Aunque el trabajo de Raúl Antonio González López consistía solamente en recoger la basura de una casa de empeño en el condado de National City, California hasta llevarla al relleno sanitario, sus acciones pudieron haber matado a quien respirara a 27 metros a la redonda de los contenedores de cianuro de potasio y ácido que ahí eran enterrados. El tijuanense, de 55 años, se declaró culpable del delito de disposición ilegal de residuos peligrosos ante el juez Mitchell D. Demblin, en la Corte Federal de San Diego y podría recibir una sentencia máxima de cinco años de prisión, más una multa de 250 mil dólares. De acuerdo a información proporcionada por la Fiscalía Federal, el 12 de marzo de 2011, González López llegó hasta el negocio ubicado en National City para recoger la basura. Luego manejó hasta el relleno sanitario de Miramar en Kearny Mesa, para ahí dejar, entre otros artículos, una caja de cartón con viejos contenedores de plástico con ácidos y recipientes de vidrio con cianuro de potasio. Sin embargo, el basurero no tiene los permisos necesarios para aceptar este tipo de desechos tóxicos. Ya que la combinación de cianuro de potasio y ácidos, producen un gas de altamente tóxico, un solo respiro de este compuesto químico, puede matar a una persona, de acuerdo a estudios presentados por la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos. El grupo de científicos, declaró a la Corte, que el gas que se pudo haber generado, pudo haber causado la muerte al instante, a toda persona que se encontrara dentro de un radio de 27 metros y medio. Ya que los operadores del relleno de basura, usan maquinaria pesada para compactar los residuos, fácilmente pudieron haber roto los recipientes y provocar que los químicos se combinaran, lo cual fue un riesgo latente para los trabajadores y la clientela. En febrero de 2011, la casa de empeño We Lend More y su propietario, Marc Vogel, fueron condenadas por ayudar e incitar la transportación ilegal y disposición final de residuos peligrosos. Raúl Antonio González López fue arrestado en enero de 2014 en Tijuana y extraditado a Estados Unidos para enfrentar los cargos, de los cuales se declaró culpable y por los cuales, un juez dictará sentencia.