Aunque es mucho el trabajo y poco el dinero, a la presidenta de DIF Tijuana no le gusta mendigar donativos. Conformó un voluntariado de 200 mujeres y ya abrió la primera guardería nocturna. Dará continuidad a programas e implementará programas enfocados en jefas de familia Dice que la política no es lo suyo, al menos no le interesa como protagonista. Es Elia Manjarrez, la esposa del alcalde de Tijuana, Jorge Astiazarán, y cree que desde su trinchera -primero en medios de comunicación, donde estuvo 25 años, y ahora ondeando como presidenta del Sistema Municipal para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF)-, puede trabajar por la comunidad. Elia Manjarrez llega al DIF y los usuarios la reconocen, la abordan. Ella los atiende, los escucha cuando le piden solución a su problema. Asegura que el servicio que presta en el Sistema “lo está gozando”, ayudar a un tijuanense “es algo satisfactorio”. Asimismo, reconoce que el trabajo en pro de Tijuana es extenso, exhausto, y hay poco recurso para solventarlo. No le gusta mendigar donativos, sin embargo, invitó a las esposas de los secretarios del XXI Ayuntamiento de Tijuana a colaborar con la paramunicipal. Para ello conformó un grupo de 200 voluntarias. Manjarrez se enfocará a rehabilitar los 13 centros comunitarios DIF y a abrir guarderías infantiles 24 horas (ya inició la primera, en Las Huertas). Confiesa no ser militante de ningún partido; simpatizante sí, del Revolucionario Institucional. “Mi familia siempre ha estado inmersa en la política, yo la vivo de otra manera. La combinación de política y medios ha servido para trabajar la parte social”, considera. Defiende lo suyo cuando recuerda casos donde alcalde o funcionarios donaban el sueldo a la caridad, en el de su familia, dice, es diferente: “Mis hijas y yo vivimos del sueldo de mi marido”. Como esposa del alcalde, Elia Manjarrez respeta las decisiones del munícipe, pese a que en las últimas semanas los conflictos entre Jorge Astiazarán y algunos funcionarios han subido de tono. Opina: “Jorge es un hombre conciliador, es un hombre que razona muy bien las cosas, es un hombre muy bien equilibrado, si dice algo es porque sabe lo que está diciendo y sabe cómo sustentarlo. Desde la campaña, yo veía a Jorge que estaba preparado (para la alcaldía), es un hombre que siempre tiene un ‘plan a’ y un ‘plan b’. Es un hombre que ve más allá. No es un hombre de momentos”. Cuenta la primera dama de Tijuana: cuando llegó a Desarrollo Integral para la Familia, encontró que legalmente no existe un patronato DIF, que los sueldos de algunos empleados eran paupérrimos, que era una institución sin deudas, pero sin fondos. Con Elia Manjarrez de Astiazarán, ZETA inicia una serie de encuentros periodísticos con las primeras damas de Baja California. A continuación la entrevista. — ¿Cómo que no hay un Patronato DIF? “Cuando un Patronato existe, el Patronato tiene firmas, decide; aquí está como figura para recaudar fondos. Todo lo que recibe el Patronato en dinero, ingresa a la caja del DIF, y para que salga el dinero, va de acuerdo a una normatividad. Yo no firmo nada como presidenta, porque no existe legalmente. Si DIF recibe un donativo, se va a directamente a finanzas, todo está en el voluntariado DIF”. — ¿Cómo encontró el DIF? “Financieramente hablando, un DIF que no tenía deudas, aunque tampoco teníamos dinero. La única deuda que teníamos fue la liquidación de aproximadamente veinte personas que ocupaban puestos de primer nivel; ahí se nos fueron más de un millón de pesos. Hubo demandas por parte de los empleados, hasta el Jurídico nos demandó; pero eso ya se solucionó. “En instalaciones, son excelentes, tienen como dos años. Ya quisieran muchas instituciones tenerlas. En un principio pensé que se pagaba renta, ya hasta quería irme, fue cuando me aclararon que había un convenio, que la verdad ni me preguntes en qué condiciones está”. — ¿Seguirán funcionado los mismos programas, o añadirá otros? “Son los mismos programas, no se ha hecho ningún cambio, el beneficio para las personas es que cuando llega una administración, continúen los programas que sirven. No cambiamos nada, ni