El diputado federal va al Congreso, para estar allí se necesita seso, Chris cree que tiene eso, por eso buscó tal hueso. Todos buscan riqueza en la política, una curul, base, Chris lo platica, buscó el voto popular para al pueblo mejorar. Gana un dineral al parecer, ya no le cabe en el Santander, viáticos, auto le da el Congreso para tener democracia en proceso. En el D. F. nos pusieron el I.V.A., tristemente Chris votó a favor, qué mala ironía tener un mal legislador, con miopía. Chris va rumbo a la capital, traicionó al elector, qué gran error pedir el sufragio electoral. Está Chris López de descanso, allá por el Caribe, sol, playa, vino, todo recibe, de feliz anda nadando. La Catrina lo observa nadar, dice: “Esta vez no te vas a escapar”, la muerte genera una gran ola y el Diputado se hace bolas. La corriente del mar turquesa lo ahoga y su parta queda tiesa, la chirriona lo pepena al ver tal escena. El Legislador tragó agua y mareóse, de repente despierta y tose, pero al ver a la Catrina, le da una temblorina. Se lo lleva la del velo blanco, vuela feliz y cantando, pronto estará sepultado, su pozo ya está cavando. al Congreso ya no se presentó, todo mundo lo lamentó, pero la pelona al elector salvó de errores que él votó. La muerte le da cristiana sepultura, le pone blanca envoltura, va en su triste caja y de lápida pesada piedra laja. Leopoldo Durán Ramírez Tijuana, B. C.
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