Con análisis a modo y recorridos manipulados, la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Tijuana (CESPT) busca convencer que la infestación de mejillones en la Potabilizadora El Florido no demerita la calidad del agua con la que abastece el 98 por ciento de la población de Tijuana y Rosarito. Basado en análisis de laboratorio emitidos por la Secretaría de Salud del Estado, sin recurrir a estudios de laboratorios externos que permitan un resultado imparcial, autoridades de la CESPT aseguran cumplir con la Norma Oficial Mexicana 127-SSA1-1994. Nada mencionan del dictamen emitido por laboratorios acreditados y aprobados por la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), cuyo monitoreo determinó la urgente necesidad de renovar la infraestructura plagada de choros. Infestada de mejillones de la variedad cebra, de las especies más invasivas de los cuerpos de agua y que mayores estragos provoca a la infraestructura, la planta de agua potable El Florido continúa operando de manera normal, sin que a la fecha la CESPT busque contrarrestar la dañina presencia. Acaso tratamientos a base de cloro, el remedio para mantener la calidad de agua de consumo humano de dos de los cinco municipios que conforman la geografía de Baja California, no se extiende a la conservación y protección de las instalaciones de la potabilizadora recubiertas por mejillones. Los dictámenes Instalaciones primarias y equipo obsoletos, fue el resultado del análisis emitido por laboratorios certificados de CONAGUA, el cual fue compartido a ZETA. Si bien es cierto, el dictamen asienta que la calidad del agua es buena, también determina que la infestación de choros sí amerita un tratamiento especial para contrarrestar el daño en el equipo hidráulico; el monitoreo es parte de la observación que bimestralmente se realiza en los diferentes cuerpos de agua. El último, efectuado recientemente, se realizó en seis puntos estratégicos y representativos de la presa El Carrizo, ubicada en el municipio de Tecate, así como en tres puntos de la descarga del acueducto Río Colorado-Tijuana, en la planta potabilizadora El Florido, en Tijuana, informó el Organismo de Cuenca Península de Baja California (OCPBC). Al parecer, los tratamientos adicionales a base de cloro, a los cuales ha recurrido la CESPT en su intento por contrarrestar la infestación de mejillones cebra, le han permitido mejorar la calidad del líquido, permitiendo que siga siendo apto para uso humano, pero no han sido suficientes para revertir el daño causado por la plaga en la infraestructura. Muestra de ello es que, en base a estudios de laboratorio, CONAGUA insiste en la urgente necesidad de renovar en forma total filtros, tomas y salidas de tanques, dispositivos que aun cuando de ellos retiren a diario los miles de choros, su contaminación es tal que la única solución es reemplazarlos por equipo nuevo. El análisis confirma lo ya asentado en un dictamen colegiado por especialistas de CONAGUA, el Centro Estatal de Agua en Baja California (CEA) y la propia CESPT: intentar un control a base de tratamientos químicos sería en vano, porque para ello se tendrían que aplicar grandes cantidades, lo que causaría toxicidad en el agua, impidiendo su uso doméstico. A la fecha, la CESPT solo se ha abocado a la aplicación de tratamientos químicos, pero en nada se ha ocupado de los procesos físicos recomendados por CONAGUA, los cuales, además del retiro manual de la conchas de mejillones, incluye la sustitución de la infraestructura ya contaminada, de la cual se retiran trimestralmente más de 160 metros cúbicos del molusco. El mal se mitiga, pero no se soluciona, por lo que la vida útil de las instalaciones de la Potabilizadora El Florido se estima a corto plazo, particularmente el Módulo Uno de la planta, el cual presenta una mayor infestación y del cual se extrae el 90 por ciento de la plaga que, a diario, es retirada y depositada en contenedores de basura que posteriormente la empresa GEN retira y deposita en el relleno sanitario de Valle de Las Palmas. Respecto a la calidad del agua, para medirla se consideran cuatro indicadores: coliformes fecales (COLIFEC), demanda química de oxígeno (DQO), sólidos suspendidos totales (SST) y demanda bioquímica de oxígeno (DBO). De acuerdo al estudio efectuado en la planta El Florido, en COLIFEC, los parámetros recaen en excelentes, al igual que en la descarga del acueducto Río Colorado-Tijuana; en DBO, en ambos cuerpos el parámetro es aceptable; y en DQO, el resultado determina buena calidad. En los estudios realizados en la presa El Carrizo, los resultados de los indicadores van de aceptable a buena calidad y excelente. Sin embargo, CONAGUA aclara que, una vez entregada