A raíz de una denuncia en el Departamento de Quejas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), en la que Graciela Hernández exhibe una deficiente comunicación entre unidades hospitalarias para la atención de su señora madre, la institución decidió poner trabas en el servicio, a pesar de la crítica situación de salud de la paciente. Hernández López lidera asociación civil GraceLove62 en el Estado de México, que se encarga de velar y proteger los derechos humanos de quienes lo requieren. Su madre, la señora López, padece una enfermedad crónica renal, para la que requiere periódicamente terapias de hemodiálisis. Así, desde 2010, debido a una subrogación por parte del IMSS, la paciente era atendida en una clínica particular de nombre Cerrual, del grupo Fresenius Medical Care, en Ecatepec. Luego de cuatro años, el martes 1 de julio de 2014, la denunciante fue notificada por la particular, que debido al término del contrato de subrogación con el IMSS, la atención a la paciente se daría en ese lugar hasta el sábado 5 de julio, posteriormente le atenderían en la Clínica número 200 del nosocomio gubernamental. La unidad se encuentra a poco más de una hora del domicilio de la paciente, lo que elevaría los gastos de transporte, además de perjudicar el estado de salud de la mujer de edad avanzada, debido a los traslados. Graciela Hernández acudió a distintas oficinas de autoridades para cuestionar por qué el cambio hacia una clínica tan lejana, pero solo recibió negativas, maltrato verbal y mala atención por parte de los trabajadores del Instituto. Inconforme, el 3 de julio, Hernández López envió un oficio dirigido al titular del área de Auditoría de Quejas y Órgano Interno de Control en el IMSS, José María Garibay Navarro, en el que describe las acciones anteriores, así como el cambio de clínica por escrito, para darle certeza a la situación. Además, expuso la existencia de otras clínicas familiares como la 77, la General de Zona 76, o el Hospital General 196, las cuales a distancia de su domicilio, solo toman 15 minutos para su traslado. Posteriormente, en otra visita a hospital, solicitan nombre y número de Seguridad Social de la señora López, y la denunciante detecta que en la base de datos aparece un domicilio falso en Tlalnepantla, Loma Bonita. A pesar de que en tres ocasiones distintas, el nosocomio recabó los documentos correspondientes, con el objetivo de actualizar el sistema, la información estaba incorrecta. Ahí mismo, le hacen saber que se envió la petición para el cambio a la Clínica 196, a cargo de la doctora María Godínez Flores, pero ésta decidió desecharla. Hernández López presume posibles represalias en su contra, originadas por la queja interpuesta, lo cual considera, daña la salud física de su madre y atenta contra sus derechos humanos. Asegura que en las últimas dos sesiones, ha recibido a la señora López en muy mal estado posterior al tratamiento. Por otro lado, la situación afecta a su economía, puesto que de los tres días de la semana que se dirigen a tratamiento, el traslado desde su casa a la clínica cuesta alrededor de 300 pesos. Graciela Hernández acudió a la Comisión Nacional de Arbitraje Médico (CONAMED) para presentar una denuncia, y así buscar el apoyo por parte de ésta. Sin embargo, la respuesta fue que la comisión solo expide recomendaciones, y no puede obligar a la institución a solucionar el problema. “Si a ella (su madre) le llega a pasar algo, asistiré a proceder legalmente en contra de quienes resulten responsables”, adelantó Hernández a ZETA. Foto: archivo