Soberbia faena de Eulalio López “Zotoluco”, a su segundo, Ricardo Macías “El Cejas”, toreó a un público que se encontraba ávido de ver toros y de festejarlo todo. Ricardo Frausto lució muy sobrado. Del ganado de Pozo Hondo sobresalió el sexto. Fernando Galán Martínez tuvo un atinado debut en el palco de la autoridad que no le quedó grande, al contrario, dejó asentado que Tijuana es una plaza de primera y no un circo, donde no se regalan orejas y no se pasan novillos por toros. Primer toro. Con “Aniversario”, número 41, de 440 kilos, cárdeno, bragado, meano y delantero, la primera figura Eulalio López “Zotoluco”, vestido de marino y oro, abrió la temporada 2014, el 20 de julio en la Monumental de Playas, que hizo ponderable entrada. Lanceó magistralmente. Lidió con sapiencia. “Aniversario” fue al caballo y lo clavaron rápido. Empezó con la mano izquierda y así continúo, vino un adorno, siguiendo en interminables tandas que fueron del gusto de los buenos paladares. Entre más avanzaba la faena, crecía el asombro, pudo apreciarse la inmensa gama de conocimientos, también intentó faena por el derecho, pero no era el lado. Surgieron entre aquella magia los abanicos y los pases de pecho, martinetes, la dosantina y el desdén. Ante la debilidad de “Aniversario”, el matador se fue tras la cruz, lamentablemente pinchó en dos ocasiones y escuchó un aviso. Cerrada ovación en el tercio. Segundo toro. “Centenario”, número 24 con 550 kilos, cárdeno, bragado y tocado del derecho, correspondió a Arturo Macías “El Cejas”, vestido de nazareno y oro. Comenzó con dos faroles, luego en el centro del ruedo, se abrió en chicuelinas muy ajustadas a pies juntos. Llevó bregado al toro al caballo, fue picado levemente, muy débil, de tres pares clavaron uno adecuadamente. Con la muleta “El Cejas” realizó una faena cascabelera (por llamarle de alguna forma), no puede negarse que tiene ángel y le llega al público, sin embargo, está muy alejado del temple, se le olvida su quehacer por estar repartiendo sonrisas y tirando del toro sin hilvanar una faena, solo se le vieron trasteos sin ton, ni son. Tomó la franela y aprovechó el buen lado izquierdo de “Centurión”, ahí concentró su trabajo, rematando con el de pecho rodilla en tierra. Éste fue el toro de la corrida al trasmitir, facilitándose las cosas para Macías, quien debe comprender que con esa forma de torear, nunca llegará a figurar y, con esas hechuras, hay demasiados por todos los rincones de la patria. Procedió a enroscarse con el toro, que por cierto, es de pésimo gusto, concluyó de pitón a pitón. Logró una entera muy tendida, el público solicitó la oreja, y el Juez, con toda justicia, no la concedió. Vuelta. Tercer toro. “Cocotero”, número 32 con 500 kilos, negro entrepelado, bragado y delantero, tocó en turno a Ricardo Frausto, vestido de malva y oro, con bordados en corazones, que se presentaba en Tijuana y lo hizo con éxito, pero con el Toreo de valía, entrega y profundidad, que le llegó inmensamente a los conocedores. “Cocotero” salió rematando fuertemente en tablas en dos ocasiones, hasta que se escobilló. Frausto recogió al astado con tafalleras, y en una, el toro lo derribó por las condiciones del cuerno, chicuelinas, revolera y el remate. Lo condujo bregando al caballo, se le dio un puyazo, al débil “Cocotero” se colocó en el centro del anillo para citar por gaoneras, atinado segundo tercio, pases por alto a pies juntos, cambiados por la espalda, engarzó aseada faena por el lado izquierdo, matizada por el sentimiento y el buen torear. La respuesta y entrega del público fue inmediata. Cobró una entera para oreja y el reconocimiento general. Cuarto toro. “No Fue Penal”, número 34 de 450 kilos, negro, meano, delantero. “Zotoluco” lanceó a pies juntos y la revolera. Con la izquierda pase de pecho y el martinete. Interminable tanda con la izquierda que era el lado del burel, entre más