El lunes 23 de junio, a la 1:00 pm (hora Noroeste), volverá a paralizarse el país. México enfrentará a Croacia con la calificación a octavos de final en juego. El “Tri” pasó de la euforia de ganar por la mínima, al conformismo optimista de un empate a cero. Necesita no perder para sellar su pase a la ronda de 16. Solo hay un enfrentamiento previo entre croatas y mexicanos. Compartieron grupo en 2002, se toparon en el partido inicial de ambos conjuntos, con victoria tricolor de un gol por cero. En los últimos meses, México no ha lucido poder ofensivo contra rivales de mediano pelo, no se diga rivales de peso. Aun así, tiene la oportunidad de clasificar a octavos de final con un solo gol a favor. Solo necesita empatar con Croacia, de manera que la igualada a cero es más que suficiente. La ventaja para la oncena de Miguel Herrera es la puerta intacta. Después de 180 minutos, no ha sido perforada la puerta de Guillermo Ochoa, quien pasó de ser un chiste por no jugar un Mundial en tres convocatorias, a héroe (deportivo) nacional, gracias a su destacada actuación ante Brasil. Tuvo cuatro atajadas clave, incluyendo tres remates de Neymar. Gracias al arranque favorable, México no necesita ganar o ganar, también tiene la ventaja de controlar su destino. Con matemáticas sencillas, las posibilidades del grupo se resumen de la siguiente manera: Brasil comanda el Grupo A con cuatro puntos, misma cantidad que México, pero con diferencia de goles de +2, uno más que el “Tri”. Croacia consiguió tres puntos tras eliminar por goleada de 4-0 a Camerún, siguiente rival de Brasil con juego simultáneo. Croacia necesita ganar para llegar a seis puntos y dejar a México con cuatro, sin importar el resultado Brasil-Camerún. Un triunfo mexicano eliminaría a Croacia, Brasil avanzaría hasta sin ganar, pues tendría al menos cuatro puntos, uno más que los croatas. Triunfos de México y Brasil dan el pase a ambos conjuntos, dependerá de la diferencia de goles para definir primero y segundo lugar. Si México empata con Croacia, los tricolores avanzan con cinco unidades y los europeos se quedan con cuatro. Un empate de Brasil bastaría para avanzar como primer lugar por el gol de diferencia sobre México. Un empate entre Croacia y México, combinado con una derrota brasileña, deja a México en primer lugar con cinco puntos y Croacia avanzaría en segundo lugar por diferencia de goles, a pesar de tener cuatro puntos, misma cantidad que Brasil. Los anfitriones llegan al tercer partido con +2, una derrota por la mínima reduce la diferencia a -1. Croacia también tiene +2, se mantendría intacto con el empate. Una derrota de México y un triunfo o empate brasileño, dejan fuera a los de CONCACAF. Derrotas de México y Brasil dejan a Croacia como líder de grupo con seis unidades, México y Brasil definirían el desempate por la diferencia de goles. Si ambos pierden el partido final por diferencia de un gol, avanza Brasil. Para evitar la calculadora como último recurso, lo más fácil es ganar y no depender de otros resultados. El premio de pasar a la siguiente ronda es enfrentar a un equipo del Grupo B. Holanda y Chile lideran el sector con seis puntos por bando y mejor diferencia de goles a favor de la “Naranja Mecánica”. El primer lugar del sector A, va contra el segundo del B. El mejor del B se verá las caras con el segundo del A. Holanda y Chile jugarán el mismo lunes a las 9:00 am con el liderato en juego. Estudiando al rival Los delanteros croatas son letales en el juego aéreo, es muy difícil ganarles por arriba y tienen velocidad para carreras largas. En el juego físico, no son tan fuertes como parecen, y pueden ser frenados o intimidados con agresividad. Tienden a esperar marcaciones arbitrales a favor en lugar de responder los golpes. Acostumbran buscar opciones dentro del área. Se han visto mal en intentos de larga distancia. La media cancha tiene una orientación más defensiva, ya sea para recuperar o para reforzar la línea final. La defensa se mueve en conjunto, con la línea de cuatro perfectamente trazada para impedir la