Puerto San Carlos, Baja California Sur.- Apenas pasó “Norbert” y el huracán “Odile” podría transitar paralelamente al estado, a escasos 100 kilómetros de distancia entre la noche del 14 y la mañana del 15 de septiembre, justo en el marco del Día del “Grito” de Independencia. Los sudcalifornianos no terminan de reponerse del golpe del ciclón “Norbert”, el cual, según el recuento de los daños, dejó el siguiente saldo preliminar: * Aproximadamente mil viviendas bajo el agua afectadas con daños parciales y totales, sobre todo por inundaciones en diez colonias de Comondú. * Más de 2 mil 500 damnificados principalmente en este puerto pesquero, quienes habitan en zonas bajas y de alto riesgo. * La mayoría de caminos rurales y rancherías dañados por las lluvias. * Afectación severa en calles de asfalto de La Paz, Los Cabos y Comondú. Ante esta situación, el 10 de septiembre se instaló el Comité de Evaluación de Daños, donde el secretario general de Gobierno, Andrés Córdova Urrutia, dio a conocer que las autoridades se encuentran recabando información y evaluando las afectaciones principalmente en vivienda, infraestructura urbana y de pesca, salud y educación. Por lo pronto se emitió la declaratoria de zona de desastre en los municipios de Los Cabos y Comondú, así como la de emergencia en La Paz, por parte de la Secretaría de Gobernación, ante las lluvias registradas del 23 al 27 de agosto, lo que permitirá tener acceso a los recursos del Fondo de Desastres Naturales (FONDEN) y del Fondo para la Atención de Emergencias. De acuerdo a datos recabados por ZETA, los principales daños se generaron en Puerto San Carlos por la ruptura de un bordo de contención de agua de mar que alcanzó a diez colonias, provocando una inundación de más de un metro de altura en mil viviendas. Los habitantes de Puerto San Carlos, como la señora Mónica Muñoz Hernández, responsabilizaron de este desastre al delegado José Mendivil Infante y al presidente municipal de Comondú, Venustiano Pérez Sánchez, porque antes del impacto de “Norbert”, solicitaron que reforzaran el bordo de contención de agua, y “ellos prometieron que lo harían y pondrían más tierra, y no lo hicieron; prácticamente les valió madre y por eso se salió el agua del mar, la cual inundó a todas las viviendas”. La señora Amparo Rangel de la Toba recordó que la noche del huracán estaba en su casa cuando escuchó que se había roto el bordo por la zona de los mangles y empezó a entrar una corriente de agua muy fuerte, procedente del mar, “y en pocos minutos mi casa estaba completamente inundada, por lo que recogí solo papeles importantes míos y de mi familia, y salí de la zona”. Agregó que una vez en la calle, “vi cómo la corriente del agua estaba arrastrando todo: muebles, refrigeradores, televisores, carros, lanchas con motores, y flotaban láminas y maderas por todos lados”. Según la señora Rangel, la mayoría de las colonias en Puerto San Carlos están sobre el nivel del mar, por lo que cualquier marejada más fuerte de lo normal tiende a sacar el agua, “y como estamos como en un pozo, si se sale, nos inunda, por eso se supone que hicieron ese bordo de contención de tierra, y cuando menos evitar que nos inunde, pero no lo reforzaron este año. Rápidamente se rompió y nos inundó a todos”. Lo más grave de todo no es la inundación en sí, sino el efecto colateral, porque solo el 15 por ciento de la población cuenta con drenaje, y el resto de la población con letrina. “Al inundarse mi casa y la de todos mis vecinos, el excremento que estaba en las letrinas salió a flote con el agua y se esparció por todos lados, exponiendo de manera muy grave nuestra salud; todos nuestros muebles, colchones, ropa y calzado mojado con esa agua contaminada, ya no van a servir porque se infectaron”, compartió la señora Amparo Rangel. La mayoría de los damnificados fueron llevados a un albergue, donde durmieron y recibieron alimentos, en tanto, el Ayuntamiento de Comondú extraía el agua de las calles y de las viviendas para devolverla al mar a través de bombas. El gobernador Marcos Alberto Covarrubias Villaseñor llegó inesperadamente de visita al albergue y habló con las víctimas del huracán “Norbert”: “No están solos, cuentan con la mano solidaria de las instituciones de los tres niveles de gobierno”, fueron su primeras palabras, acompañado del subdirector de Emergencias de Protección Civil de la Secretaría de Gobernación, Jorge Edson Vargas. “Es lamentable que las familias hayan perdido todas sus pertenencias, pero la enseñanza en estas adversidades es que se tomaron decisiones a tiempo para evitar lo más lamentable: las pérdidas humanas”, opinó el gobernante. En presencia de las víctimas, Covarrubias adelantó que desalojarían a todos aquellos que viven en el bordo de contención, porque “no podemos arriesgar a toda la comunidad por un asentamiento irregular”, y de no aceptar salirse por las buenas, tendría que ser con la fuerza pública. El gobernador hizo el compromiso de buscar un terreno y reubicarlos, y un día