Apartándose de la obligación de informar, el mandatario nacional, aprovechó la plataforma para proyectar su gestión administrativa hacia el futuro, anunciando obras de infraestructura de gran calado en materia de comunicaciones y transportes, como lo son los proyectos de trenes rápidos de pasajeros a correr entre la ciudad de México y Toluca, Querétaro, Guadalajara, Puebla y Monterrey, así como la ampliación de las líneas del metro capitalino hacia el Estado de México, para culminar con el anuncio de la obra magna del sexenio, el nuevo aeropuerto de la ciudad de México. Señor Presidente, México no es sólo el centro la capital, existen otros muchos estados que requieren de infraestructura en materia de vías de comunicación, y la nación entera no precisa de trenes bala, lo que se requiere es un proyecto magno de infraestructura ferroviaria para transporte de carga, que nos permita aliviar la sobresaturación vehicular carretera, y reducir los costos en el arrastre de nuestros productos. El país recibe anualmente la visita de 24 millones de turistas y el 60% de ellos, es decir 14 millones, se dirigen a la Riviera Maya, lo que hace innecesaria la construcción de un aeropuerto para atender a 120 millones de usuarios, cuando los 31 millones que usan el aeropuerto Benito Juárez, en su gran mayoría lo aprovechan de escala en sus recorridos a ciudades aledañas. Lo que se requiere, Señor Presidente, es que se refuercen los aeropuertos aledaños y se abran rutas aéreas directas entre capitales estatales y con ello se le quite carga al aeropuerto central, en vez de agrandarlo para acaparar el tráfico aéreo nacional e internacional. Señor Presidente, al destacar la modernización del tramo carretero, Sonoyta-San Luis, Sonora, ha sido Usted engañado, jamás se modernizó esa arteria vial, lo único que se hizo fue, sobre el bordo original, agregar a la cinta asfáltica metro y medio de acotamiento por cada lado, que nunca antes tuvo, pero la carretera, que une a la península de Baja California, con el resto de la nación, sigue siendo una cinta asfáltica de dos carriles, cosa que deja tan necesaria la construcción de una autopista en el tramo Altar-San Luis, Sonora, como siempre lo ha sido. Destaco, Señor presidente, que México había dicho sí a la Reforma Energética. Aquí también ha sido Usted mal informado, fueron solo tres de las fuerzas políticas llamadas a integrar el Pacto por México, las que dijeron sí. La sociedad aún no ha externado su voz en este sentido, toda vez, que no ha sido justificado ante el pueblo, como fue que por acción legislativa, un puñado de seudo-representantes populares, entre ellos 232 legisladores carentes de mandato ciudadano, decidieron, a iniciativa Presidencial, cuál será el destino del escaso recurso petrolero, no renovable, con el que cuenta la nación para subsanar sus necesidades de energía y de ingresos presupuestarios. El sí que dio el Estado, se obsequió a favor de la privatización de las utilidades devengadas de la explotación petrolera, lo que a su vez conlleva a la socialización de las pérdidas de los nuevos facultados para la extracción petrolera, como ya se puso de manifiesto, al endosarle a la nación el desfalco energético, respecto a sus pasivos laborales. El no al atentado en contra de la riqueza del subsuelo nacional, lo habrá de dar el pueblo, pues esa riqueza, la precisamos para impulsar, bajo un método de explotación racional, nuestro consumo de energía doméstica, nuestra industria, nuestro transporte, nuestra maquinaria y nuestro campo. <em>Álvaro Villagrán Ochoa Causa Constitucionalista Mexicana, A. C. Tijuana, B. C.