Se me vinieron los años, los nuevos, luego los viejos quedando los desengaños de tiempos ya muy añejos. Hoy solo queda de mí la sombra de mi pasado, la sombra de lo que fui en este orbe malvado. Cual fantasma de otro mundo mi pobre cuerpo ya muerto descansa en sueño profundo sus restos en este huerto. Como un titán jubiloso de mis entrañas surgiste, tú sabrás salir airoso aunque quieran destruirte. Pero yo desde el arcano siempre velaré por ti llevándote de la mano por senderos que yo vi. Eres verde, amor y alma, mereces paz y respeto, la vida vivir en calma, que no talen tu cuerpo. Alberto Torres Barragán Colima