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lunes, octubre 7, 2024
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Levantón político

Las acciones sucedieron de la siguiente manera. El diputado René Mendívil Acosta realizaba actividades en Tijuana cuando comenzó a recibir mensajes telefónicos. Le insistían a acudir a una reunión espontánea. Eran los dos consejeros ciudadanos del Consejo de la Judicatura del Poder Judicial, los hankistas que pretenden perpetuarse doce años en tal cargo, Andrés Garza y Carlos Jiménez. Le dijeron al diputado que compartían alimentos en el restaurante La Querencia y que le invitaban. Después de varios no, por parte de Mendívil, los abogados no dejaron de insistir. Querían tratar el tema de la iniciativa que presentó el diputado Fausto Gallardo donde propone que el cargo de Consejero sea de seis y no de cuatro años como es actualmente, y que además puedan ser sujetos de ratificación para otro periodo de seis años. Total, hacia la tarde el diputado Mendivil tenía una hora “libre” y accedió. Cuando llegó al restaurante, la sorpresa: Garza y Jiménez estaban acompañados de Alberto Murguía, el íntimo amigo, socio, compadre y demás de Jorge Hank Rhon. Ni hablar. Compartió el espacio, y enseguida Murguía –y no los consejeros– inició la conversación. La primera pregunta fue que si tenía un problema con Jorge Hank, porque se habían dado cuenta que el legislador no acudía a las invitaciones de fiestas y reuniones en el Hipódromo, ni a los juegos de futbol. El diputado priista se sinceró. No hay ningún problema, ninguna diferencia, ni afrenta alguna. No ha acudido porque trabajo y actividades en calle tiene muchas. Le insistió entonces el testaferro público de Hank, que si era el caso, los acompañara a un juego de futbol que estaba por iniciar. Entonces Mendívil le mostró la agenda. Estaba ahí porque de 5 a 6 de la tarde tenía tiempo libre antes de una reunión. No podría acompañarlos al juego. Pero los hankistas no entienden de razones ni de agendas de trabajo, así que Murguía arremetió: son las 5:15, acompáñanos a la comida y ya. Forzado, se dio el levantamiento político. Mendívil acudió obligado a una taquiza en la casa de Jorge Hank, solo para estar 15 minutos, saludarlo, y retirarse a su reunión de trabajo. No hubo fotografías del encuentro forzado. De hecho, todos andaban disfrazados de Xolos, con sus camisetas rojas, chalecos rojos y gorras. Carlos Barboza nunca estuvo en el pequeño encuentro, solo los levantadores del diputado, Andrés Garza, Carlos Jiménez y Alberto Murguía. Así fueron los hechos, así como dicen que Servando Gómez “La Tuta”, obliga a políticos, funcionarios, activistas y periodistas a sentarse con él. Forzándolos o de plano, levantándolos, como se nombra en el argot criminal a la acción de llevar a alguien a algún lugar contra su voluntad.  

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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