Luego del huracán “Odile”, que provocó la caída de miles de árboles en La Paz y mucha basura conocida como “verde’, el Ayuntamiento determinó que el centro de acopio para estos desechos se instalaría en la zona conocida como arroyo de “El Cajoncito”’, a un costado del puente Mano Amiga. Sin embargo, autoridades informaron que en dicho lugar se quemaron por lo menos 30 mil metros cúbicos de basura verde y demás materiales. El incendio se registró aproximadamente a las 6:30 am del lunes 13 de octubre, todavía esa noche, los cuerpos de emergencia mantenían los trabajos para sofocar las llamas. Se presume que el incendio fue provocado, pues en el lugar se detuvo a una persona, cuya identidad no ha sido revelada. Pedro Alba Huerta, director de Servicios Públicos Municipales, reconoció que “ya habíamos apagado un conato de incendio el sábado (11 de octubre) pero fue leve, apenas iniciaba, fue fácil controlar. La gente tiró llantas, muebles y otro tipo de basura, que fue lo que se le pidió en recomendación, por lo fácil que podría incendiarse u otro tipo de situaciones”. Al lugar acudió personal de Bomberos, Protección Civil, SAPA y de la Marina Armada de México. Por seguridad fue necesario que los planteles educativos de la zona fueran evacuados para evitar problemas con el humo que se generaba. “Por prevención no se trabajará el día de hoy, no tanto por el incendio, sino por el humo que puede ser contaminante y que pueda haber un cambio de viento, que en un momento dado, no se pueda sofocar, que ese humo se pueda trasladar hacia otros lugares””, informó Eduardo Bautista Palacios, director Municipal de Protección Civil, el día del siniestro. A un mes de que ocurriera la contingencia, los desechos verdes” no han sido recolectados en el relleno sanitario, y para algunos ciudadanos esto era de esperarse, ya que el material combustible se mantiene concentrado en el mismo lugar sin que haya una orden o acción para levantarlos del área. El simple hecho de que haya basura sólida como llantas, muebles y demás, provoca que las llamas se propaguen de inmediato, aunado a las ramas acumuladas, en su mayoría secas, que propician que el material concentrado sea combustible nato para el fuego.
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