Con Héctor Castellanos, arquitecto por vocación y panista por filiación, ideología y pasión, se indignó sobremanera cuando en la tradicional sesión del PAN en Tijuana -la que se lleva a cabo ahora los lunes- apareció que estaría como invitado especial para dar un curso de liderazgo a los militantes, el ex alcalde de Tijuana, Jesús González Reyes. La mohína de Don Héctor no es de gratis. Tiene años, junto a un grupo de decanos panistas, intentando limpiar el partido y regresar a los principios de política humanista, de gobierno ordenado, y en esa cruzada, denunciando transas y corrupciones. Fue él quien en 2012 evidenció la falta de transparencia en el Ayuntamiento que en Tijuana encabezó González Reyes, cuando en su momento no le fueron aprobadas tres cuentas: patrimonial, egresos e ingresos, debido a irregularidades en el manejo de los recursos públicos. González no llegó a ser candidato a diputado federal, como era la intención, de ahí que el día que el ex alcalde fue convidado a dar un curso de liderazgo a los panistas, la indignación llegó a Castellanos. Ahí mismo reclamó a Felipe Luévano, el dirigente local del partido albiazul, y prometió llevarle las pruebas contra el ex presidente municipal, de quien el viejo panista dijo: “Aparte ni hablar sabe, fue una mezcla entre ‘Cantinflas’ y ‘Clavillazo’”. O sea, como dice una cosa, dice otra.
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