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viernes, octubre 4, 2024
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Los rebasa el fuego en Ensenada

En su discurso, las autoridades hablaron de una buena coordinación entre las corporaciones que se involucraron en el combate a las decenas de incendios que se han registrado en la región a lo largo de esta semana. En los hechos, la realidad fue otra Para tener una idea del impacto de lo ocurrido en los últimos días en Baja California, y con cifras proporcionadas por la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR), la diferencia entre el año 2013 y el 2014, en el número de incendios y hectáreas afectadas desde el 1 de enero al 15 de mayo es la siguiente: En 2013 hubo 18 incendios con una afectación de 228.75 hectáreas. Mientras que en lo que va de 2014, se han registrado 31 incendios con una superficie afectada de 9 mil 924.3 hectáreas (4 mil 535.3 de vegetación herbácea o pastizales, 5 mil 353 de vegetación arbustiva y 36 hectáreas de arbolado). Con los titulares de las áreas de protección civil del estado, fuera de la ciudad, incluido  el director de protección civil municipal, Arturo Granados González y el director estatal Antonio Rosquillas Navarro, participando en una convención de protección civil en Acapulco, Guerrero, y sin que mostraran interés de regresar a atender directamente los trabajos para los que fueron contratados, el combate a los incendios desde el lunes hasta el miércoles fue caótico. La principal autoridad en lo que se refiere a combate a incendios forestales, la CONAFOR, en una rueda de prensa celebrada el jueves 15 de mayo a las 11 de la mañana, aseguraba haber estado coordinada con las otras corporaciones. Su gerente general, Sergio Avitia Nalda, poco pudo hablar de la operatividad de la CONAFOR durante la última semana, cediendo el uso de la voz a sus subordinados. La CONAFOR aseguró haber estado enterada de la posibilidad de estos incendios, luego de una temporada invernal con poca lluvia y nieve. Con datos de Estados Unidos, afirman, sabían desde el mes de enero de 2014 que podrían ocurrir incendios de esta magnitud. Aun así, al 15 de mayo, no habían integrado ni activado el denominado Equipo Estatal de Manejo de Incidentes, que se encarga de coordinar precisamente, la manera en que deben interactuar y evitar situaciones como los incendios ocurridos en los municipios de Tijuana, Playas de Rosarito, Tecate y Ensenada. Y que forma parte de los 6 centros regionales de manejo del fuego en el país. Limitados por la falta de agua y herramientas de trabajo, los bomberos de Ensenada, algunos cubriendo dobles o hasta triples turnos, arriesgaron sus vidas intentando controlar los incendios que comenzaron a brotar por todos lados, sin evidencia de la presumida coordinación de la CONAFOR. “Estuvimos a punto de que se nos fuera todo un fraccionamiento. ¡Todo!”, exclamó el director de bomberos Jaime Nieto de María y Campos, luego de un incendio registrado el lunes 12 de mayo por la tarde, que subió desde la zona de Cuatro Milpas hacia el fraccionamiento Emiliano Zapata, ubicado en una de las zonas más elevadas de la mancha urbana en la parte norte de la ciudad de Ensenada. Para la fortuna de los residentes, los bomberos pudieron controlarlo, apoyados con decenas de policías municipales y algunos ciudadanos que se prestaron a lanzar paladas de tierra y evitar que el fuego se expandiera en algunos patios de casas abandonadas, que estaban en llamas. Ese día, los policías y personal de Cruz Roja apoyaron a los bomberos en la evacuación de decenas de familias cuyas viviendas se encontraban a pocos metros de una amplia zona de matorral seco que se incendiaba, y llegó hasta la calle Felipe Neri, donde iniciaba el fraccionamiento. Eran alrededor de las 4 de la tarde, algunas personas todavía no regresaban de trabajar y en medio del caos se escuchó la voz de una mujer, propietaria de una de las casas que habían sido evacuadas. “¡Mis niños, mis niños están adentro!”