Manuel Garibay Espinoza operó con el Cártel Arellano Félix en el valle de Mexicali, Baja California y a principios de los años noventa, se escindió y se reintegró al Cártel de Sinaloa encabezando una célula operativa integrada por varios miembros de su familia que sirvió de enlace entre Ismael Zambada y los cárteles colombianos. Detenido en junio de 2010 por Policías Estatales Preventivos estaba preso en Tamaulipas, mientras le seguían un proceso por delitos federales de tráfico de droga y delincuencia organizada. El 7 de mayo de 2014 fue liberado por una justicia federal que no encontró elementos suficientes para juzgarlo, y fue trasladado a la ciudad de Tijuana donde alrededor de las seis de la tarde fue certificado en la Unidad de Homicidios violentos de la Procuraduría del Estado, mientras las oficinas fueron acordonadas por elementos estatales y militares. Posteriormente fue trasladado al Centro de Readaptación Social de El Hongo, en Tecate para que las autoridades locales lo juzguen por secuestro agravado y homicidio calificado.