Gracias al empate de último momento contra Estados Unidos, Portugal llegó al tercer partido con vida. Necesitaba la combinación de una derrota estadounidense y ganar por goleada. Alemania cumplió con la primera parte de las condiciones, pero los peninsulares se quedaron cortos en la victoria de 2-1 sobre Ghana. Los dos tantos europeos fueron regalos africanos. Los portugueses comenzaron al ataque, todo alrededor de Cristiano Ronaldo. Un pelotazo al travesaño, tiro libre atajado y cabezazo a las manos del arquero, Fatawu Dauda, frustraron a “CR7”, en blanco en este Mundial. Miguel mandó pase a profundidad en la dirección de Joao Moutinho, se anticipó John Boye y, para su mala fortuna, el rechace se convirtió en remate al poste y adentro. Con “autogolazo” ya ganaba Portugal. El goleador ghanés, Asamoah Gyan, anotó de cabeza y emparejó los cartones en la segunda mitad. El empate mataba a Portugal sin importar el resultado entre Estados Unidos y Alemania. Fue necesario un segundo regalo para que pudiera anotar Cristiano Ronaldo y recuperara la ventaja un equipo portugués con la brújula perdida. Un remate de cabeza deficiente no fue controlado por el guardameta y sólo golpeó de puños hacia adelante, le cayó a los pies al astro del Real Madrid alrededor del manchón penal y completamente solo. El atacante mandó el balón a la cabaña y estaba con vida Portugal, pero necesitaba más goles en los diez minutos restantes. Los ibéricos no supieron aprovechar oportunidades frente a la puerta y les faltaron tres goles para continuar en el Mundial. Se fueron eliminados con cuatro unidades, misma cantidad que Estados Unidos. Pesó la goleada de 4-0 a manos de Alemania en el primer partido.