“El hábito no hace al monje” según reza el estribillo pues ni con ropa muy cara cambió doña Esther Gordillo. Compraba ropa muy fina esa que dicen de seda, “la que nace para mona siempre de mona se queda”. La muerte la llevó a Pedro, San Pedro la rechazó, –Aquí no tienes cabida al infierno la mandó. Y al momento no se sabe lo que con su alma hicieron porque al llegar al infierno ni los diablos la quisieron.