AMLO: La tercera es la vencida (Última parte)

Despertar al pueblo, sacudirlo, animarlo; y organizarlo y levantarlo a la lucha revolucionaria, eh ahí la gran tarea de comunista revolucionario. Tarea ineludible de todo marxista proletario. AMLO asusta al pueblo con la consigna reaccionaria de que “la violencia crea más violencia”. Nada más falso. Consigna que va contra lo enseñado por la historia. Nosotros preguntamos: ¿Morelos, Emiliano Zapata, Pancho villa, Ricardo Flores Magón, Lucio Cabañas, etcétera, le hicieron el juego a la reacción cuando enarbolaron la violencia revolucionaria para liberar al pueblo? ¿Cometieron un grave error al empuñar las armas para derrocar a los tiranos? Ah, pero eso fue antes, replicará AMLO, aferrándose a su consigna reaccionaria. ¿Y Vietnam? ¿Y Cuba de los años 60 y los 70? ¿No fue a través de la violencia revolucionaria, que tomaron el poder y que a través de la violencia de sus armas evitó ser invadida por el imperialismo yanqui? AMLO es un miserable que repite consignas reaccionarias para asustar al pueblo. “…no hay que romper ni un vidrio porque nos va a ir peor”, gruñe repetidamente el ex priista. Un último ejemplo sobre la violencia revolucionaria: San Salvador Atenco, un pueblo en rebelión empuñando solamente machetes se enfrentó a la maquinaria policiaco militar del régimen foxista y frenó en seco las ansias lobunas de los capitalistas españoles que pretendían arrebatarles sus tierras para construir ahí el aeropuerto. ¿Se imagina Usted, estimado lector? De haber escuchado, los pobladores de Atenco, los consejos pacifistas-monacales de López Obrador de seguro que el imperialismo gachupín les hubiera arrebatado sus tierras a mansalva. Decía el gran comunista Enver Hoxha: “El garrote bien empuñado hace huir a los perros que tratan de morderte”. Algo que la clase obrera debe tener siempre presente. Los pobladores de Atenco vencieron a sus enemigos porque lucharon con valor, porque empuñaron los machetes con fuerza y resolución. Y porque estaban decididos a morirse en la lucha defendiendo sus tierras. Tal resolución hizo temblar a los sátrapas en el poder. Y los furiosos perros se vieron obligados a retroceder. ¿Habrá persona en su sano juicio que critique a los atenquenses por haber utilizado la violencia para vencer a sus enemigos? Veamos lo que AMLO expresó en aquellos tiempos en que el pueblo de Atenco era atacado: “Uno no puede ponerse de ningún lado, ambos (se refería a los ejidatarios de Atenco y a las fuerzas represivas del gobierno foxista) son iguales de violentos”. Ahí tenemos al sacerdote franciscano Andrés Manuel López Obrador. Confundiendo, deliberadamente, la violencia revolucionaria con la violencia fascista reaccionaria. ¿No es esto defender a los mastines de la burguesía? ¿No es esto despreciable pacifismo que busca hermanar a alacranes con palomas? Porque todos somos hermanos, subraya el ex priista. Burgueses y proletarios, hartos y hambrientos, verdugos y esclavos. Queda mencionar que López Obrador tiene razón cuando afirma: “A la tercera es la vencida”, solo que se le olvidó agregar, sí, a la tercera es la vencida siempre y cuando los patronos imperialistas y la derecha reaccionaria lo permitan. Mientras no. Mientras, hay que esperar otros seis años.   Javier Antuna Tijuana, B. C. Correo: [email protected]