Durante dos años, el Arzobispo de Tijuana, tuvo conocimiento de señalamientos, acusaciones y denuncias en contra de sus sacerdotes por acoso sexual a menores, y les permitió continuar dentro de la Iglesia, mientras víctimas, testigos y clérigos dieron cuenta de las acciones de los párrocos inculpados. Tres investigaciones realizadas por diferentes instancias, brindaron evidencia suficiente para que el Vaticano ordenara la suspensión temporal de siete sacerdotes. Cinco fueron removidos de las parroquias que dirigían y alojados en propiedades pertenecientes a la Iglesia, dos más continúan al frente de sus iglesias. El Arzobispo Rafael Romo Muñoz, líder de la iglesia en la frontera asoció el “sufrimiento” que atraviesa la Arquidiócesis de Tijuana, con una lección de catolicismo. “Todos tenemos que sufrir, Cristo sufrió y sabiéndolo todo como Dios que era, dejó que todo siguiera su curso y hasta le dijo (a su Padre) ‘lo que tienes que hacer, hazlo pronto’, entonces por ahí va”. Este es un extracto del reportaje: Los pecados de Romo Muñoz, el cual puede leer completo en la edición impresa de ZETA, que circula desde ayer viernes 20 de junio.