Testigos relatan lo que en los pasillos de las instalaciones de Oportunidades en Tijuana, es el tema de la semana: empleados de la sectorizada SEDESOL, con nombre y apellido, terminaron en los golpes y, dicen, que hasta en el Ministerio Público. Eran alrededor de las nueve de la noche del martes 22 de julio, y por ningún lado aparecían varios acuses de recibido de las tarjetas que Oportunidades distribuye para canjear por productos Diconsa. La urgencia de encontrarlos (porque de estos documentos depende que se le compruebe a las autoridades federales la correcta entrega del apoyo), llevó a los funcionarios del programa a buscar en el interior de los vehículos que manejan los responsables de atención. Entre los que buscaban, estaba Daniel Espinoza Aguirre, asistente de Carlos Flores, responsable de Oportunidades en Tijuana. Pero cuando Daniel se topó en la revisión con Claudia María Córdoba, encargada de atención en Villas del Campo y Terrazas del Valle, no fue para recibir un trato amable. La molestia de la empleada -que comentan, no entregó los documentos “porque no quiso- fue tal, que tras la descontada a Espinoza Aguirre, éste acudió al Ministerio Público para denunciarla por lesiones. Luego afirmaron, Claudia hizo lo mismo, levantar denuncia pero contra Pavel Murillo, delegado estatal, contra Carlos Flores y su asistente Daniel. La denuncia no prosperó. Sobre la escena de sus empleados, Murillo declaró no tener información de que la revisión haya llegado a golpes y denuncias. Refirió que solo se trató de una verificación de rutina para evitar que se perdieran los comprobantes de apoyo a las comunidades necesitadas. Mientras los empleados insisten que sí se perdieron, pero luego aparecieron. Qué cosas.