. Policías acompañaron a la mujer al interior de su vivienda, que junto con el resto se encontraba envuelta en un denso humo. En cuestión de segundos la mujer salió de la casa, cargando con 2 perros chihuahua. Los bomberos ya tenían dificultades para combatir los incendios, debido a la escasez de agua en la ciudad. Únicamente poseen una pipa de agua y está descompuesta desde hace tiempo. Han sido apoyados con una pipa de la Secretaría de Marina Armada de México (SEMAR). Pero la cantidad de incendios que se registraron en esta semana donde se presentó la condición Santa Ana, generaron una mayor demanda de agua. La Comisión Estatal de Servicios Públicos de Ensenada (CESPE) y otros organismos públicos y privados, apoyaron con pipas a los bomberos en diversas zonas. Incluso residentes de las zonas afectadas pagaron el acarreo de agua en pipas privadas para que abastecieran las bomberas. Los bomberos no sabían si al llegar a combatir un incendio encontrarían agua en los hidrantes cercanos para rellenar las máquinas extintoras. Y la mayoría de las veces, no había. Contrario a la buena fortuna que tuvieron los residentes del fraccionamiento Emiliano Zapata, en la zona de la colonia Las Palmas, tercera sección, dos personas perdieron la totalidad de sus viviendas luego de uno de los incendios del martes por la mañana. Horas antes, alrededor de 8 viviendas fueron consumidas en otra zona de la ciudad, en el sector noreste. En esa parte de la ciudad, los residentes a lo largo de todo el martes, estuvieron apoyándose entre ellos, para evitar que se reavivara el avance del fuego. Los bomberos y policías luego del incendio de las casas en ese lugar, se habían trasladado a otro sitio, pero la afectación continuaba. “Los bomberos vienen y se van, andan echando vueltas nomás, y ya se han quemado muchas partes donde hay tiraderos de llantas, esto todavía está feo, el techo de esa casa está prendido y entre todos los vecinos lo apagamos, allá andan otros echando agua”, comentó un residente del lugar. En otro punto de la ciudad, el incendio cercano a Cetys Universidad, provocó la evacuación de todo el plantel, al menos 600 alumnos, personal administrativo y académico. Dos casas aledañas fueron afectadas. Entre ellas la  de Fernando Ortiz, quien había sido profesor de esa escuela y vivía a pocos metros de distancia. Las ráfagas de viento ese día, que se pronosticaron cercanas a los 100 kilómetros por hora, no le dieron oportunidad de sacar nada de su vivienda. Perdió todo, incluyendo su vehículo, estacionado justo enfrente. Los bomberos, quienes llegaron al sitio antes de que el fuego llegara a las 2 casas que serían consumidas por el incendio, poco pudieron hacer. No tenían agua, ni personal suficiente para frenarlo. Hubo gritos de frustración de uno de los bomberos en ese lugar, luego de quedarse sin agua mientras intentaba evitar que continuaran avanzando las llamas, que se detuvieron a pocos metros de distancia del plantel educativo. El agotamiento ya afectaba a los bomberos, y varios de ellos fueron atendidos por intoxicación, e irritación de los ojos luego de estar expuestos tanto tiempo al humo. Entraron al combate de incendios incluso los paramédicos de la corporación. Todo el que tuviera acceso a un objeto que sirviera para apagar algo. “¡Alguien tiene una pala, una pala!”, fue uno de los gritos comunes escuchados en los distintos incendios. Una de las herramientas básicas a las que no tenían acceso. La situación llegó al grado, que personal de combate a incendios forestales de bomberos y/o personal de protección civil municipal, al llegar a los lugares afectados, corría hacia un arbusto verde, cortaba una rama y regresaba al incendio a golpetear el terreno. “Tengo sentimientos encontrados”, dijo Fernando Ortiz mientras observaba cómo su casa se convertía en ceniza. Cuando quiso sacar algo de adentro, algún documento, algún recuerdo, fue demasiado tarde. Había demasiado humo y tuvo que huir caminando a tientas. Junto a él, Isaac del Peral, quien también perdió su casa junto al CETYS, consideró que los bomberos llegaron demasiado tarde. Las pipas de agua, una de la CESPE y otra contratada en lo particular, llegaron