El mismo día que Andrew Paul Tahmooressi fue detenido al intentar cruzar la frontera hacia Tijuana, en posesión de tres armas de fuego y 457 cartuchos de diferentes calibres, el norteamericano se hospedó en el Hotel Nelson, ubicado en la Zona Norte de Tijuana. Documentos en poder de ZETA registran que el ex Marine, recluido en el penal de “El Hongo II”, pagó 309 pesos por ocupar la habitación 310 del hotel, precisamente el 31 de marzo de 2014. Esto confirma lo publicado en la edición 2093 de este Semanario. El reportaje “Ex Marine no ingresó a México por error” describe que de acuerdo a investigaciones realizadas en ambos lados de la frontera, había cruzado a Tijuana en diversas ocasiones. El recibo expedido por el hotel, fue llenado a mano por el joven de 25 años con su nombre, dirección en Florida e incluso firma, la cual corresponde a la impresa en otros documentos de identificación del norteamericano. Tahmooressi pasó parte de sus últimas horas de libertad en el hotel de Tijuana que hospedaría a Marilyn Monroe, y reconocido por ser una de las pocas edificaciones que data de la década de los cincuenta en la ciudad. Esto ocurrió horas antes de que el ex Marine ingresara manejando su camioneta Ford F150 por la garita de “El Chaparral”, como quedó registrado en un video, la noche de ese lunes. El joven pasó ese día en Tijuana. Luego regresó a Estados Unidos por el cruce peatonal para recoger su camioneta, la cual estaba en uno de los estacionamientos públicos ubicados en la parte Oeste de la Garita de San Ysidro. De ahí, tomó camino para internarse nuevamente a Tijuana. Como lo dijo una fuente a ZETA: “Venía a quedarse en Tijuana; había establecido una relación sentimental aquí”. Cambio de abogado, audiencia suspendida La tarde del 27 de mayo, Andrew Tahmooressi salió por primera vez del Centro de Reinserción Social (CERESO) “El Hongo II”. Lo hizo resguardado por la Unidad Estatal de Traslados para pasar la noche en la penitenciaría de Tijuana. Apenas el 8 de mayo, Andrew Paul Tahmooressi fue trasladado al penal “El Hongo”, ubicado entre Tecate y Mexicali, siguiendo un protocolo del Sistema Estatal Penitenciario, después de permanecer más de un mes recluido en Tijuana. La mañana del 28 de mayo, Andrew Tahmooressi salió de la penitenciaría de Tijuana para llegar a su audiencia, programada a las 9:05 horas en el Juzgado Sexto de Distrito de Procesos Penales Federales. En las instalaciones del Poder Judicial de la Federación, medios de comunicación mexicanos y norteamericanos esperaban para captar la llegada del veterano de guerra. Motociclistas y patrullas cerraron el acceso a Paseo de los Héroes, vialidad sobre la que llegaría el norteamericano. En medio de un convoy de camionetas de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal -de la cual se apoyan los Juzgados Federales para trasladar a los reos de las penitenciarías-, el joven ingresó al estacionamiento de los Juzgados. Desde ahí, volteó a las cámaras y saludó, para después ingresar al sótano del edificio, de donde sería llevado hasta los locutorios para escuchar su audiencia. Ese día se tenía programada la declaración de dos testigos, los soldados Netzahualcóyotl Carrasco y Cristian López, quienes la noche del 31 de marzo, realizaron el desabastecimiento e identificación de las armas antes descritas. Los elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional aguardaban en los pasillos de los locutorios. Leían de las hojas guardadas en folders, pero su declaración no fue necesaria. Andrew Tahmooressi solicitó un cambio de abogado y la audiencia se vio suspendida. En la sala presidida por el juez Octavio Luna Escobedo, se encontraban los abogados Alejandro Osuna y Alejandro Estrada, así como William Whitaker, encargado de Atención Ciudadana del Consulado de Estados Unidos en Tijuana, así como dos agentes de Asuntos Especiales de la Procuraduría General de la República (PGR). Durante dos horas, tanto el juez como los abogados y agentes del Ministerio Público Federal salieron a tomar recesos a los pasillos de los Juzgados. Mientras afuera, medios de comunicación esperaban las declaraciones de los abogados. A las 11:00 horas, Whitaker y un acompañante fueron escoltados por personal de seguridad del Poder Judicial de la Federación a una salida alterna -así evitarían ser cuestionados por los medios de comunicación-, por lo que la audiencia se vio suspendida. Una vez fuera de los tribunales, Alejandro Osuna declaró que Tahmooressi había decidido cambiar de abogado, después de “platicarlo con su madre”. 
