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martes, octubre 1, 2024
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Dormir con los peces

Las cosas que sucedieron en México previo a la entrega del II Informe de Gobierno y al mensaje de Enrique Peña Nieto, establecieron un contexto que, digamos, no es halagador para el futuro inmediato de los mexicanos; proliferaron los errores, floreció la corrupción, la impunidad se consolida y la persecución se endurece. Sin dejar de lado la ausencia de consenso social en cada una de las once reformas federales la aprobación de las cuáles, terminó por ubicar a los mexicanos, sus grupos sociales y representantes de “fuerzas vivas”, como meros espectadores. Tan así es, que en el clamor “riguroso” del análisis político objetivo, y ante la falta de acciones reales que contar en el beneficio directo en la vida cotidiana de los mexicanos como pueden ser más empleos, reducción de precios, aumentos salariales, mejores servicios de salud, crecimiento en el nivel educativo, efectividad en la seguridad social, disminución de la pobreza, abatimiento de la crisis alimentaria, certeza jurídica, seguridad y justicia, eficiencia en la administración pública y obras de conectividad e infraestructura para mejorar la calidad de vida de los mexicanos todos, los analistas coinciden: si algo hay que reconocerle a Enrique Peña Nieto, es que sacó adelante sus reformas. Es todo lo que dicen que hay que reconocerle. Eso, que en 21 meses haya “sacado adelante sus reformas transformadoras”, aunque ello no se traduzca por lo pronto –y el Presidente no sabe precisar para cuándo- en beneficios reales y tangibles para mejorar las condiciones de vida de los mexicanos. En términos de la mafia novelada que Mario Puzzo, primero en la literatura, y Francis Ford Coppola después en la cinematografía nos ilustraron, a través del retrato de la vida interna y externa de una familia que se erige en el liderazgo de la mafia de los años cincuenta en  Estados Unidos a partir del patriarca, llamado -debido a su generosidad al momento de hacer favores, con futuros e insospechados cobros- El Padrino, muchos sabemos que recibir un pescado muerto, en el caso de la historia ficticia envuelto en papel, significa que uno de los nuestros está descansando con los peces. Vaya, está muerto. Asesinado, ejecutado, sacado de la jugada con sangre y plomo. Entonces el hecho que unos días antes del II Informe de la administración federal, aparecieran en la Laguna de Cajititlán en Tlajomulco, Jalisco, 53 toneladas de pescados muertos, flotando sobre el agua dulce… no es buen augurio de nada. Cosa contraria, estamos frente a una imagen que en la idiosincrasia mexicana nos remite de manera rapidísima a una serie de hipótesis de lo que pudo haber sucedido para que tantísimos peces popochas, hayan encontrado la muerte en su hábitat natural. En su agua, en su corriente, que terminó siendo su sepulcro. Seguro fue la contaminación, es lo primero que se piensa ya con el conocimiento y a propósito del envenenamiento de los ríos Bacanuchi y Sonora, por obra y gracia de la Minera Cananea propiedad del Grupo México; entonces se cae en la cuenta que en menos de diez días tenemos dos e importantes concentraciones acuíferas contaminadas, la de Sonora y la de Jalisco. La primera que ha llevado a la banca rota y a la desesperación a productores, ganaderos y agricultores locales, y la segunda que ha dejado 53 toneladas de peces muertos con pérdidas económicas aun no calculadas. Estamos en eso, impactados por los daños ambientales en los que el Gobierno Federal con su falta de supervisión sobre mineros e industriales ha contribuido por omisión, y sigue colaborando a través de la impunidad al no juzgar a quienes cometen estos delitos medioambientales, cuando los estudiosos de la economía y las finanzas nos asestan otro golpe cuando los especialistas nos dicen que, a propósito de las consultas del Banco de México, el crecimiento económico del país se ajustará de nueva cuenta a la baja en un 2.47 por ciento. No sé usted y no sé si ya lo cansé con el tema pero en la frontera realmente la situación es difícil –a todas las arbitrariedades, ocurrencias y obstáculos que usted, yo y todos los mexicanos padecemos a partir de la reforma fiscal, a nosotros nos tocó un incremento de 5 puntos porcentuales al IVA-. Todos los días sabemos de recortes de personal, de porcentajes menores de inversión directa, de disminución de inversión extranjera, de alza de precios, de canastas básicas que se vuelven inalcanzables y hambre e injusticia social. Luego aun no salimos de la depresión –anímica y económica- cuando tienen a bien informarnos que llegó “El Michoacanazo Estilo Peña”, con la liberación a petición de la PGR, de órdenes de aprehensión contra alcaldes de municipios de Michoacán que fueron video grabados sosteniendo reuniones con el narcotraficantes –el cuál por cierto no sabemos cuántas órdenes de aprehensión tenga- Servando Gómez “La Tuta”, quien encarna la vergüenza gubernamental al no ser aprehendido a pesar que con todos –menos usted y yo- se ha sentado y video grabado el momento para su placer y método de extorsión. Así, a Salma Karrum Cervantes de Pátzcuaro, a Arquímedes Oseguera de Lázaro Cárdenas y a Dalia Santana de Huétamo, ya les cumplimentaron la orden de aprehensión. Entonces Miguel Ángel Osorio Chong, el Secretario de Gobernación acude al Recinto Legislativo a entregar la documentación explicativa del II Informe de Gobierno, sin intervención o manifestación alguna. Las Cámaras son presididas por quienes representan los últimos pactos del Pacto, la de Diputados por el perredista Silvano Aureoles y la de Senadores por el perredista Miguel Barbosa –este último según notas de prensa que se ha comprometido a regresar el acto de  culto al Presidente, perdón el mensaje del Presidente con motivo de su informe, a la Cámara de Diputados como sucedió en el pasado y su partido tanto lo fustigó. Y en medio de todo el caos de incertidumbre económica, inseguridad, injusticia, impunidad, corrupción, arreglos políticos y prebendas del Pacto, el presidente envía su informe y da un mensaje… y yo, como muchos mexicanos, me siento durmiendo con los peces. En un país con un pésimo crecimiento económico, en medio de una crisis alimentaria, observando la impunidad para los criminales y la persecución para unos cuantos, y siendo testigos de la corrupción de mineras, industrias, nacionales, transnacionales y prontito extranjeras, en detrimento de la enorme mayoría de mexicanos que no fueron consultados en ninguna de las once presumidas reformas de Peña. Encima de todo, las cifras alegres, los números felices y los escenarios manipulados, del II Informe de Peña, que son difíciles de empatar con la realidad que vivimos en el día a día… ¿No?   

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