cuando las casas ya estaban incendiándose, los bomberos no pudieron hacer nada. Un incendio se registró en el Ejido Esteban Cantú, en la zona de La Bufadora, otro en la zona de El Sauzal. Fueron afectados matorrales junto a la escuela Cet Mar y las instalaciones de Petróleos Mexicanos. La escuela fue también evacuada el martes por la mañana, y el fuego se dirigía peligrosamente hacia la zona de Privada Las Rosas. A ese lugar incluso el alcalde de Ensenada, Gilberto Antonio Hirata Chico se trasladó a inspeccionar. Una zona de clase media alta, con casas valuadas en decenas de millones de pesos. Este incendio provocó un congestionamiento vehicular de varios kilómetros en la carretera Tijuana-Ensenada, el cierre por parte de la policía federal de la circulación de sur a norte, y la intervención de elementos de la SEMAR y de la SEDENA, en apoyo a los  bomberos. Ninguna casa resultó afectada. La región de El Porvenir, la Sierra de Juárez, la zona de La Misión, la zona de Costa Azul, tuvieron incendios en cientos de hectáreas. En suma, en Ensenada más de mil las hectáreas incendiadas en un par de días y la cifra podría aumentar, dado que los incendios al cierre de edición continúan. La Comisión Nacional Forestal, reportó incendios forestales en Playas de Rosarito (al jueves se tenía registrado 1 incendio forestal que afectó 6 mil 344 hectáreas), Ensenada (3 mil 516.3 hectáreas afectadas en 24 incendios) y en Tecate en las zonas de La Sierrita, Rancho Bancheti y El Hongo (más de 64 hectáreas afectadas en 6 incendios diferentes). Uno de los incendios al inicio de la semana, calificado por los bomberos como de los más peligrosos, estuvo cerca de las instalaciones de SEMPRA Energy. Pese al equipamiento y niveles de seguridad que dice tener la empresa trasnacional, los bomberos de Ensenada tuvieron que ser despachados en su apoyo el día lunes, luego de que el fuego se saliera de control en la zona y se acercara peligrosamente hacia los enormes tanques de gas licuado que almacena la empresa en el sitio. Fueron ellos quienes tomaron el control de la situación, encabezados por su director, Jaime Nieto de María y Campos. Los fuertes vientos ese día lanzaban brasas decenas de metros hacia arriba, y hacia los tanques de Sempra, según declararon bomberos que estuvieron en el lugar. El mismo personal de Sempra admitiría, de manera extraoficial, haber estado en riesgo. El fuego pudo ser contenido a unos 200 metros de distancia del límite. Aunque desde ahí, hasta los tanques, existe una distancia adicional (la última línea de seguridad) de aproximadamente 500 metros. Ese día, el director de bomberos al llegar a la caseta de San Miguel rumbo al incendio, no lo dejaba pasar el personal de Caminos y Puentes Federales (CAPUFE). Tuvo que pagar el peaje para llegar a Sempra. Las dificultades les llegaron por todos lados. “¡Esto se nos salió de control!”, declararía el director de policía municipal, Jesús Eduardo Hernández Vélez, el día martes. Los bomberos tuvieron que atender otros incidentes dentro de la ciudad, uno fue el incendio en una taquería que quedó completamente destruida, y otro el incendio de un sexto piso en unas torres habitacionales cercanas al CICESE, que tampoco tenían un sistema funcional de combate de incendios, pero que pudo ser contenido. Para el miércoles las cosas no mejoraban. Incendios reavivados en Cuatro Milpas, en la región vitivinícola y en las inmediaciones del fraccionamiento Villa del Roble. Para la fortuna de las personas que habitaban en esos lugares, el fuego no alcanzó a penetrar en las zonas habitacionales, al menos no hasta el último reporte oficial el jueves. Luego del saldo de 10 viviendas completamente destruidas tras los incendios en Ensenada, el alcalde aseguró que buscarían apoyar a las familias afectadas, y comenzarían a entregar material de construcción desde el mismo jueves. “Tenemos que ayudarlos”, expresó el primer edil, quien dijo buscará canalizar fondos de la secretaría de desarrollo social municipal para que recuperaran al menos parte de lo perdido. Hirata, admitió la necesidad de apoyo