logos de Patronato, ni uniformes, nada. Me preguntaron qué color iba a escoger, y hay personas que me dicen ‘qué bueno que ahorren’; otros, ‘qué flojos, no quieren pensar’. De hecho sigo usando la papelería de Carolina (Bustamante), les mando una notita y les pido una disculpa. Es que debemos darle continuidad, si está funcionando no tiene por qué cambiar. Quizá fortalecer ciertos programas, hacerlos más eficientes. La Línea de Crisis 075, seguirá funcionando. “Lo que se pidió es que ajustaran sueldos, había personas que ganaban 4 mil pesos al mes. Se presentó ante la Junta de Gobierno una propuesta para ajustes, se solicitó que el sueldo mínimo fuera de 5 mil pesos, y en algunos casos, 6 mil pesos al mes. Hay personas que tenían capacidad para otros puestos y fueron avanzando, se hizo una reingeniería. En cuestión de los ciudadanos, lo que veo es que la gente sale contenta. Se siente bien atendida”. — ¿Manejará un DIF transparente? “Quiero ser muy transparente, porque nosotros solicitamos, lo pedimos; y creo que DIF se debe de cuidar, porque no afectaría a una persona, sino a toda la comunidad”. — ¿Qué proyectos DIF son necesarios para Tijuana? “Lo que estamos haciendo es fortalecer lo que existe, vamos a fortalecer los 13 Centros Comunitarios a través de talleres productivos. Estamos tratando de bajar recursos, pero nos alcanza solamente para (rehabilitar) dos, porque bajar recursos no es pedir, sino que debemos aportar. En talleres productivos nos pueden apoyar con 70 por ciento, y el 30 por ciento restante nosotros. El presupuesto del DIF suena mucho, pero no todo lo da el gobierno: de 67 millones, nosotros debemos conseguir 15 millones de pesos. “Estamos colaborando con Desarrollo Social Municipal en un censo para saber cuántos niños hay en la calle. Llevamos dos meses censando, hemos contabilizado 101 niños en la (Avenida) Revolución y la Línea. A las familias se les están ofreciendo alternativas como una beca de 500 pesos por niño para el sostenimiento de su escuela, con el compromiso que no vuelvan a la calle”. — ¿Vuelven las guarderías nocturnas? “Acabamos de abrir una guardería nocturna en Las Huertas, funcionaba como estancia infantil y se habilitó para operar las 24 horas. A mí me ha servido mucho trabajar toda la vida, me he dado cuenta que como mamá tienes que salir a trabajar y no tienes con quien dejar a los hijos. Ya existían este tipo de guarderías en administraciones atrás, pero dejaron de funcionar con el paso de los años. De momento la guardería asiste a treinta niños en la noche, se equipó y rehabilitó; cuenta también con un botón de pánico”. — ¿Cómo ve a la Tijuana de hoy? “Fui reportera muchos años, anduve en colonias y sé de la necesidad. Al frente (de DIF) se pueden hacer muchas cosas; el no tener dinero no es justificación, el no tener tiempo, tampoco; creo que teniendo voluntad para hacer las cosas, se pueden hacer. Vamos a las colonias y vemos que tienen una necesidad, a lo mejor no tenemos recursos para arreglarles su casa, pero les ayudamos a que los niños vayan a la escuela. Les entregamos despensas, ropa adecuada para que puedan ir a pedir trabajo, etc.”. — ¿Cambió en algo su vida ahora que está frente a DIF Tijuana? “Mi vida es la misma desde que trabajaba en los medios, solamente que lo que hago ahora es público. Tengo tres hijas de 16, 15 y 10 años de edad. Lo que estoy haciendo en DIF lo estoy gozando; tener la facilidad de resolverle a alguien las cosas es muy satisfactorio. Mis hijas están acostumbradas al ritmo, me acompañan a los centros comunitarios, a la guardería, a las oficinas. Más tarde las llevo a sus actividades extraescolares. Se involucran en el servicio, mis hijas crecieron en la Cruz Roja, cuando mi esposo era el presidente”. — ¿Su esposo donará el sueldo, como su antecesor, a las organizaciones civiles? “Aquí no se puede, porque nosotros vivimos del sueldo de mi marido. Tiene su participación en otras cuestiones familiares, y en su consultorio, porque mi marido sigue yendo los sábados a atender a sus pacientes de siempre”. — Viendo la necesidad y sin recurso que alcance, ¿cómo le hace para cubrir la escasez, le