Acicalados de pies a cabeza, con la nostalgia sonriéndoles, y unos diez mil corazones palpitando sin desdén, Rocco, Pato, Sax y Pacho, se despidieron de Tijuana la noche del sábado 20 de septiembre, reencontrándose como colectivo para ofrecer un recorrido discográfico de inicio a fin, formalizado luego de la separación de la agrupación en 2010, que la banda definió como descanso: “Tenemos una gira de aquí a marzo, pero primero debo decir que oficialmente, hace cuatro años nos fuimos de vacaciones, después de 25 años. Hubo muchos rumores en cuanto a eso, pero después de muchas actividades decidimos descansar. Ahora retomamos nuestras actividades, dando un cierre de ciclo porque necesitamos decir todavía muchas cosas, cosas que se quedaron en el tintero, a nivel histórico, discográfico y visual”, explicó el guitarrista a ZETA. Para Pato, el reencuentro de La Maldita Vecindad y Los Hijos del Quinto Patio corresponde a una recapitulación de momentos que coincide con la celebración de treinta años de historia del grupo, mientras que para Rocco, se trata de un momento de transformarse como colectivo, y una oportunidad para honrar su trabajo. “La gente se merecía vernos juntos, con la energía de siempre para honrar nuestro trabajo colectivo, y después de eso no habría caso de seguir haciendo covers de lo mismo. Tenemos un compromiso muy grande, lo que nos permite transformarnos. Lo importante es que estamos juntos, honrando nuestro trabajo, y eso muestra una madurez mucho mayor a cualquier ego o conflicto”, subrayó el vocalista, quién aseguró que después de marzo de 2015 seguirá habiendo Maldita Vecindad, pero de diferente manera. Respecto al rumor del conflicto entre Sax y Rocco, motivo de la separación de la banda, Pato refirió la necesidad de espacio para realizar otras actividades: “Por más placentero que sea lo que uno hace, te ahoga esa misma actividad. Estos años han sido como una válvula donde liberamos la presión que había en torno a muchas cosas, y a final de cuentas, le dimos el canal más positivo. Entre nosotros platicamos, y también hubo una invitación del (festival) Vive Latino y decidimos plantear las cosas, ver qué sucedía. Es tiempo de seguir haciendo cosas, el planteamiento no es hacer giras interminables como antes, sino ir a un ritmo distinto, pero seguir diciendo cosas con formatos distintos”. Ya sin contratos discográficos, La Maldita Vecindad prepara libremente una serie de documentos para dar continuidad a su historia. “Estoy trabajando el documental de treinta años de historia de Maldita Vecindad, también un libro de fotografías, otro de imágenes y texto, y uno de reflexiones sobre el trabajo de Maldita en estos treinta años”, precisó Rocco. El vocalista de la banda agregó que el libro contará con el trabajo de distintos fotógrafos, entre ellos el del tijuanense Gonzalo González, mientras que el de texto e imágenes, será una compilación de notas periodísticas, ensayos y material fotográfico que estará disponible en 2015. “El tercer libro son reflexiones que he hecho a lo largo de treinta años de Maldita Vecindad, que he ido escribiendo en las giras. Tijuana tiene una parte, dedicada a la frontera, donde hablo sobre toda esa cultura del pachuquismo. Tengo fotos de la primera vez en el Río Rita, es una visión histórica de lo que fue, y también con mucha reflexión”, dijo el intérprete de “Solín”, quien a la par, prepara un disco solista como Rocco Pachucote, además de una serie de compilados de rock indígena, parte del proyecto “Tradición y Nuevas Rolas”, con bandas de ska, reggae, blues, rock y punk. Para Rocco, Maldita Vecindad es un proyecto de vida, sin embargo, en el tiempo que descansaron como banda, logró profundizar en proyectos sonoros como el electro jarocho y crear la propuesta musical de Sonidero Mestizo; además de trabajar con movimientos sociales a favor de los zapatistas y Wirikuta, con lo que adquirió un aprendizaje espiritual que inyectará en el cierre de ciclo de la agrupación. La despedida, “La Lupe” y otros asuntos Para el cierre de ciclo en Tijuana, Maldita Vecindad fue acompañada por La Castañeda y La Lupita, bandas contemporáneas que hicieron vibrar a los fronterizos, pero la última en mención prendió más al público, gracias a su relación amorosa con la ciudad. “Siempre es un orgasmo venir a Tijuana. Aquí estamos pa’ lo que se les ofrezca. Esta fiesta es de Ustedes, tienen permiso de hacer lo que les dé su rechingada madre”, gritó Héctor Quijada, vocalista de La Lupita, quien interpretó “Súper Sónico”, “Maldito Amor”, “Me Cae”, “Te Odio”, “Gavilán o Paloma”, “Mente Caliente”, “Denso Night”, entre otras que dedicó. Como el caso de “El Camello”, con la cual recordó a la cantante mexicana Rita Guerrero, al músico argentino Gustavo Cerati y al tijuanense Luis Güereña. Contextualizando su visita, La Lupita interpretó “Contrabando y Traición”, de la que Quijada apuntó, es una canción con la que la banda se matrimonió con la ciudad. Luego de varios minutos, apareció sobre el templete Maldita Vecindad, iniciando su recital con “Solín”, luego, Rocco se dirigió al público en su primera intervención: “Esta noche estamos festejando y celebrando. Bienvenidos los corazones convocados esta noche. Historia, comunidad, armonía, celebración de paz y baile”. “Quiero Bailar” y “Pata de Perro” fueron dos de los temas con los que Maldita Vecindad preparaba el terreno de una noche nostálgica, hasta enfocarse a “Quinto Patio Ska”, donde el vocalista explicó: “La música es el puente en el que, aunque seamos distintos, nos podemos encontrar”, luego dedicó “Mujer” al sector femenino presente, haciendo alusión a la “Madre Tierra”; seguida por “Mojado”, en la que el pachuco glorificó a la ciudad. “Tijuana nos ha enseñado mucho, en esa gran falla, esta frontera a la que trajimos este tema a finales de los 80s, que nos recuerda que cada vez que uno se va, otro está regresando”, reconoció el músico. A la lista de temas de despedida, se agregaron “Cocodrilo”, “Kumbala”, “Lo Pasado, Pasado”, “El Circo”, “El Tieso y la Negra Soledad” y “Don Palabras”, con la que la agrupación enfatizó la tradición oral, “la palabra que va de los padres a hijos, y que se mantiene viva gracias a los merolicos, poetas y trovadores que crean conciencia y tejen historias”, finalizó Rocco.