En unos diítas, se dará inicio formal del proceso electoral del 2015, donde los mexicanos habrán de elegir a 500 diputados federales, 9 gobernadores, 903 alcaldes y/o jefes de delegación, y 639 diputados en 17 congresos estatales, 388 de mayoría, 251 de representación proporcional. Las elecciones serán el 7 de junio de 2015 y el proceso electoral arranca el 7 de octubre por voz y organización del Instituto Nacional Electoral. Los estados que habrán de elegir Gobernador y el partido que actualmente gobierna son: Baja California Sur (PAN), Campeche (PRI), Colima (PRI), Guerrero (PRD), Michoacán (PRI), Nuevo León (PRI), Querétaro (PRI), San Luis Potosí (PRI) y Sonora (PAN). Así pues es evidente a cuál partido le interesa ser el triunfador de lo que son también las elecciones intermedias federales, donde se elige a los 500 diputados que en la Cámara acompañarán el último trienio de gobierno de Enrique Peña Nieto en la Presidencia de la República. Aun cuando Peña y el PRI y el PAN (según era la intención era la pedrada y la complicidad) ya sacaron sus once “reformas transformadoras”, el Presidente no se ve un hombre que quiera perder el Poder Legislativo. El proceso que se viene será además el que confirmará si la política social de Peña ha funcionado para, como en el pasado, llevar votos a su partido. También si sus obras han sido vendidas en términos electorales, y si de verdad asumirá el costo político de las reformas que terminaron perjudicando a una buena e importante parte de mexicanos, especialmente la financiera, la educativa y la energética, sin menosprecio del resto. Los partidos de oposición pues, se enfrentarán por primera ocasión en catorce años, a la real maquinaria del poder priista en las elecciones. Con todo el presidencialismo, con todo el presupuesto, con todos los programas, con todos los dedazos, con todas las manipulaciones. Además la oposición política no está en su mejor momento. Con el egoísmo político de la cúpula panista, sus negociaciones con el PRI, sus transas con los moches, sus manipulaciones con las candidaturas y su desprestigio con las acciones individuales y colectivas de sus miembros, arriban al proceso electoral 2015, con un nuevo presidente de partido luego que el anterior, Gustavo Madero, se aferró a ganar la elección solo para solicitar licencia con la intención de ser candidato a diputado federal, en el colmo de su ambición personal por encima del interés del partido. Integrante del Pacto por México que encumbró a Enrique Peña Nieto como “el estadista del año”, Gustavo Madero no quiere quedarse fuera de la negociación ni del amparo presidencial. Aquí en Baja California el PAN no está del todo bien. Recién se descubrió la tramposa afiliación masiva que emprendieron desde el Gobierno del estado para en once días, dar de alta como militantes activos del PAN a más de once mil personas, con documentación por obligación, sin cursos de inducción y sin sentido. Todo con la esperanza de utilizar esos 11 mil votos internos para ganar candidaturas. Además los panistas están representados por un gobernador de su partido que no ha atinado a transmitir una buena administración o un buen gobierno, mientras sus colaboradores son señalados por transas, irregularidades, terciar licitaciones y cobrar de más, sea en obras, sea en planeación o en desarrollo social, tan sólo por mencionar algunas. En el PRD, el grupo de “Los Chuchos” se apoderó de todas las palabras para negociar con el PRI de Peña, los votos en las Cámaras federales, la de diputados, la de senadores. Mancera ha recibido canonjías que no les han sido dadas a otros gobernadores, y los perredistas cada vez más se alejan de la izquierda y representan ese capitalismo y ese poder del que tanto renegaron y por el que nacieron en términos políticos. A los partidos pequeños se les sumarán nuevos partiditos en las elecciones del próximo año. Entre ellos el de Andrés Manuel López Obrador, quien cree que solo, sin el PRD, sin el PT, sin Movimiento Ciudadano, podrá ganarle al PRI que no pudo derrotar con la alianza. Las campañas ya han iniciado, de hecho el gobernador anda puebleando las calles con toooodos sus secretarios y colaboradores según para informar –en uno o dos minutos por ciudadano– lo que hizo en un año. Y lo que nos falta. Acostúmbrese, ahí vienen las promesas, los compromisos con los dedos cruzados, las dádivas, los discursos, los y las aspirantes, el despilfarro, la manipulación de los programas sociales y a ver quién da más. Advertidos… ¿Eh?