pide ayuda al alcalde? “No necesito pedirle ayuda a mi marido porque sabe las necesidades que se tienen en el DIF, en la comunidad… nos hemos encontrado regidores muy solidarios, que tienen gasto de gestión social y se han ofrecido a trabajar cada mes. Aquí no se trata de obligación, ni en cada evento pedir a los funcionarios, el que quiera cooperar es bueno, no me gusta obligar a alguien a participar o a comprar; lo viví como reportera. Tenemos sinfín de eventos para todo el año. Hay regidoras que me mandan pedir boletos. Vienen a DIF casi a diario las esposas de los secretarios”. — ¿Le interesa la política? “La política es muy difícil; hay cosas que se me hacen tan sencillas, hay otras que se me hace políticamente incorrectas. La normatividad nos pone muchas trabas. “La política no me interesa como protagonista, no. Soy la esposa de Jorge, gracias a Dios, creo que desde mi trinchera, primero en los medios y ahora en el DIF, puedo trabajar mucho por la comunidad, y eso es realmente la política. “No soy militante de ningún partido; simpatizante, pero no afiliada. Mi familia siempre ha estado inmersa en la política. Yo la vivo de otra manera, la combinación de política y medios ha servido para trabajar la parte social”. — ¿Contendería por un puesto político? “Desde la trinchera que he vivido es suficiente; no me interesa ser protagonista política. No sé qué vaya a pasar en tres años, pero a mí me gustan mucho los medios. Mi intención es, terminando la actividad en el DIF, regresar a los medios de comunicación, es lo que me apasiona, lo que he hecho por 25 años. Jorge dice que el DIF no debe ser el protagonista, tiene que ir alimentando las diferentes asociaciones porque le toca hacer el trabajo que le corresponde al gobierno. A algunos programas están por pasárseles a las asociaciones con parte del presupuesto, esa fue una promesa de campaña”. — ¿Cómo califica los primeros meses de gestión de la alcaldía de Tijuana? “Ha sido un muy buen trabajo, no porque sea su esposa, sino porque se están haciendo las cosas correctamente, hay quienes sientan que no está bien. Desafortunadamente había la costumbre de no llevar un orden en hacer las cosas, y ahora es muy fácil. “En lo que se refiere al gasto responsable, lo califico bien, ha sido responsable en estos tres meses, las obras que se van a hacer. La diferencia que tiene mi marido es que nunca lo vas a ver en un banderazo de salida, la mitad, y al final de la obra; a mi marido le gusta la conclusión de las obras”. — Pero el alcalde ya ha tenido conflictos con algunos funcionarios… “Respeto mucho las decisiones de mi marido, vamos a cumplir veinte años de casados, nos conocemos. Yo sé que cuando Jorge dice algo tiene sustento. Jorge es un hombre conciliador, que razona muy bien las cosas, es un hombre muy bien equilibrado, si dice algo es porque sabe lo que está diciendo y sabe cómo sustentarlo. “Desde la campaña yo veía a Jorge que estaba preparado. Es un hombre que siempre tiene un ‘plan a’ y un ‘plan b’. Es un hombre que ve más allá. No es un hombre de momentos. “Desde que me casé decía, ‘esto es para el seguro médico’, y yo le decía, para qué gastamos en el seguro, si tú eres doctor; y me contestaba, ‘qué tal los tanques de oxígeno’, y ve lo que me pasó (padeció cáncer)”. Afortunadamente teníamos un buen respaldo. Es un hombre con fortaleza y no solo para mí. Lo que pasa es que Jorge tiene un gran corazón, y hay quienes pueden confundir la bondad con otra cosa”. — ¿Le ha dado el alcalde consejos de cómo manejar ciertas situaciones? “En algunas ocasiones, y le he dicho ¡pero Jorge!, y me contesta: ‘Confía en mí’. Sí, pregunto como todas las esposas preguntamos. Jorge es un apasionado en el trabajo, en lo que hace. Él está muy tranquilo”. — Hace algunos años Usted padeció cáncer. ¿Cómo se encuentra en cuestión de salud? “Le doy gracias a Dios y a toda la gente que pidió por mí. No es una condición que pudiera usarla y hacerla pública; eso de causar lástima, no me gusta. En ocasiones tengo que tocar el tema, porque tengo el compromiso de hablarlo y decirles que si hacemos lo que el médico dice, se puede salir adelante”.