Sin embargo, ese día no fue presentado el oficio para notificar el cambio de representante, ni se presentó a quien continuará la defensa del estadounidense, por lo que quedó asentado que la Defensoría de Oficio lo representaría hasta entonces. Bajo la causa penal 114/2014, se anota el delito de portación de arma de fuego de uso exclusivo del Ejército, Armada y Fuerza Aérea, y portación de arma de fuego sin licencia. Las siguientes audiencias estaban programadas para los días 3, 4 y 5 de junio de 2014, pero con este cambio, serán pospuestas hasta nuevo aviso. El trámite podría prolongar el juicio hasta tres semanas. Por su parte, el abogado Alejandro Osuna afirmó que trabajará con la nueva defensoría en la transición del caso, y reiteró que mantiene una relación de respeto tanto con el norteamericano, como con su familia. Minutos después, el ex Marine salió de los Juzgados, sujetado del cuello por un policía municipal. Vestido con pantalón y playera gris -su uniforme de reo-, durante su salida mantuvo la cabeza agachada. Fue introducido a la parte posterior de una patrulla tipo pick-up blindada de la Policía Municipal de Tijuana, y trasladado nuevamente al CERESO de Tijuana, desde donde sería llevado a “El Hongo”, donde permanecerá hasta su siguiente diligencia. Los consejos de una madre Desde Estados Unidos, Jill Tahmooressi se ha encargado de movilizar prensa, congresistas y ciudadanos para que exijan la liberación del norteamericano que ingresó a territorio mexicano con un rifle de asalto automático Spartan Alpha M6, una pistola calibre .45 y una escopeta calibre .12, todos abastecidos. Aunque el día de la audiencia no estuvo presente, convocó a una protesta que se realizó esa tarde en San Ysidro, California. Pancartas con frases como “Peña Nieto, te cambiamos 12,000 de los tuyos por uno de los nuestros”, fueron exhibidas como muestras de apoyo al norteamericano. Desde la publicación del reportaje de ZETA, el 9 de mayo de 2013, la familia de Tahmooressi aceptó que el joven había estado antes en Tijuana, después la madre declararía que fue el abogado quien instruyó a su hijo declarar que había entrado a México por error. Sin embargo, una grabación de la llamada al 911 (número de emergencia de Estados Unidos) que realizó Tahmooressi, 40 minutos después de haber ingresado a “El Chaparral”, demostró no solamente que los derechos del norteamericano fueron respetados y que no se le incomunicó ni amenazó como declaró previamente, sino que desde ese momento, se registró “el error”. Durante la conversación, de poco más de un minuto, la operadora le explica que una vez en territorio mexicano, Estados Unidos no puede intervenir en su detención. Tahmooressi insiste en que sus armas están siendo decomisadas. También reitera que cruzó la frontera por error, pero la mujer del otro lado del teléfono, le explica que hay diversos señalamientos que indican tanto la llegada a la garita como la prohibición de ingresar armas y explosivos a México. Un día antes de la audiencia del 28 de mayo, Jill Tahmooressi declaró que su hijo se comunicó con ella para cuestionarle “¿Dónde conseguiste a este abogado mexicano?, porque me hizo mentir, mamá, me dijo que dijera esto” (el audio se encuentra disponible en www.zetatijuana.com). La mujer, originaria de Florida, asegura que la declaración de Andrew fue parte de un “guión” escrito por la defensa. Sin embargo, no especifica a qué parte de la declaración se refiere. Fuentes del Consulado de Estados Unidos en Tijuana, confirmaron que Tahmooressi solicitó un cambio de representante legal, sin embargo, no proporcionaron información adicional acerca de la siguiente audiencia. Mientras tanto, la familia del ex Marine ha reservado el nombre del abogado que lo representará en la continuación del caso ante los Juzgados Federales.
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