Un gallego se va a confesar: — Padre, quiero confesarme, porque he hecho algo terrible. “Te escucho, hijo. ¿Qué pecado has cometido?”. — Pues que conocí una mujer, y le hice el amor “A LA GÓNDOLA”. El cura no tenía ni idea acerca de cómo era hacer el amor “A LA GÓNDOLA”, pero para no quedar como un ignorante, comenta: “Hijo mío, eso que has hecho, es tremendo. Rezarás 100 Ave Marías y 100 Padre Nuestros, y te me retiras inmediatamente de la iglesia… ¡¡¡degenerado!!!”. El gallego sale corriendo, y el cura, que se había quedado con la gran duda, comienza a comunicarse con otros padres para preguntarles cómo era eso de hacer el amor “A LA GÓNDOLA”. Nadie lo sabía, por lo que el cura busca en internet, llama anónimamente a distintos prostíbulos, preguntando qué significa hacer el amor “A LA GÓNDOLA”, pero nadie sabía al respecto. Finalmente, uno de los curas al que llama, le sugiere que en caso de que el gallego regrese, no lo saque corriendo, sino que le pregunte el significado de hacer el amor “A LA GÓNDOLA””, ya que todos están muy intrigados. Pasa un mes y el gallego regresa a confesarse, por lo que el cura decide evacuar esa duda. — Padre, quiero confesarme, porque he vuelto a hacer algo terrible. “Ajá, cuéntame hijo… ¿qué has hecho?”. — Lo mismo que la vez anterior, padre, no me he podido contener, y al conocer a otra mujer, volví a hacerle el amor “A LA GÓNDOLA”. Ya se preparaba el gallego para que el cura lo sacara de nuevo de la iglesia, pero en cambio, le dice: “Escúchame hijo…. te perdono, pero si me explicas detalladamente cómo es eso de hacer el amor ‘A LA GÓNDOLA’”. — Verá usted: conocí a una mujer, fuimos a una plaza de noche, y una vez allí, comencé a decirle que tenía unos ojos muy bonitos, una boca hermosa, un cuerpo esbelto, una voz muy dulce… y así le terminé haciendo el amor “A LA GÓNDOLA”. “ ¿¿¿`A LA GÓNDOLA’??? – dice el cura – ¡¡¡HALAGÁNDOLA, ANIMAL!!!”. Autor: Otro madrileño.