también al departamento de bomberos, que tiene actualmente 9 bomberas (la mayoría usadas y con múltiples problemas), una pipa (descompuesta), una unidad forestal, y 3 unidades utilitarias (requieren al menos 12) que son pick ups cuatro por cuatro, para trasladar personal y equipo. Los bomberos carecen de suficiente equipo como es el de respiración autónoma (con aire comprimido), y de herramientas de trabajo palas, hachas, mangueras, ropa adecuada y un largo etcétera. Grupos de la sociedad civil, incluyendo la directiva del equipo de béisbol Marineros de Ensenada, comenzaron campañas para buscar recolectar fondos en apoyo a los bomberos. En el caso de Marineros, anunciaron que destinarían parte del boletaje de toda la temporada para apoyar en la compra de equipo para los bomberos de Ensenada. Las quejas también estuvieron a la orden del día. Cientos de residentes de zonas afectadas por los incendios, no quedaron conformes con la manera en que atendieron los bomberos lo que estaba ocurriendo. A su manera de ver, abordaban inadecuadamente el fuego, se iban a otros sitios y dejaban muchos puntos sin apagar por completo. La realidad, fue, que los siniestros superaron la capacidad de reacción de las corporaciones. Aun así, hasta el jueves, ninguna persona falleció, ni hubo heridos graves derivados del intenso fuego. Reporta Bomberos de Tijuana 350 servicios; CONAFOR  apoya a Tecate La condición Santa Ana que desde inicio de semana se presentó en la región, trajo consigo incendios en pastizales, viviendas, relleno sanitario, e inclusive un hotel en Tecate, lo que ha representado casi 350 servicios atendidos por el cuerpo de Bomberos de Tijuana. Las ráfagas de viento de hasta 130 kilómetros por hora, en conjunto con la temperatura que osciló entre los 34 y 38 grados Centígrados, fueron la “combinación perfecta” para propiciar las combustiones en diferentes zonas de Tijuana, así lo indicó el director de la corporación, Carlos Gopar Uribe. Solo el martes 13 de mayo, 14 estaciones de Bomberos y la estación central, trabajaron en el combate a 200 incendios; para la tarde del miércoles 14, atendieron 105 eventos, donde se incluye el incendio en el hotel El Dorado en Tecate, el cual dejó 40 habitaciones incendiadas. La cifra disminuyó considerablemente durante el jueves 15, a 40 servicios, según reportó el funcionario antes del cierre de esta edición. Por su dimensión, destacaron los siniestros de una casa abandonada en la colonia 20 de Noviembre, que a decir de los vecinos y trabajadores de la fábrica aledaña al lugar, era un “picadero”; una casa habitación en la colonia Cacho, sobre las calles Jalisco y Hermosillo, el cual también fue abatido; y otro más en La Morita, en la Zona Este de la ciudad, donde se incendiaron seis casas. En tanto, en Tecate, según el informe emitido por la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR), fueron cuatro los incendios registrados hasta la tarde del miércoles 14 de mayo. El de “La Sierrita”, con una afectación de cuatro hectáreas de arbustos. Uno más en el Rancho Bancheti, que afectó 10 hectáreas de chaparral, y fue atendido por 11 voluntarios. El de “Los Manantiales”, que encendió 2.5 hectáreas de arbustos, y por último, el de Cerro Azul, que hasta el último reporte, había devastado 20 hectáreas de vegetación arbustiva. En el denominado “Pueblo Mágico”, 150 elementos de CONAFOR, SEDENA, SEMAR, e integrantes del Centro de Mando Móvil de la Dirección Estatal de Protección Civil, han trabajado en el control de los incendios, mismos que han afectado mil 377.5 hectáreas, de las cuales mil 328.3 corresponden a chaparral, y el resto son pastos. Para este fin de semana, las temperaturas descenderán, como mínima entre los 14 y 15 grados, y máximas entre 24 y 32 grados Centígrados. Entre sábado y domingo, se esperan días nublados, con niveles de humedad hasta del 57 por ciento. 

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Autor(a)

Redacción Zeta
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Redacción de www.zetatijuana.com
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