Si no han presentado a Enrique Acosta Fregoso como delegado nacional del PRI en Baja California Sur para las elecciones de 2015, es porque los sudcalifornianos no lo quieren. Por un lado. Por otro, la consigna de una auditoría sobre la gestión de Acosta en la Secretaría de Desarrollo Territorial y Urbano (SEDATU), pesa cada vez más sobre el futuro de este priista. Lejos el embajador Fernando Castro Trenti, su amigo y protector, los del tricolor no hallan qué hacer con Enrique Acosta. Ya lo mandan a La Paz, Baja California Sur, ya lo hacen en Hermosillo, Sonora, estado donde también habrá elecciones para renovar el Gobierno del Estado el próximo año. Uno de los principales tiradores a la candidatura en Sonora es el senador y ex delegado del Partido Revolucionario Institucional en Tijuana, Ernesto Gándara, quien apoyó la campaña de Jorge Astiazarán Orcí, que resultó triunfadora. Por lo que su palabra y opinión en eso de abrirle los brazos políticos a Acosta, será fundamental. Con el hecho de no encontrar un lugar donde sea bienvenido el de Mexicali, se confirma que no fue él quien renunció, sino el Gobierno Federal, de donde lo despidieron.
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