Divina la luz que vieron mis ojos el primer día. Divina mi apariencia creada a tu imagen y semejanza. Divina mi existencia porque debe tener algún propósito. Divinos mis padres porque me dieron la vida y su amor. Divino el oxígeno porque por él respiro y suspiro por ti. Divino el cielo porque te he visto volar oculto entre nubes. Divinas las flores que me muestran su belleza y me regalan su aroma. Divinos (as) los (as) novios (as) que nos hacen soñar y suspirar. Divino el creador del universo porque sabe lo que hace y todo me ha dado. Divino, Dios, por lo que me has dado y lo que me has quitado. Divino techo por protegerme de la intemperie. Divino el verbo que crea palabras convertidas en verdad. Divino tu aliento de vida que ha creado todo cuanto vive. Divino el libre albedrío que nos hace discernir entre lo bueno o lo malo. Gracias por regalarme el tesoro más divino: El amor, el perdón, la esperanza y la felicidad. Roberto Carlos Domínguez Ramírez Tijuana, B. C.
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