Mientras no exista una legislación de ley de proporcionalidad de costos, el comercio fronterizo de Baja California nunca logrará recuperar a los compradores, pues éstos prefieren tardarse hasta tres horas en filas para cruzar a Estados Unidos a hacer sus compras. Esto quedó comprobado el pasado lunes 17 de noviembre del presente, cuando cientos de miles de tijuanenses, en vehículo y de a pie regresaban ya en la tarde, con todo tipo de compras, desde artículos básicos para su alimentación, electrodomésticos, ropa y otros. Es alarmante pero son muchas las causas de la fuga de millones de dólares de la frontera al comercio de EUA, precisamente es el libertinaje que tiene el comercio en general en Tijuana en la cotización de sus precios. Tan es así que un artículo en una tienda de Estados Unidos, de la misma marca, en este lado lo encuentra hasta $120.00 m.n. más caro; en electrodomésticos es igual, no se diga en los artículos de cocina y de la canasta básica. Cada comercio en centros comerciales, llámese Zona Río, Carrusel, Plaza Monarca y demás, donde están anclados grandes corporativos como Soriana, Calimax, Comercial Mexicana, El Florido y otros, tienen una lucha y guerra constante de precios especiales en diferentes artículos básicos de primera necesidad. Esta política permanente es para atraer clientela, que por cierto es un fracaso. La falta de honestidad de algunos comerciantes también provoca el rechazo del comprador fronterizo, como quedó comprobado los días 15, 16 y 17, donde la PROFECO detectó irregularidades en algunos comercios que no cumplieron con las normas establecidas. Por este motivo la dependencia federal sancionó a varios negocios. Por ésta y por muchas razones más es urgente que el Congreso de la Unión, con sus legisladores, promueva una ley de proporcionalidad de costos tomando en consideración los salarios mínimos; además se requiere un reordenamiento de precios en servicios públicos, al igual como los ajustes que se están haciendo en los combustibles, falta en el gas doméstico y en el consumo de la energía eléctrica, porque aquí en la CFE es un robo en despoblado. La semana pasada fui a pagar tres recibos de negocios, fueron cerca de 40 mil pesos m.n. del costo de la energía. Así cómo, pues. Y no quieren que truenen los negocios. Con todo respeto para nuestros legisladores, es urgente que agarren al toro por los cuernos y enderecen lo que han hecho chueco por décadas, porque es tarea de nuestros diputados y senadores reordenar la economía nacional, antes de que esa sociedad en pobreza y extrema pobreza, que es más del 75%, declare un movimiento social. Ramón Rosendo Otañez Sánchez Correo: [email protected]