En Jardines de Agua Caliente muchas casas presentaron serios problemas después de concluida la construcción, como deslizamiento, grietas en paredes, grietas profundas en techos, pisos desnivelados tanto en el interior como en el exterior, separación del muro de contención y de la barda, y fugas de agua. Protección Civil marcó con sellos rojos y amarillos alertando el peligro de habitarlas. Pero hipotecarias y dueños las veden y las rentan luego de retirar -arbitrariamente- los engomados Los engomados rojos que señalan las casas como viviendas de alto riesgo, fueron retirados arbitrariamente. Así, las casas del fraccionamiento Jardines de Agua Caliente son o comercializadas por las hipotecarias que las poseen, o rentadas por particulares que no han logrado ser indemnizados por Grupo Melo, el desarrollador que cometió las deficiencias en la construcción. Al menos media docena de domicilios catalogados en 2011 como inhabitables por inseguros, hoy tienen moradores que las adquirieron a razón de una hipoteca de 700 mil pesos como mínimo, o las alquilan a mensualidades de dos mil pesos, a pesar que los daños estructurales de las viviendas no han sido arreglados. Lo que sí hicieron, fue cubrir paredes y muros con pintura para hacer menos visibles las fisuras, el desnivel en el suelo, el desprendimiento de paredes o el desgaje de los muros. Pero aun en estas peligrosas como deplorables condiciones, ninguna autoridad supervisa la reconstrucción o consigna el retiro de los sellos de peligro. De hecho, las alertas removidas no han sido recolocadas. Y el problema persiste. Rafael Carrillo Villegas, de Protección Civil de Tijuana, dijo: “Si las etiquetas no han sido retiradas es porque no se ha solventado el problema”, y advirtió, “Es la Dirección de Administración Urbana (DAU) la dependencia que debe dar seguimiento oportuno a estos casos, ya sea demoliendo o clausurando la casa para que no sea habitada”. Pero en el caso de Jardines de Agua Caliente no ha sucedido ni una cosa, ni la otra. Y peligrosamente para los ocupantes, las casas están en venta y en renta, sin que la autoridad tome decisión al respecto. Maquillan daños estructurales En 2011, la Dirección de Protección Civil colocó engomados rojos en cuando menos tres viviendas de la privada Canarios del fraccionamiento Jardines de Agua Caliente. Éstas presentaban daños físicos como deslizamiento, grietas en paredes, grietas profundas en techos, pisos desnivelados tanto en el interior como en el exterior, separación del muro de contención y de la barda, y fugas de agua. Los mismos problemas, pero en menor intensidad, se apreciaron en otro tanto de casas ubicadas en la privada Ruiseñores del mismo asentamiento, en ellas se colocó calcomanías amarillas. Pese a su gravedad, el problema no fue atendido por el desarrollador, cuya solución la limitó a resanar y pintar paredes y muro de contención, así como a bachear calles. Las grietas quedaron cubiertas… momentáneamente. Actualmente las fisuras de nuevo se aprecian a simple vista, recordando que el riesgo de colapso sigue latente, como lo dictaminó el estudio general realizado por el geólogo del Centro de Investigación Científica y Educación Superior de Ensenada (CICESE), Luis Delgado. Al respecto, la arquitecta Margarita Hurtado, directora de Administración Urbana, admite que “el desarrollador hizo algunas reparaciones, mas no las hizo todas”, por lo que no se ha realizado otra inspección para retirar los engomados. No obstante admite, sin precisar fecha, que el municipio ya recibió el fraccionamiento, con todo y los problemas estructurales que enfrenta. Para la funcionaria, el movimiento de las viviendas y las múltiples fracturas en pisos, techos y paredes, se derivan de mantenimientos inadecuados efectuados por los propios habitantes en tuberías de drenaje. “Fue un problema local, hubo un muro de contención que estaba llorando, tenía olores fuertes, hongos, era tanta el agua que se había tirado que se desestabilizó el suelo, por lo que