el agua a los organismos operadores para su debido tratamiento y distribución para consumo humano, en este caso CESPT, corresponde a la Secretaría de Salud en Baja California, verificar el cumplimiento de la Norma Oficial Mexicana 127-SSA1-1994. Es decir, el resultado de este análisis determina la calidad del agua conforme es entregada a la Potabilizadora El Florido, basado en un dictamen emitido por la Secretaría de Salud del Estado, sin que a la fecha la dependencia federal haya recibido reporte alguno de otra dependencia, ajena al gobierno de Baja California, que refiera la calidad del agua que se extrae de la potabilizadora y es enviada a la población de Tijuana y Rosarito, algo de lo que CONAGUA tampoco se hace responsable. Agua no apta para consumo humano “El agua no es apta para consumo humano, peso sí es potable”, asentó Juan Manuel Tamayo, subdirector de Agua y Saneamiento de la CESPT. No obstante a esa afirmación, el funcionario dijo que el agua que sale de la planta potabilizadora de El Carrizo, sí cumple con las normas de salubridad. Para sostener ese dicho, la Comisión programó un recorrido por las instalaciones de la planta, para “aclarar la nota de ZETA” (edición 2101), en la que se dio cuenta de la infestación de mejillones en la planta de agua potable El Florido. De entrada, el recorrido se programó para un solo medio y, más que aclarar, la intención era desmentir la información dada a conocer por este Semanario, aun cuando esta se basó en análisis avalados por la propia Comisión Estatal de Servicios Públicos de Tijuana. Presente este medio de comunicación, la “aclaración”, solo se limitó a lo concerniente a la calidad del líquido, pero de la infraestructura, los funcionarios presentes se limitaron a determinar que no requieren ser renovados, como recomienda CONAGUA. Para la ocasión, la potabilizadora lució limpia y los contenedores en los que a diario se vierten metros cúbicos de mejillones se habían vaciado. El nivel del agua de la potabilizadora se elevó para impedir que la tubería plagada de mejillones fuera observada por los reporteros. Con ello se intentó ocultar la presencia que, finalmente, funcionarios de CESPT terminaron por reconocer. Los pasos de la redactora de ZETA y el fotógrafo fueron seguidos por la cámara de una productora contratada por CESPT para la ocasión. Todo movimiento de ambos reporteros se videograbó, hasta rayar en acoso, desde su arribo a la planta hasta su partida. La explicación para “confirmar” la calidad del agua fue superficial. Sin un análisis de por medio ni mayores pruebas que su versión oficial, Miguel Ángel Zavala Pantoja, subdirector de Construcción de CESPT, reiteró que la presencia de la plaga no afecta el proceso de potabilización del agua: “Los mejillones siempre han estado ahí, así como langostinos, truchas y otras especies de agua dulce, sin que ello afecte ni la calidad del agua, ni el estado físico de la infraestructura”. Por su parte, Jorge Enrique García, jefe del departamento Red Matriz, explicó que a diario se llevan a cabo muestreos del agua en los 300 mil metros lineales de la red con la que CESPT distribuye el líquido a los municipios de Tijuana y Rosarito. Proveniente de la presa El Carrizo, desde su arribo a la planta El Florido, el agua se preclora, acción que se repite durante todo los pasos subsecuentes del proceso de potabilización. No invertirá CESPT en reparar daño de mejillones Esa confirmación unilateral es suficiente para que la Comisión reitere su negativa a invertir y cumplir con el convenio signado con CONAGUA, para reparar el menoscabo causado por los mejillones en la infraestructura de la potabilizadora. Tasado en 38 millones de pesos, el daño no será reparado, aun cuando el 60 por ciento lo estaría invirtiendo la Comisión Nacional del Agua. Miguel Ángel Zavala Pantoja, subdirector de Construcción de CESPT, insistió en que es innecesario cambiar tubería y filtros, tal y como lo determinó el estudio realizado por especialistas de CONAGUA, CEE y la propia CESPT. Finalmente, expuso, la planta continúa operando, sin mayores problemas, aunque no se atrevió a confirmar si a futuro se podrá sostener su operación en esas condiciones de infestación. Por el momento, el suministro de agua, aunque no apta para consumo humano, sí se garantiza. En el recorrido no estuvo presente Alfonso Álvarez Juan, director de CESPT, cuyo desinterés por abatir la plaga de mejillones es tal que, con convenio de por medio, se negó a programar en el gasto de 2014 la partida correspondiente al 40% de los 38 millones que a la dependencia a su cargo le correspondía aportar. Al fin y al cabo, el funcionario estatal argumenta: “Los mejillones sirven para clarificar el agua”.