toreaba, más se sentía su maestría. Es un torero que come aparte y debe calificársele con todo el respeto que se ha sabido ganar a lo largo de 28 años de trayectoria. Con “No Fue Penal” dejó constancia de la sabiduría que atesora. Su Toreo está por encima de todo y de todos. Por el lado derecho protestaba. Cuando se encontraba en el clímax de la faena, pasó la factura al burel, al que dio un pinchazo hondo y concluyó con un golpe. Emotiva salida al tercio. Quinto toro. “Abuelo”, toro número 5 y 450 kilos, cárdeno, bragado, delantero. Arturo Macías “El Cejas” lo recogió con tres faroles de rodillas, braceó con limpieza, fue picado y banderilleado con discreción. Faena derechista sin rumbo, se aprovechó que todo era festejado y se apoyó en los pegajosos pases dobles “En Er Mundo” y “Pelea de Gallos”, se dedicó a torear a la parroquia de sol, encendiéndose los ánimos, ante un animal que no trasmitía. Dos de pecho y el teléfono. Una entera y una apabullante petición de oreja que prácticamente obligó a la autoridad a soltarla, aunque el inmerecido auricular fue protestado por un amplio sector, incluso tuvo que regalarla. Ovación. Sexto toro. Un magnífico ejemplar de Pozo Hondo “Oro Blanco”, toro número 21 de 490 kilos, cárdeno bragado y cornivuelto. Ricardo Frausto lanceó con pureza y la media, le pegaron en el caballo, aceptablemente clavado. Principió con doblones, el de pecho y derechazos, cambiados por la espalda, la dosantina, la poncina. Procedió con la derecha, jugándosela con manoletinas. Tres pinchazos finiquitaron su estupenda actuación. Saludos. Palabras del triunfador Ricardo Frausto: “No conocía la plaza, está preciosa y la afición es interesante”. Dijo sentirse muy ilusionado, le gustó bastante su lote, al que disfrutó y aprovechó al máximo. Acotó que el traje de luces es muy pesado y caliente, por ello la entrevista concedida a ZETA, fue de civil. Aseguró no haber sentido miedo y celebró que la gente haya disfrutado de los muletazos que daba y lo que estaba trasmitiendo. Reconoció que a pesar de ser de Aguascalientes, nunca fue a una Escuela Taurina, pero que se encuentra a favor de ellas y de su proliferación. Cuando era un niño algunos matadores lo acogieron como Rafael García “Chocorol”, Fermín Espinosa “Armillita” y su hijo Fermín IV, hoy inicia una relación laboral con Casa Toreros y esperan hacer una bienhechora mancuerna para torear en plazas muy importantes de México y España. Con planes inmediatos, espera confirmar este año en La Plaza México. Venía acompañado de su padre y su hermano, quienes le sirven de apoyo. Tiene tres cornadas una en cada muslo y otra en la pierna derecha. La cornada es un golpe en seco que duele bastante, luego se empieza a sentir caliente y arde. Un torero siempre sabe cuándo lleva la cornada. Es devoto de la Virgen de Guadalupe y de San Judas Tadeo, y afirma que sus peticiones siempre le son escuchadas y ha recibido milagros; por lo pronto se fue con una oreja de mucho peso. Respecto a la corrida, la opinión del Juez Fernando Galán es la siguiente: le parecieron buenos toros quinto y sexto. “El Zotoluco” estuvo impresionante, lástima que la gente no lo entendió. A Arturo Macías le toco el peor lote, toros muy malos, terminaban con la cara arriba y muy descastados. Ricardo Frausto le encantó y, si torea siete u ocho corridas antes de llegar a la Plaza México, va a hacer algo tremendo. Se sintió muy a gusto desde el palco de la autoridad. Antes de la corrida se guardó un minuto de aplausos para el finado ganadero Pepe Chafick. Se entregaron reconocimientos de parte de la revista Olé a “Zotoluco” y a “El Cejas”. Había en la banqueta de la plaza doce personas con cuatro cartulinas protestando por la tortura a los animales. Al darse muerte al sexto, se rifaron entre niños diez capotes de brega, patrocinados por José Luis Cervantes, ganadero de El Llano. arruzina@gmail.com