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viernes, agosto 8, 2025
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Sigue adelante

La fuerza que tu carácter proyecta me estimula para seguir adelante, eres de las personas que nada las vence, a nada le temen y nada las doblega. Ser testigo de tu lucha permanente contra todo lo que te aqueja me inspira una infinita admiración y un enorme deseo por seguir tu ejemplo. La vida nos ha tratado un tanto cruel, la adversidad se ha manifestado con frecuencia en el trayecto de nuestras vidas, pero más que rendirnos nos ha convertido en guerreros de la subsistencia, en gladiadores del infortunio, así como en combatientes permanentes por la superación y el progreso. De la fatalidad aprendí que es mentira que los golpes de la vida nos vuelven más fuertes, sino que nos acostumbramos a ellos y nos volvemos invulnerables al dolor que lacera nuestro sentimiento y cuerpo. Asimismo me di cuenta que no siempre en el rostro la sonrisa refleja el estado de ánimo de las personas, simplemente es una máscara que cubre nuestras congojas y que en los momentos difíciles nos ayuda a tratar de proyectar una alegría que estamos lejos de sentir. En el transcurso de nuestra existencia siempre tratamos de dar todo lo que teníamos a los demás, nunca nos interesó atesorar riquezas y vivimos en la medianía que nuestros sueldos nos permitían, siempre buscando ser felices y que quienes nos rodearan también lo fueran, la experiencia nos enseñó que para tener la cartera llena se ocupa un corazón vacío. Hoy, a estas alturas de nuestras vidas me doy cuenta de nuestros errores, pero también de nuestros aciertos, y en la evaluación final creo que estamos a mano con la vida, solo nos queda terminarla dignamente. Siempre que te miro inmersa en esa lucha personal por salir adelante me doy cuenta que no hay peor cárcel que la de un cuerpo enfermo, pero también comprendo que a pesar de tus limitaciones nunca te darás por vencida, eres de esos raros ejemplares que se crecen al dolor, y cuando tus dolencias se vuelven insoportables y pides ayuda es solo para que te demos un empujoncito y tú puedas continuar con tu camino. Tu fortaleza es infinita, y tu valor para continuar adelante no tiene límites, eres invencible y nada podrá detenerte. Y así, tú en tu lucha y yo en la mía, continuamos delante, no forjamos en un pasado lleno de altibajos y obstáculos, pero siempre superando la adversidad, nacimos para morir de pie y mirando al cielo. Hoy, solo deseo mírate caminar erguida, fuerte y segura, solo quiero que continúes tu camino con la entereza con que lo has hecho hasta ahora, que nada te doblegue ni te rinda, quiero que continúes dándonos el ejemplo de vida como hasta ahora lo has hecho, que tus lágrimas sean de alegría y no de dolor, que tu sonrisa sea real y no fingida, que tus palabras suenen fuerte y no débiles, que tus gestos sean positivos y no titubeos inseguros. Te quiero así, grande, fuerte, enérgica, luchona y dueña de ti misma, como siempre eres. Abre tus brazos a la vida y aférrate a ella, olvídate de la muerte, que ella llega sola, no ocupa invitación y solo representa la etapa final de nuestra existencia, por designio de Dios o el curso de la naturaleza. Sé que caminamos hacia el final de nuestras vidas, los años ya castigan nuestros cuerpos, pero aún nos queda la energía para llegar al final siendo autosuficientes, sin depender de nadie, dándole gracias a Dios todos los días por poder disfrutar de otro amanecer. Sin quejarnos de lo que ya no nos funciona y disfrutando de lo que aún nos da servicio. Viviendo cada detalle al máximo, regocijándonos de toda la belleza que nos ofrece la naturaleza y sobre todo sintiéndonos vivos y activos. Solo ambiciono que los malos momentos no nublen el corto futuro que nos queda, que los recuerdos gratos estén siempre presentes y que las situaciones tristes y angustiosas queden en el olvido, ningún beneficio nos aporta recordar y revivir las desgracias, la vida nos la brindó Dios para disfrutarla , más aún cuando se llega al final del recorrido. La alegría y la felicidad deben ser el premio por haber cumplido con todo lo que el destino nos deparó, lo bueno y lo malo en igualdad de valoración. Hoy te puedo decir que estoy a tu lado, aunque el destino nos haya separado, quiero que sepas que siempre contarás conmigo en cualquier momento que lo requieras y que lo que más deseo en estos días difíciles es saber que como siempre, superaste la crisis y sigues en la pelea por la vida. Hoy solo quiero desearte que sigas adelante.   Juan Alberto Vega Parra Tijuana, B. C.

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Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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