Nadie es profeta en su tierra, reza un refrán conocido, pero de que es brava la perra, que al de su casa ha mordido. Tenía un mal presentimiento, desconfiando de la Iglesia, no guarden resentimiento, el pueblo sufre de amnesia. En estos tiempos modernos, con tantas redes sociales el seños de los avernos a la Iglesia le echa sales. A algunos curas atora con hilos cual marionetas y sus instintos, aflora, transformándolos en proxenetas. Para qué, son tantos lujos en que viven padrecitos, si para hablar con los brujos no tienen ni cochecito. Pero no tiene la culpa, Padre, el que lo puso en su sitio, pues entre más rica la madre más despilfarra el ministro. Pero está pronosticado: porque antes del fin del mundo la piedra fortificada será solo eso y punto. Gran crisis que se aproxima, los católicos se asoman, después de estar en la cima no se acercan las personas. Que descanse el campanario de estar llamando a sus fieles, pues la gente que iba a diario ya no caerá en sus redes. Nos han quitado la venda de que limpian los pecados, pero están sucias sus prendas, cobra factura el pasado. Tan solo un botón de muestra, los padres abusadores, los cambian a otras iglesias para tapar sus errores. Duermen bajo el mismo techo, predican con el ejemplo, nos damos golpes de pecho, también la gente en el templo. El Papa le pide al mundo que ya detengan las guerras, no les pida a moribundos, ¡limpie primero sus tierras! Por no cambiar la doctrina habrá una gran desbandada, bájese de su vitrina, ¡castiguen a su camada! En tiempos de la Inquisición me hubieran quemado vivo por predecir la deserción que provoco si le sigo. No importa que me critiquen, tampoco que me maldigan, vayan tronando los triques, por Dios, que no me persigan. Si despertara conciencias con mis versos revoltosos ¿dónde se queda la ciencia?, de otros escritos valiosos. Hoy de tantas religiones y de todas las creencias para que no se apasionen vayan viendo sus creencias. Ya viene llegando el jefe de la mansión, la colina, ¡pronto! Corrijan el eje porque la piedra se inclina. Viene acompañando al grande, el mar, saldrá de su cauce, pero más pronto que tarde, ¡niños!, podrían ser la causa. Joel Vizcaíno P. Tijuana, B. C.
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