penetración al área. De manera individual, pueden ser vencidos con individualidades. Cuando se agrupan, trabajan en conjunto para rechazar. Han apostado por tiros sin dirección ni fuerza de larga distancia. En el primer partido, dos de esos tiros se convirtieron en goles. El guardameta Stipe Pletikosa fue cómplice de los tres goles de Brasil y no fue exigido contra Camerún. Los disparos africanos fueron flojos o muy desviados. Esa puede ser la oportunidad para los mexicanos. Los tres mediocampistas, Héctor Herrera, José Juan Vázquez y Andrés Guardado, tienen la potencia para disparar de lejos. Los tres lo hicieron ante Brasil. Dependerá también del uso que le dé el “Piojo” al “Gallito” y “HH”, ambos están amonestados. Datos y curiosidades Después de que todos los equipos jugaron su primer partido, los números cuentan la historia. 16 juegos, 49 goles (promedio de 3.06 goles por partido) Dos empates. Rusia 1-1 Corea del Sur, Irán 0-0 Nigeria. México y Brasil fue el otro juego sin goles y empate, pero corresponde a la segunda fecha. Líderes goleadores: Thomas Müeller (Alemania) y Robin van Persie (Holanda), 3. Penales: 7. Penales convertidos: 7. Autogoles: 3; Marcelo, Sead Kolasinac, Noel Valladares. Tarjetas: 46 amarillas, 3 rojas. Sangre joven El cambio generacional está aquí, los jugadores jóvenes se estrenaron en la fiesta grande con goles. Algunos con edad récord para sus países. John Brooks anotó su primer gol con la selección estadounidense. Lo hizo en este Mundial con 21 años de edad. Joel Campbell, de Costa Rica, marcó ante Suiza a un par de semanas de cumplir 22 años. El brasileño Neymar lleva dos goles a la edad de 22 años, cinco años mayor que el jugador más joven en marcar, Pelé. James Rodríguez ya es veterano en la selección colombiana, marcó en el primer Mundial de los cafeteros desde 1998 a la edad de 22 años. Haris Seferovic le dio el gane a Suiza en tiempo de compensación. Sangre fría para el delantero de 22 años. Stefan De Vrij, también nacido en 1992, anotó su primer tanto internacional en la goleada de Holanda a España. Otros anotadores jóvenes, como Mario Balotelli, de 23 años, ya eran demasiado veteranos para ser incluidos en este recuento. Sin bicampeonato La selección española llegó a Brasil con la intención de convertirse en el tercer equipo en ganar Mundiales consecutivos. La “Furia Roja” hizo historia en este Mundial y se unió a un grupo selecto de campeones, desafortunadamente para su causa, fue por razones contrarias a las esperadas. España se convirtió en el quinto campeón incapaz de salir de la primera ronda en el siguiente Mundial. Tres de los últimos cuatro campeones han sufrido esa distinción. Italia, campeón en 2006, terminó en el fondo de su grupo con dos empates y una derrota. Eslovaquia y Paraguay calificaron. Francia ganó con la ventaja de ser sede en 1998. Comenzó la Copa de 2002 con el pie izquierdo, cayó ante Senegal, luego empató con Uruguay y selló su eliminación con revés a manos de Dinamarca. Fue el colero de su sector. Argentina también ganó como local en 1978. En un Mundial con formato de dos rondas de grupos, se quedó en la segunda etapa, sin posibilidad de llegar a la fase de eliminación directa. Después de coronarse en 1958 y 1962, Brasil quería convertirse en el primer ganador de tres Mundiales consecutivos, sin embargo, no superó la fase de grupos en 1966. Venció a Bulgaria 2-0 en su primera salida, luego cayó con Hungría y Portugal, ambos encuentros por marcador de 3-1. Ventaja de local Brasil, anfitrión por segunda ocasión, quiere convertirse en el séptimo campeón que se consagra frente a su gente (Uruguay 1930, Italia 1934, Inglaterra 1966, Alemania 1974, Argentina 1978, Francia 1998). En 1950, la “Verdeamarela” cayó en la final 2-1 para presenciar el segundo título de Uruguay en el infame “Maracanazo”, cuyo recordatorio ya debe tener harto a todo espectador de Futbol ajeno a Uruguay. Solo Sudáfrica se ha quedado en la primera fase, son pocas las posibilidades de una eliminación tempranera para el país más grande del continente.