las viviendas tuvieron movimiento”, explicó. Pero el problema ya fue detectado y reparado, por lo que, “una vez que se encuentra seco se realizará otra inspección para verificar que ya no hay ningún otro problema”. Será entonces, subrayó, cuando las etiquetas de alto riesgo se van a quitar. Seguimiento inadecuado de riesgo Cinco casas de las privadas Canarios y Ruiseñores, ya no ostentan los engomados colocados por Protección Civil. Los propios vecinos constatan que desde hace más de un año éstas se encuentran ocupadas por familias que las rentan y una de ellas, incluso, está siendo pagada a una hipotecaria por quienes la habitan, lo que constituye una irregularidad. “Cuando hay viviendas con daños, las hipotecarias no pueden vender o traspasar así nomás, tienen que reparar y no poner en riesgo a las personas”, advirtió la directora de la DAU, Margarita Hurtado. Pero el director de Protección Civil va más allá, y responsabiliza tanto a la Dirección de Administración Urbana y a la de Control Urbano de no dar seguimiento oportuno a la demolición o clausura de la vivienda para así evitar sea de nuevo ocupada. El funcionario subraya que es tarea de la autoridad municipal dar seguimiento de principio a fin a los problemas de deslizamiento o afectación de desarrollos habitacionales, ya sea por cuestión natural o negligencia humana. Si la vivienda queda de pie, al menos le deben ser colocados sellos en puertas y ventanas, para evitar el ingreso de la gente, por el riesgo inminente que la propiedad representa, “un seguimiento inadecuado propicia que el inmueble vuelva a habitarse”, anotó. Garantías agotadas Asentado en una cuenca rellenada en forma inadecuada, el fraccionamiento Jardines de Agua Caliente registra constantes deslizamientos y hundimientos de suelo, así lo han detectado los estudios especializados ordenados por los vecinos afectados. Edificado a principios del 2000, el desarrollo se logró con la autorización oficial, aunque en la actualidad el municipio desconoce si realmente se cumplió con los requisitos de construcción requeridos. La constancia de cumplimiento el municipio la basa en un proyecto con reportes avalados por un perito contratado por el propio desarrollador, y aunque se hace una inspección ésta “solo es visual”, reconoce Margarita Hurtado, titular de la DAU. El reglamento municipal de edificación dice que si hay una modificación dentro de un proyecto autorizado, el perito está obligado a rendir el informe a la autoridad, si no, se incurre en una responsabilidad, “pero como ya pasó mucho tiempo…”, nada se puede hacer por parte del gobierno local, “aunque les queda el recurso jurídico”, expone la funcionaria. Demanda colectiva contra Melo e hipotecarias Más de un año le llevó a los afectados de Jardines de Agua Caliente lograr radicar una demanda de acción colectiva en contra de Grupo Melo y a una decena de instituciones financieras involucradas en la venta de viviendas con daños estructurales. Con el número 20/2014-A, la querella fue radicada en el juzgado Cuarto de Distrito en Materia de Amparo y Juicios Federales en el Estado de Baja California, el mismo que un año atrás la había rechazado. La colectividad, representada por la señora Silvia Mora, demanda la rescisión de los contratos de compraventa realizados en Jardines de Agua Caliente, por lo que, de serles favorables la sentencia, el desarrollador tendrá que restituirles la cantidad que se pagó por cada vivienda, así daños y perjuicios, y mejoras que se hayan realizado al inmueble. Jose Alberto Anaya Parra, abogado de los afectados, considera que, agotadas todas las instancias que podrían seguir este proceso, en un máximo de año y medio se tendrá una resolución definitiva. Aunque en esta demanda no se implica directamente al municipio, de ganarse, posteriormente se puede ir en su contra, por daños y perjuicios que haya ocasionado al haber autorizado el fraccionamiento, sostuvo el representante legal.
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