La escena provoca entre pena ajena e indignación. Se suscitó al mediodía del miércoles 3 de septiembre en la Sala de Prensa del Congreso del Estado, cuando hasta ahí llegó la encargada de un puesto de tacos que se ubica en el pasillo del Palacio Municipal y el recinto legislativo en Mexicali. Buscaba, y lo encontró, a quien se asume como periodista y corresponsal del diario defeño Unomasuno, Fernando Gómez, para cobrarle más de mil pesos que le debe; 400 por consumo no pagado de tacos en cuatro meses, y 800 pesos por una olla de chicharrones que el autodefinido como comunicador le pidió, se llevó y no le pago. Inmutable, Gómez solo alcanzó a prometer a la señora que regresara el próximo martes, “para pagarle con un cheque del Congreso que va a salir a su nombre”.