Esta semana los datos duros que revela el Instituto Nacional de Estadística y Geografía a través de sus indicadores cíclicos –incluyendo el índice compuesto y el adelantado– se ubicaron por debajo de su tendencia a largo plazo. En palabras llanas, esto significa que hay señales en la macroeconomía que ratifican lo que la mayoría de los mexicanos ya resentimos: la economía del país está en recesión. Junto con sus resultados el INEGI también advierte que en mayo la actividad económica de México tocará fondo. Específicamente el organismo dirigido por Eduardo Sojo expuso que el índice coincidente para el mes de febrero se ubicó en 99.70, lo cual fue el nivel más bajo en tres años, y la vigésima primera caída de forma consecutiva, con lo cual se cumple el requisito para determinar que la economía estuvo en recesión en 2013 y que esta misma tendencia continúa en 2014. Además del indicador coincidente –que muestra las oscilaciones de la economía en relación a su tendencia a largo plazo– el INEGI considera que hayan transcurrido nueve meses desde que la desaceleración comenzó y 21 meses como mínimo entre el pico actual y el pasado. Este último dato amplía el margen para poder declarar a la economía en fase recesiva. Sin embargo, la realidad que el gobierno de Enrique Peña Nieto presume es completamente distinta a las que los indicadores del INEGI revelan. Tan es así que en respuesta a la conclusión del Instituto Luis Videgaray, el titular de Hacienda, dijo el jueves tajantemente que la economía mexicana no está en recesión. En el marco de la presentación de la versión ciudadana de la Cuenta Pública 2013 el funcionario peñanietista declaró a CNNExpansión: “Sería abiertamente incorrecto hablar que una economía que está creciendo y que está creciendo de manera más acelerada que el año pasado, estuviera en una recesión”. Asimismo, ante la prensa nacional ahí reunida Videgaray afirmó: “Es un hecho que la economía mexicana está creciendo, está generando empleos, apoyada por un repunte de las exportaciones y también por un ejercicio mucho más dinámico del gasto público conforme está previsto en la aprobación del paquete económico del año pasado”, Sobre tan espinoso tema el economista Jorge Fonseca explicó a ZETA que para declarar una economía en recesión deben presentar dos trimestres sin crecimiento o contracción. “Lo que posiblemente está ocurriendo que estén viendo que los indicadores de generación de empleo y crecimiento de la economía se van a seguir deteriorando y se están adelantando antes que salgan los datos del segundo semestre, que van a salir alejados de las proyecciones”. Dijo que las declaraciones del INEGI se relacionan con la posibilidad de que en las próximas semanas se tengan que bajar las proyecciones en los indicadores económicos. “Cuando una economía se declara en recesión es porque toda la ciudadanía estuvo sufriendo la recesión mientras que el gobierno dijo que no existía. Ya lo habíamos mencionado en diciembre, la reforma fiscal iba a tener dichas afectaciones. “Estás impactando por el lado del consumidor al encarecerse el consumo. Me cuesta más, compro menos. Se encarecieron artículos de consumo y el poder adquisitivo se redujo. Mientras que por otro lado desaparece el REPECO y los mete a un régimen general, entonces se encarece la administración de este sector que genera arriba del 90 por ciento del empleo y no hay capacidad económica para cumplir con requerimiento de la reforma fiscal”, resumió el académico.