pacífico Templado del Hemisferio Norte y la ODPN A la región al Norte de los 20°N de latitud en el Pacífico, le hemos llamado convencionalmente, el Pacífico templado, buscando resaltar la diferencia con el cálido Pacífico Tropical. Aquí también se presentan relaciones complejas entre el océano y la atmósfera que dan lugar a distintos fenómenos oceánicos, meteorológicos y climáticos. En particular se ha observado una oscilación irregular entre dos estados, conocida como la Oscilación Decenal del Pacífico Norte (ODPN), del orden de varios lustros a varias décadas de duración para cada estado. Uno de estos estados es definido como Fase Cálida y se caracteriza por una extensa zona marina relativamente cálida, adyacente a Norteamérica desde Los Cabos, Baja California Sur, hacia el Norte hasta Alaska y una zona relativamente fría en el Pacífico Norte Occidental, frente a Asia. El otro estado, definido como la Fase Fría, presenta características a la inversa, es decir, agua relativamente fría en el Pacífico Norteamericano y relativamente cálida en el Pacífico Asiático. La transición entre los dos estados o fases se asocia a un ’salto o transición climática’, como ocurrió en los años de 1976-77 hacia una Fase Cálida y el de 1998-99, hacia una Fase Fría. Desde principios de 2014 se observaron cambios en las condiciones oceánico-atmosféricas, indicativos de un “El Niño” para este próximo invierno e, incluso una posible transición climática de la ODPN a su Fase Cálida, como se describe a continuación. Cambios observados durante 2014 Para el caso de ENOS, cuya variabilidad es multianual, se observaron, desde febrero hasta abril, varios episodios de relajación o debilitamiento de los vientos Alisios, al grado de invertir su dirección durante semanas. Esto no solo debilitó el transporte de agua por arrastre de los Alisios hacia la poza cálida, sino que disminuye la fuerza de contención para mantenerla circunscrita al Pacífico Occidental. En consecuencia, una buena parte del calor concentrado en la poza cálida del Pacífico Tropical Occidental, fue transportada hacia el Este mediante una onda oceánica conocida como Onda de Kelvin, la cual extiende la cobertura de agua cálida hacia el Continente Americano, desplazando en la misma dirección los grandes sistemas nubosos asociados a la poza cálida. Este aporte extra de calor hacia la región oriental del Pacífico Tropical desde principios de verano, muy probablemente fue la principal fuente de calor necesario para el alto número, frecuencia e intensidad de las tormentas tropicales y huracanes observados sobre la vertiente del Pacífico Mexicano durante este verano y otoño de 2014, como fue el caso de “Odile” y “Simón”, que afectaron transportando grandes masas de aire cálido y húmedo hacia la Península de Baja California. También se acrecentó la intensidad del monzón de Norteamérica, resultando en abundantes lluvias continentales de verano al Este y Noreste del Golfo de California (ver figura 1). Cuando se presenta una Onda de Kelvin en las costas de América tropical durante fines de otoño y principios de invierno, se asocia directamente al nacimiento de un evento cálido “El Niño”. Pero cuando se observa durante los meses de primavera, como fue el caso a principios de 2014, en que se observó el arribo de una gigantesca Onda Kelvin a las costas ecuatoriales de Sudamérica, entonces el exceso de calor aportado se almacena y redistribuye en la región oriental del Pacífico, de manera diferente a un típico caso de “El Niño”. Actualmente se está formando una nueva Onda Kelvin, en respuesta a un debilitamiento moderado de los vientos Alisios en el Pacífico Tropical Occidental. Esta onda estaría llegando a las costas ecuatoriales americanas para finales de 2014 o principios de 2015, lo que nos lleva a la posibilidad de un evento “El Niño” de débil a moderado para el próximo invierno 2014-2015. Para el caso de la ODPN, durante los últimos 15 años se ha observado una franca dominancia de la Fase Fría, lo cual ha coincidido con las pocas lluvias observadas en Baja California. Sin embargo, desde principios de 2014 se han excitado varias ondas Kelvin, como la mega onda Kelvin de la primavera pasada, lo cual coincidió, aproximadamente, con un cambio en la estructura térmica de la superficie del mar en el Pacífico Norte, congruente hasta ahora y desde entonces, con la Fase Cálida de la ODPN. Esto nos parece sugerente de una posible transición a la fase cálida de la ODPN en 2014, como lo pronostica nuestro modelo. Estas señales de incremento de la temperatura oceánica, el aumento del calor y humedad en la región oriental del Pacífico y la formación de ondas Kelvin, así como la reconfiguración térmica del Pacífico Norte, posiblemente sean indicativas de un cambio de fase de la ODPN. La Fase Cálida coincide con un incremento en la intensidad y frecuencia de eventos “El Niño” y, consecuentemente, con mayores posibilidades de inviernos lluviosos en nuestra región. Conclusiones y recomendaciones Durante casi todo el año 2014, la temperatura superficial del mar en el Pacífico Oriental se ha mantenido ligeramente por arriba a sus valores normales, indicando que se estará desarrollando un evento levemente cálido de “El Niño”, para este invierno 2014-15. De manera similar, el índice de la Oscilación Decenal del Pacífico Norte (ODPN) ha registrado valores positivos, indicando que posiblemente se definirá la Fase Cálida de esta oscilación. De acuerdo a nuestro modelo computacional, estamos pasando la temporada de sequías y nos aproximamos a una nueva temporada lluviosa. El periodo de sequía que prevé nuestro modelo va desde 1999 hasta 2015, habiendo ya pasado la temporada de mínima precipitación (ver figura 2). Estas consideraciones nos permiten concluir que lo más probable para Baja California, sea un invierno relativamente frío, debido a un mayor número de frentes fríos esperados (con temperaturas promedio por abajo del normal). Las condiciones de lluvia se esperan por arriba de la normal, particularmente durante los meses de enero a abril, 2015, con la expectativa de algunos eventos de intensas lluvias; sin descartar, como siempre, inundaciones y deslaves en los puntos más vulnerables de nuestras ciudades y a lo largo de los principales cauces y arroyos. Obviamente se espera que la presa Abelardo L. Rodríguez reciba una importante cantidad de escurrimientos. ¿Acaso no es éste un buen momento para desazolvar la presa de Ensenada?