después del paso de “Norbert”, efectivos de la Secretaría de Marina iniciaron el desmantelamiento de viviendas en esa zona de alto riego. Por su parte, el secretario de Infraestructura, Planeación Urbana y Ecología, Salvador Pérez Ramírez, anunció la reconstrucción del bordo con costales de arena y relleno de tierra, y que iniciarían el proyecto para realizar un bordo que proteja a la población con mayor resistencia, ya que las altas mareas y fuertes oleajes han ocasionado dos rupturas en temporada de huracanes. Pese a que durante el paso del ciclón “Norbert” se extremaron precauciones y más de mil 200 familias fueron evacuadas en Los Cabos, La Paz y Comondú, y en medio de la tormenta, la Capitanía de Puerto de La Paz autorizó la salida del barco LaPazStar, el cual perdió el rumbo y se extravió durante más de 12 horas en el Golfo de California. Los 136 pasajeros del buque de la compañía Baja Ferries vivieron horas de terror y zozobra, cuando el 4 de septiembre, salieron de la terminal marítima de Pichilingue con rumbo a Mazatlán, Sinaloa. Según el boleto de pasaje, el barco salió a las seis de la tarde del 4 de septiembre en La Paz, y debió llegar a las diez de la mañana del día 5 a Mazatlán. Sin embargo, nunca llegó. Los familiares comenzaron inquietarse y solicitaron información a lo que nadie daba información de lo que sucedía, hasta que por la presión, personal de la compañía terminó por aceptar que el barco se había extraviado. Uno de los pasajeros, Gabriel Díaz, narró que su hija no dejaba de llorar cuando el fuerte oleaje golpeaba el barco, moviendo bruscamente y los platos, vasos y enseres de oficina, que caían por todos lados. “Fue una pesadilla, pero afortunadamente no pasó a mayores y todo quedó en susto”, expresó. Como era de esperarse, Baja Ferries negó el extravío de la embarcación y aclaró que todo se debió a un retraso por el mal tiempo. Hoy por hoy, los sudcalifornianos se preparan para recibir el paso del huracán “Odile”, el cual podría pasar rozando el estado de Baja California Sur. Aunque todavía no es oficial, según un funcionario consultado por ZETA, de persistir el mal tiempo, podría suspenderse el evento del “Grito”, donde se tenía prevista la presentación de la banda Los Recoditos. Abierta pesca de camarón El 5 de septiembre se levantó formalmente la veda de camarón en los litorales de Baja California Sur, aunque los barcos retrasaron su salida un par días, derivado del mal tiempo que se presentó en el Pacífico mexicano por el huracán Norbert; para este año, se esperan buenas expectativas para el sector camaronero en la entidad. Con el entendido de que el producto tuvo una buena recuperación, “este año estamos mirando que está arrancando en Bahía Magdalena, una producción de camarón con excelentes volúmenes de captura, estamos hablando en promedio que en estas dos, tres noches que han salido los productores, andan en promedio por embarcación entre los 150 kilos por embarcación, obviamente de los 50-60 de la temporada pasada, pues inicia muy bien la temporada en la entidad”, sostuvo Fernando García Romero, Secretario de Pesca Estatal. Expertos argumentan que las constantes lluvias son las principales causas de los altos volúmenes de camarón que se están extrayendo, ya que los escurrimientos que llegan al mar, llevan consigo gran cantidad de nutrientes, mismos que son aprovechados por los camarones. A pesar de que la extracción de camarón puede generar buenos dividendos este año, otros rubros del aprovechamiento de productos marinos muestran graves problemas. “En general el sector pesquero en Baja California Sur, ha tenido una crisis por algunos factores, ya lo hemos dicho por algunas situaciones del cambio climático porque recordarás, temas como la mano de león en Guerrero Negro (Mulegé), el abulón en la Pacífico norte, la mortandad de tortuga en el golfo de Ulloa (Comondú), y en los últimos días, hemos tenido también muerte de especies de escama como la Garropa”, puntualizó García Romero. En la otra cara de la moneda, para los productores locales, las pesquerías en general, están por los suelos. Consideran que apenas y sale para sobrellevar los gastos en el hogar, ya que se dijo que llegarían apoyos gubernamentales y nada más no se vieron, dicen que “el panorama para al sector pesquero, en términos generales, la verdad es que no ha sido muy bueno del todo, por situaciones que tienen que ver con fenómenos naturales, y también por algunas vedas como la de tiburón, el año pasado no tuvimos camarón”, expresó Guadalupe Amado Manríquez. Aunque la recolección de productos del mar ha sido baja, autoridades ven con buenos ojos la apertura de la pesca del camarón, situación que podría dejar una buena producción para la entidad. Sin embargo, pescadores consideran que una sola pesca, no sostiene al sector, ya que hay demasiada necesidad y los recursos que se puedan obtener, de la misma manera se irán en deudas, equipamiento y demás, consumos que se habían alargado por la carencia de recursos financieros.