Las profesionales de la medicina que en el área de Salud del Gobierno del Estado de Baja California, son responsables del programa de Atención al Cáncer de Mama y Cervicouterino, están muy preocupadas. El medicamento para el tratamiento de estos males se ha agotado, y la Secretaría de Salud, por cierto a cargo del dentista Miguel Osuna Millán, no les abastece del necesario, importante y urgente tratamiento. Y eso que a la llegada al cargo ya encontró la infraestructura, la unidad oncológica con acelerador lineal para las radioterapias, quimios y braquiterapia. Así como once mastógrafos y una unidad móvil para el mismo fin. Pero de nada sirven si las doctoras no cuentan con el medicamento post quimioterapia y radioterapia, y las pacientes no pueden concluir sus tratamientos de vida o muerte. Entre los medicamentos faltantes mencionan Letrozol y Cabecitadina. El caso ha llegado incluso a organizaciones sin fines de lucro en San Diego, California, donde quieren -pero no les permiten- ayudar a las pacientes. De hecho, entre la Secretaría de Salud y el Seguro Popular, deberían abastecer de medicinas para que el programa siga adelante y no cobre la vida de mujeres. Pero pues no hacen nada.