Extender una década más el pago de la gran deuda de Tijuana, tasada en 2 mil 500 millones de pesos, es la propuesta que actualmente cabildea el alcalde Jorge Astiazarán Orcí. Así, los tijuanenses terminarán de pagar en el 2041, y no en 2031 como está comprometido, los carros recolectores de basura adquiridos hace casi una década y las obras del Programa Integral de Repavimentación (PIRE) llevadas a cabo dos trienios atrás. La administración de Astiazarán dice carecer aún de datos precisos de los términos y condiciones de cómo podría llevarse a cabo el refinanciamiento, mucho menos dice cuánto costará a las arcas municipales una nueva reestructuración, pero ya intenta convencer a quienes integran el Cabildo de la necesidad de ello. Al mismo tiempo, entabla negociaciones con el Banco Nacional de obras (Banobras) y Banorte, instituciones financieras con las que se tienen el compromiso crediticio. Costosas reestructuraciones Tijuana registra una de las deudas más altas de los municipios de México, pero su “sobrada” capacidad de endeudamiento ha permitido que en los últimos trienios se adquieran créditos que a la fecha tienen comprometido más del 70 por ciento de las participaciones federales. El XIX Ayuntamiento, presidido por Jorge Ramos, recibió en 551 millones de pesos el compromiso financiero contraído por dos de sus antecesores; al adquirir por su parte un crédito para obras de pavimentación, su gobierno elevó la deuda a 2 mil 85 millones. En ese monto la recibió Carlos Bustamante, cuya administración debía pagar una mensualidad de 27 millones de pesos, compromiso que evadió al refinanciar, sumando en una sola las tres deudas de Tijuana, programando a 20 años su liquidación. Así las nuevas mensualidades quedaron en 18 millones de pesos. La reestructura la comprometió a una tasa variable, por lo que fue necesario pagar 28 millones de pesos en la adquisición de un seguro a cuatro años, que vence este año, para que ésta no fuera superior al 7 por ciento. Sumadas mensualidades e intereses por los 20 años, la corrida financiera se estimó por especialistas en más de 6 mil millones de pesos, cantidad que el municipio podría pagar en el peor de los escenarios. Sin datos precisos de las nuevas condiciones en que se podría negociar una nueva ampliación en el plazo de pago, especialistas fiscales consultados por ZETA consideran que un refinanciamiento a 30 años podría costar al menos 775 millones de pesos, cargo que se adicionaría a la deuda. Ruta troncal, el fin Sin refinanciamiento no hay ruta trocal, es el mensaje que se da en las declaraciones hasta el momento vertidas por Jorge Astiazarán, respecto a su intención de recurrir a una ampliación en el pago de la deuda. Si bien es cierto el objetivo es el lograr liquidez para el municipio, la principal acción de ese fin es solventar la parte que le corresponde aportar al municipio en el proyecto de la ruta troncal. Tan solo en este 2014 el municipio de Tijuana debe disponer de 440 millones de pesos para el desarrollo del mega-proyecto. Carente de solvencia económica, la administración de Astiazarán ve como única salida dilatar diez años más la liquidación de la deuda, con el fin de lograr una disminución en la tasa aplicada actualmente al empréstito. Ampliado el plazo de las mensualidades, actualmente de 18 millones de pesos, y bajado el interés, se podrá disminuir el monto del abono mensual, consideró Astiazarán Orcí. Los integrantes del Cabildo se dicen conscientes de la falta de liquidez que enfrenta el ayuntamiento, por lo que no rechazan la posibilidad de una nueva reestructuración, “siempre y cuando no se sobre-endeude el municipio”, anotó Luis García, integrante de la fracción panista. Además, demandó información más precisa sobre el tema, porque lo planteado hasta el momento por la administración de Astiazarán, “no ha estado completa”. No vivir de prestado, recomiendan Una nueva deuda, o ampliar por más tiempo el pago de la ya contraída, sería irresponsable, consideró Rubén Ovando Ulloa, coordinador de la Corriente crítica del PRI en Baja California. Calificó con la pretensión de Jorge Astiazarán de incrementar el plazo de la mega-deuda de Tijuana es como darle “Mejoralitos” al enfermo, pues el municipio continuaría “viviendo de prestado”, cuando su potencial es mayor que eso. No están en contra de que se realicen obras en la ciudad, pero sí de que se incremente lo que calificó como la “escandalosa deuda”, por lo que conminó a los regidores del XXI Ayuntamiento y a los diputados locales a no aprobar un nuevo endeudamiento para Tijuana. A cambio de ello, propuso instrumentar cuatro acciones para mejorar las finanzas del municipio. Éstas son: La aplicación de verdaderas medidas de austeridad, exigir a la federación la entrega oportuna de las participaciones y no disfrazar préstamos por apoyos federales, presionar al síndico procurador, Arturo Ledesma para que sancione a los responsables de la situación económica que enfrenta el municipio, y que consulte a los tijuanenses si están de acuerdo con otra reestructuración.
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