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miércoles, octubre 2, 2024
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El caos del transporte

El escape exhala un golpe de gas grisáceo inmediatamente después que el chofer deja caer el pie derecho sobre el pedal del acelerador. Un rugido anuncia la puesta en marcha del vehículo. De la escena, común en calles y bulevares de Tijuana, se desencadenan sucesos que ponen en riesgo la integridad de los ciudadanos, y en duda la calidad del servicio del transporte público. Al transitar las calles de la ciudad, de manifiesto queda la intrepidez de los hombres al volante, para quienes al parecer cumplir el tiempo de su ruta y ganar el pasaje es el único objetivo. ´Frenones´, arrancones, vados sin frenar, cruce de semáforos en rojo, llamadas telefónicas al conducir y altas velocidades en vialidades, son parte de las decisiones que los choferes toman diariamente en Tijuana. En lo que va del año, la Secretaría de Seguridad Pública Municipal (SSPM), a través de la Dirección de Tránsito, registra un total de mil 438 accidentes en los que se han visto involucradas unidades del transporte público, dejando un total de 519 lesionados. El número de quejas ciudadanas, según información de la propia Dirección de Vialidad y Transporte  oscila entre las 70 y 100 diarias, esto significa que casi el 10 por ciento del transporte público en Tijuana es denunciado a la dependencia cada 24 horas. Y aunque la falta de cultura y responsabilidad vial es un tema que por su importancia en la vida pública urge combatir, en la ciudad solo existen 32 inspectores (de acuerdo a información oficial) para verificar y sancionar a los 7 mil 449 taxis (ruta, sitio y libre) y 3 mil 559 colectivos con registro legítimo.   Del mes de diciembre del 2013 a septiembre del 2014, se han aplicado 8 mil 242 multas, la mayoría por cuestiones mecánicas y ambientales, “sabemos que no es suficiente, pero, bueno, es ahorita lo que tenemos”, comenta José Luis Hernández Silerio, director de transporte municipal. Entre las tres empresas de transporte colectivo consultadas tienen un promedio del 36 por ciento de modernización, mismo que aseguran, sería mayor si la dirección municipal pusiera orden sobre todo en el sector taxista, “estamos en la indefensión, dice uno de ellos”. El mismo argumento es utilizado para justificar que se cobren tarifas de hasta 13 pesos en las rutas más largas, cuando lo permitido son 12, de no subir ese peso dicen, no alcanzaría para pagar unidades modernas, cuyos precios rebasan el millón de pesos a 60 meses, en caso de camiones. Con una peleando… y con la otra cobrando El chofer al parecer discute con su madre, y ella le responde desde otro teléfono. El vehículo tipo calafia circula en las calles del fraccionamiento Lomas del Refugio en busca de pasaje. “Apenas voy para Carrusel…que va a hacer, amá; no me esté vacilando…y va a dejar ahí la casa sola, amá…”. La conversación se pierde entre el sonido del motor y la carrocería color crema del vehículo haciendo fricción mientras circula por el corredor 2000. Después de colgar el teléfono comienza a subir la velocidad, la manecilla del velocímetro se separa de las treinta millas para alcanzar las 50, de las que en un buen tiempo ya no sé separará aun entrando a una zona habitacional como Villa Fontana. Casi 100 kilómetros por hora. Pujidos y apretones de dientes se escuchan casi al unísono, “No, yo casi no me subo a los camiones”, se lamenta una pasajera cuya humanidad ha sido estremecida por la sacudida del pequeño camión después de caer en un vado.   La unidad número 158 de la empresa Corredor 2000 va con rumbo a la plaza Carrousel y durante el recorrido, al conductor poco le importan baches, altos, un semáforo y los aproximadamente 27 pasajeros que carga en la calafia circulando por el bulevar Cucapah.   “La velocidad, ésa es la principal queja, pero les dices y luego, luego se ponen al tú por tú”, respondería una mujer que diariamente toma la ruta. La gente que confía en la dirección para dejar sus quejas, lo hace porque el transporte va a exceso de velocidad o porque el volumen de la música es muy alto. No obstante, a decir de José Luis Hernández Silerio, lo que procede en esos casos es solo una amonestación para la empresa, aun teniendo identificada la empresa y número del camión o taxi. La lista de multas hechas por las tres decenas de inspectores municipales la encabezan la falta de revisiones mecánicas, obstrucción de circulación de vehículos, unidades sin comodidad, seguridad mecánica y emisora de contaminantes, todas ellas infracciones al Reglamento de Transporte Público. A pesar que los inspectores tienen facultad para aplicar el reglamento de tránsito vehicular, en las multas referidas no hay registro de transporte público a exceso de velocidad o semáforos no respetados, por ejemplo. Al ritmo de la transmisión Entra la primera, la segunda, la tercera, y a la cuarta velocidad por fin le es posible ocupar un asiento después de ayudar a una mujer embarazada que le acompañaba. La puesta en marcha de las unidades con pasajeros caminando también es común, sobre todo en calafias y camiones. Metros más adelante (en la ruta centro-Villas del Campo), el conductor de la empresa 24 de febrero (camiones color naranja) se pararía justo en el entronque del bulevar El Refugio y la desviación para tomar la carretera libre Tijuana-Tecate, ahí bajaría a un hombre.   Jorge Galaviz, gerente de operación de la empresa responsable de “los anaranjados”, sostiene que para los 120 camiones que tienen en seis rutas distintas, hay 8 brigadistas –inspectores que diariamente suben de incógnitos y elaboran reportes de las faltas cometidas. Explica que por lo menos una vez cada dos días se reportan excesos de velocidad, choferes hablando por teléfono, que se pasan semáforos en rojo o que ponen en marcha el vehículo con las puertas abiertas. “Por velocidades, por las conductas de choferes…tenemos un día especial para atender los reportes, citamos a los choferes para ver el asunto en especial, donde está la debilidad, les vamos haciendo hincapié de que le bajen a eso”. El control es primero Transportistas consultados aseguran que dentro de sus agendas está la modernización de unidades y la mejora en la calidad del servicio que prestan a la ciudadanía. No obstante insisten en diferentes factores que no les permiten aplicarlo. Por ejemplo, la falta de organización en permisos otorgados de taxis o transferencias de taxis libes a la modalidad de ruta, fenómeno que vulnera sus posibilidades de competencia y por consecuencia su economía. A pesar de que Hernández Silerio sostiene que desde el inicio de esta administración municipal no se otorgan permisos ni concesiones, éstos tachan lo anterior como una mentira. Por ejemplo, Raúl González Lima, de Calfia, dice que esta empresa pasó de tener mil 197 unidades en julio del 2013 a mil 250 este año. David Mondaca de la empresa Azul y Blanco, comenta que aunque desde el año 2006 se pretende la modernización, las irregularidades que el ayuntamiento no se ocupa en corregir, no permiten avanzar.  “Cada vez vemos más taxis amparados, clonados, piratas, que las modalidades no se respetan y te dejan en un estado de indefensión, no te incentivan”. Comenta que de los 632 camiones Azul y Blanco que circulan en 17 rutas de la ciudad, 170 (26 por ciento) son de modelo 2008 a 2014. Por su parte la empresa Calfia, registra una modernización de un cuatro por ciento, si se considera que solo 50 de sus mil 250 vehículos son de reciente modelo. La empresa 24 de febrero actualmente paga 70 unidades del año 2012 a 2014, el seis por ciento de su parque vehicular, que asciende a 120 colectivos en seis rutas. El resto son del año 2002 a 2011. El Consejo pendiente Para desahogar las inconformidades tanto del sector transportista como de los usuarios, el Ayuntamiento de Tijuana ha destacado que a más tardar el mes de diciembre se terminará de constituir el Consejo Municipal de Transporte Hernández Silerio, explicó que se han recibido 70 propuestas de transportistas, no obstante, en este consejo se integrarán representantes de la sociedad civil como empresarios, estudiantes y hasta amas de casa.  “Muy importante porque es donde se expresan las opiniones de gente interesada en mejorar el transporte público. Se trata de incluir tanto a quien da el transporte como a quien lo recibe”, declaró.

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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