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miércoles, julio 9, 2025
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La sociedad pierde el humanismo

Los seres humanos mujeres y hombres de bien, prefieren proteger animalitos como a los perros y gatos, que ayudar a un ser humano, esta sociedad ya existente que es protectora de los animales, le exige a las autoridades y a los Legisladores leyes claras para proteger a los animalitos, segundo; vemos a grupos organizados hacer colecta de alimento para miles y miles de perros y gatos que recogen de las calles, estos que están abandonados, los llevan con el veterinario, los bañan, vacunan, esterilizan y los trasladan a un albergue o santuario para luego darlos en adopción. El contraste de este gesto de protección a los animalitos, es que en el entorno social deambulan en la calle miles de personas jóvenes, adultos y ancianos, que vagan enfermos con necesidades de alimentación, vestimenta y medicamentos, este sector que protege a los inofensivos animalitos, no se atreven a recoger a una persona necesitada, que requiere de una atención médica, darle de comer y vestirlo, este acto de insensibilidad hacia el ser humano tiene miles de razones, estas causas se las han ganado a pulso, por naturaleza un amplio sector de los humanos que están catalogados por ser: Ingrato, desleal, traicionero, inhumano, insensible, malagradecido y aprovechado, con estos atributos negativos que se han ganado a pulso algunos humanos, la gente de bien no se atreve a auxiliar a una persona que está tirada en la calle y llevarlo a su hogar, por los riesgos que implica y representa este desconocido, así sea un joven o adulto, las personas de sentimiento y sensibles prefieren proteger a los inofensivos animalitos, porque dicen que los perritos y gatitos sí son agradecidos y leales. Hay muchas vivencias y anécdotas sobre personas que han tenido la desgracia de haber sido víctima de robo y despojo, hasta asesinadas, este hecho perpetrado por personas que un día se atrevieron a darles hogar y protección, ahora bien, si se le suman a los humanos estos actos, hijos que mataron a sus padres, otros que trataron de ahorcar a su madre, padres, tíos, hermanos que abusan de sus familiares, y otras calamidades cometidas por seres humanos, como el caso conocido por el suscrito de una familia que fue rescatada de la extrema pobreza en el año 1981. Vivían en una casa-sótano en la colonia Guaycura, después de años este benefactor al jefe de la familia lo convirtió en su socio en una empresa, este sujeto sufrió el “transforme” producto del poder económico, que es un “afrodisiaco” que echa a perder a gran parte de la sociedad. Aquí en este caso se sintió tan poderoso, que corrió de la empresa a sus principales socios, en esta vivencia real el ingrato que antes estaba en la pobreza, en un acto de abuso apoyado por una Notaría Pública y un familiar que laboraba ahí, pasó todas las acciones a nombre de su familia, el actor de este traidor e inhumano hecho murió en un accidente automovilístico, cuando el afectado emprendió un juicio civil, la familia contrató a unos delincuentes en Sinaloa, para que ejecutaran al denunciante, el afectado prefirió olvidarse del agravio y perderlo todo, vivir tranquilo y feliz. De estas experiencias de agravios de todos los calibres entre humanos hay millones en el País, hay de todo como en botica de gente mala en contra de la buena. Hay cosas increíbles pero ciertas, que salen a la luz pública en los medios de Comunicación. Yo entiendo a la Sociedad Animalista, que hasta expone su vida cuando ve a un perrito atropellado, esta persona se baja de su vehículo a media calle y rescata al animalito, me viene en mente un dicho muy claro de las personas protectoras de los animalitos. Dicen: “Entre más conozco a los humanos quiero más a mis perritos y gatitos”. En nuestro hogar tenemos 3 perritos rescatados de la calle por la familia de mi esposa; es un encanto: muy agradecidos. Queda claro que hay una descomposición social enorme, difícil de reencontrarse con el entendimiento y la paz entre los humanos, hay una esperanza porque somos más los buenos que los malos, al final con la ayuda de Dios y con la equidad en justicia, la batalla debe de ser ganada, logrando exterminar a los malos, con la advertencia: sin meter a los políticos.   Ramón Rosendo Otáñez Sánchez Correo: [email protected]

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Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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