Repuestas vagas, tras el “¿Por qué no debatir?” de Cuarón

(ZETA/SinEmbargo).- La pregunta del cineasta Alfonso Cuarón fue muy directa: “¿Por qué no debatir?”. La pregunta número once  fue lanzada al gobierno de México y en particular al Presidente Enrique Peña Nieto, por medio de desplegados en la prensa nacional y en una página web. Pero a diferencia de las primeras diez preguntas del ganador del Óscar –que merecieron la respuesta casi inmediata dos secretarios de Estado, el Vocero de Los Pinos y el propio mandatario–, ahora su llamado a un debate público sobre la Reforma Energética ha recibido respuestas vagas, evasivas. Dos galimatías: Uno del Presidente Peña Nieto, y otro de su Secretario de Hacienda.   El titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) negó hoy que el gobierno del Presidente  rehuya al debate sobre la Reforma Energética. Dijo que se debe promover una discusión a nivel nacional que permita a cada mexicano informarse sobre el tema… y esa discusión, expresó en medio de muchas palabras, se da en estos momentos, según él, en el Congreso. Videgaray Caso se refirió a pregunta expresa de los medios de comunicación sobre la pregunta planteada ayer por Alfonso Cuarón. Dijo que actualmente el centro del debate es el Congreso de la Unión. Aseguró que “se presentarán datos objetivos que permitan a la ciudadanía tener una opinión informada y enriquecer el debate”. Es decir, el debate que se da en el Congreso de la Unión –y en donde su partido, el PRI, es mayoría–, y no al que llama Cuarón. “Hoy en día es el Congreso de la Unión el centro del debate, ahí están las iniciativas en leyes secundarias, pero siempre lo será la opinión pública como siempre lo ha sido, desde la presentación de la iniciativa. El compromiso del gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto, es que se esté listo para dar datos objetivos y promover un debate que enriquezca el debate”. Eso dijo el titular de Hacienda al  inaugurar la 24 Convención de Aseguradores de México. Mientras que ayer, el Presidente Peña Nieto se dirigió a Alfonso Cuarón sin llamarlo por su nombre. Dijo que su gobierno está comprometido “con el diálogo, el entendimiento y el acuerdo” entre actores y fuerzas políticas “para transformar a México desde sus instituciones democráticas”. Peña garantizó que el gobierno escucha “y considera el sentir de la población, convencido de que las decisiones públicas deben de responder a las demandas de la gran mayoría ciudadana”. “Por convicción personal y democrática, creo firmemente que el verdadero desarrollo solo puede lograrse a partir de la libertad”, declaró. Este lunes, el ganador del Oscar planteó una nueva pregunta al titular del Ejecutivo federal: “¿Por qué no debatir?”. Cuarón propuso realizar al menos tres debates que se discutan en televisión abierta además de que sean transmitidos en un horario donde millones de ciudadanos puedan observarlo. Solicitó además que en dichos debates “se incluyan puntos de vista a favor y en contra y en los que participen expertos en los diversos temas relevantes (económicos, jurídicos, técnicos, medio ambiente, sociales), representantes de los partidos, así como voces independientes de reconocida solvencia intelectual y moral interesadas en el tema”. Luego de que el pasado 28 de abril se diera a conocer que el cineasta lanzó diez preguntas a Enrique Peña Nieto, Cuarón destacó: “Quiero entender que sus respuesta no están dirigidas solo a mí sino a todos los ciudadanos como un gesto para establecer una mejor comunicación con un público inquieto y ávido de profundizar en este tema (…) las respuesta abren la oportunidad de que se realice un debate plural y abierto sobre las reformas, el debate que merecemos todos los ciudadanos”. Cuarón sostuvo que en la aprobación de las Reformas Constitucionales solo determinados grupos políticos pudieron opinar acerca de la legislación y reiteró que “la sociedad careció dentro y fuera de los partidos, de un debate participativo y plural”. “La calidad de una democracia va más allá del proceso electoral. Y va más allá de las discusiones y votaciones en el Congreso. La calidad de un democracia depende en mucho de sus debates públicos”, destacó.